APUNTES PARA UNA [RE]CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DE LA REVOLUCIÓN RUSA
Por: Redi Yurihuamán
A MODO DE INTRODUCCIÓN:
La Revolución rusa no debe de ser confundida con la toma del poder por el partido bolchevique -como lo señala Arthur Lehning- y mucho menos como logro privado de éste. La revolución rusa no fue la creación especializada de un pequeño grupo; por el contrario, fue el resultado de un conjunto de ideas, acciones, individualidades y organizaciones que irrumpieron radical y espontáneamente desde finales del siglo XIX, de éstas se ha dicho poco o nada y es que la historia -sus detentores- las han tratado de olvidar e invisibilizar; dando como resultado una historia errada, elitista y mesiánica; en oposición a ello se vierte -en este escrito- elementos que vislumbran hechos diferentes y necesariamente cognoscibles para poder saber cabalmente lo que fue, significa y aporta la Revolución rusa a la humanidad.I
1905: UN PRECEDENTE, ENTRE LO REPRESIVO Y LO CONTESTATARIO
“…La evolución y revolución son dos actos sucesivos…” , donde una precede a otra y ésta a su vez las sigue generando, formando una infinitud de movimiento y cambio. La evolución, es un movimiento continuo que contiene a todo lo existente; Rusia se encontró inmersa en ella, pero como pocas sociedades la evolución dio un salto y generó la revolución. Indicar un límite se tornaría en algo inadecuado -por la relación estrecha entre procesos- pero necesario. A pesar de existir varios elementos que hicieron pronta la llegada de la rebelión rusa, es preciso resaltar tres momentos que marcaron la pauperización de las condiciones de vida del pueblo ruso –al respecto es importante decir que debido a la extensión del territorio, la población era en su mayoría “no rusa”, de la cual se puede resaltar por su cantidad y situación menos favorecida a la población judía- las olas de hambruna y depresión económica de los años 1891, 1899 y 1901, añadido con el exceso demográfico, llevaba al campesinado más empobrecido (ubicado en las provincias negras) a organizar pequeñas manufacturas –paulatinamente, éstas fueron cayendo frente a las industrias de la zona urbana– o emigrar a las ciudades para formar parte del grueso de obreros/as explotados/as; de tal modo que el campesinado perdía cualquier esperanza de gestionarse la vida independientemente de los/as amos/as y se insertaba a un nuevo mundo, vendiendo su fuerza de trabajo a “módicas sumas”. La cuestión étnica también se constituye en un factor detonante, ello se debe al proceso de RUSIFICACIÓN –ideada y dirigida por el Ministro del Interior Viacheslav Pleve- que se ejerció sobre la población no judía (establecida en las fronteras rusas, desde el Báltico hasta el Mar Negro). Para el Imperio zarista, era necesario hacer que toda la población se plegue indefectiblemente no tan sólo a su vida económica, sino también a la política y cultural, en pocas palabras buscaba obediencia absoluta, obediencia que el pueblo judío -especialmente fronterizos- no pretendían cumplir; para la rusificación se tomaron medidas como el de no permitir que judías/os habitasen fuera de las reservas, reclutamiento obligatorio militar, reducción de vacantes para las universidades -con limitaciones hacia ciertas carreras que se suponían propias a los/as judíos/as-; ellos y ellas de modo similar al del campesinado y obreros/as, iban cayendo en un estado de empobrecimiento cada vez más agudo; el punto culmen del antisemitismo zarista se concretó en el Progromo de Kishiniov (1903) extendiéndose hasta ciudades como Bano, Kíev, Mogiliov y Gómel; donde muchos/as judíos/as quedaron muertos/as o en la completa ruina.
La reacción contra el Imperio por el empobrecimiento, las persecuciones nacionales y religiosas no se hizo esperar; la huelga general estalló con fuerza en la zona fronteriza de Rusia (Kíev, Járkov, Nikólaev y Ekaterinoslav), poco después fue sofocada por la policía. Sin embargo, se levantó de forma inmediata una ola de terrorismo dirigido contra las esferas más altas de la aristocracia y funcionarios públicos; en el caso de las zonas rurales, se dio inicio al terror agrario -funcionó mediante el saqueo de tierras y casas ricas- es más, estas acciones fueron reivindicadas por grupos anarquistas, entre ellos Jleb i Volia (Pan y Libertad) como una forma de guerra de guerrillas.
Si bien es cierto que campesinos/as y obreros/as –espontánea, individual u organizativamente– arremetieron contra el zarismo, el “explosivo” no hubiese estado completo sin considerar a estudiantes, la pobreza de éstos era similar a la de los otros sectores del pueblo, muchas veces mal alimentados, viviendo en estrechos cuartos, imposibilitados de formar círculos y sociedades, sin autonomía universitaria y libertad académica, estas prohibiciones se sujetaban a lo determinado en el Estatuto de 1884.
Era común ver estudiantes y obreros/as en las huelgas, asambleas o en los choques contra la guardia del zar; ello hizo que las/os obreras/os aprendieran nuevas formas de pensamiento y acción, paralelamente éstas/os rompían el aislamiento ideológico en el que se hallaban las comunidades campesinas de donde provenían. Esta dinámica llevó al surgimiento de organizaciones como los Círculos de difusión radical, que a su vez dieron lugar a Partidos Socialistas como el Socialdemócrata de lineamiento marxista –se vio dividido entre mencheviques y bolcheviques en el verano de 1903, en el II Congreso Socialdemócrata-; el Neopopulista o Socialista Revolucionario -que fue entre los partidos socialistas el único con una facción ultra radical, denominada eserita, llevando a cabo una campaña de terror– y el Partido Socialista Polaco, con bases nacionalistas. A pesar de la “agenda progresista” de estos partidos, no cubrieron las expectativas de muchas/os de sus integrantes, debido a que su vida partidaria sólo se ceñía a discusiones que respondían más con intereses políticos particulares que con el fortalecimiento de la teoría y acción necesaria para derrocar al Imperio zarista; por esta razón muchas/os se separaron de estos partidos, para organizar o integrar grupos anarquistas de diversas tendencias, como anarcocomunistas y anarcoindividualistas que reivindicaban dentro de su programa la acción directa -ésta derivaba directamente en el terrorismo contra la burguesía-, a ellas se plegaban por lo general el campesinado y las corporaciones artesanales; las agrupaciones anarco sindicalistas, por otro lado, proponían el terror económico, mediante las huelgas, boicots, propaganda y organización de sindicatos revolucionarios, sus militantes variaban entre obreros/as portuarios e industriales.
Entre las organizaciones anarcocomunistas se encontraban Chórnoe Znamia (Bandera Negra), su corpus ideológico fue una convergencia entre la teoría de Kropotkin y las tácticas de Bakunin, constituido en su mayoría por judías/os, se ubicaron en las reservas de las provincias fronterizas del oeste y sur. Se inscribe, también, a esta corriente la agrupación Beznachalie (Sin autoridad) -su fundador paradójicamente se llamaba Nikólai Romanov, conocido como Bidbéi-, sus características teóricas se encontraban a fines con las de Stirner, Tucker, Nietzsche y las tácticas influenciadas por Bakunin y Necháev -sus espacios de acción fueron Varsovia, Minsk y Kíev- también se puede mencionar a la agrupación Kropotkiniana Jleb i Volia. En el caso de anarcoindividualistas , no habían organizaciones propiamente dichas –ello se debía a los principios a los que responde esta corriente– pero se creaban grupos temporales cuando eran muy necesarios para organizar algún atentado contra funcionarios del zarismo; su práctica se dio en San Petersburgo, Moscú y Kíev. La corriente anarcosindicalista, estuvo influenciada por el Sindicalismo Revolucionario Francés ; su máximo representante fue Novomírskii, quien fue fundador de la CGT (Confederación General del Trabajo) en 1885, a lado de María Korn y Gogéliia Orgiani.
Un hecho importante haría que Rusia se configure en un levantamiento de masas, este es el estallido de la guerra con Japón, que se inició entre la noche del 26 y 27 de enero de 1904, cuando barcos de guerra japoneses de modo sorpresivo atacaron a los buques de la armada rusa anclados en Puerto Arturo –ahí se encontraba la mayor parte de la flota rusa del Extremo Oriente- en consecuencia, Puerto Arturo fue jaqueado y su asedio duró alrededor de 330 días, concluyendo con la rendición de la fortaleza y por ende del Imperio ruso. Esta pérdida era una entre el sin fin de problemas que representaba, no sólo el Zar Nicolás II, sino el sistema en su conjunto y particularmente esa guerra entre imperios, que obligaba a la población a vivir cada vez entre más y más pobreza, a sacrificarse por defender un régimen que sólo los humillaba y oprimía. La agitación se hizo mayor en toda Rusia -posteriormente a la pérdida de Puerto Arturo- se desencadenó una huelga en la capital, ocasionada por el despido masivo de trabajadores de la planta metalúrgica de Putílov; ellos/as tenían como peticiones centrales la libre formación de sindicatos, jornadas de 8 horas, el cese a la guerra, abolición de impuestos del campesinado, derechos cívicos y el llamamiento a una Asamblea constituyente, esta huelga culminó en el “Domingo Sangriento” (22 de enero, 9 de enero para el calendario juliano). De ahí en adelante se rompería cualquier vínculo todavía existente entre el zar y el pueblo, haciendo que las huelgas se propagaran, surjan autoorganizaciones como los comités de fábricas y talleres, primero en Ivánovo Voznesensk y luego en San Petersburgo, éstos fueron importantes para formar los soviets de diputados/as obreros/as en el mes de octubre, que encabezaron el movimiento huelguístico de San Petersburgo. Por estos acontecimientos se firma el Manifiesto de Octubre (17 del mes señalado) dando ciertos derechos cívicos, pero no económicos, razón por la cual el levantamiento prosigue. Las acciones represivas contra la ola huelguista, al contrario de sofocarlas, hacía que éstas recrudeciesen; en el mes de diciembre el levantamiento llega a su clímax, pero sin hacerse esperar la reacción zarista hecha abajo los intentos de emancipación de obreros/as, campesinos/as y hasta de algunos marineros y soldados sublevados.
La seguridad para el Imperio zarista necesitaba, indefectiblemente, la desaparición total de todo elemento rebelde; las persecuciones, los destierros, juicios sumarios y fusilamientos fueron la respuesta a esta necesidad, esto desembocó en la desaparición o debilitamiento de muchas organizaciones. Por otra parte, Stolypyn -Ministro del Interior- efectuó una Reforma agraria, orientada a disolver las comunas campesinas y hacerlas leales al zar. Los y las que lograron escapar de Rusia, trataron por todos los medios de reorganizarse para protestar contra la represión que estaban sufriendo sus compañeros y compañeras o para enviar algún tipo de ayuda a quienes se hallaban presas/o; las/os anarquistas por su parte formaron en Paris “La hermandad de Comunistas Libertarios” dirigida por Apollón Karelin; en Londres, la Cruz Roja Anarquista, integrado entre otros por Piotr Kropotkin, Cherkézov, Rudolf Rocker y Alexander Shapiro, en esta misma ciudad la agrupación Jleb i Volia reedita sus panfletos; en Ginebra, el grupo Chornoe Znamia edita el periódico Buntar.
Pareciere que el final del proceso revolucionario de 1905, significó la derrota de las utopías del pueblo ruso y con ello la preponderancia absoluta del régimen explotador; sin embargo, lo que realmente significó 1905 para la rebeldía rusa fue un necesario preámbulo, que arremetió contra la seguridad del “orden” establecido e instó a la humanidad más pobre de aquella parte del mundo a autoorganizarse –los comités obreros y soviets, ya señalados en líneas anteriores, son muestra de esta autonomía organizativa que no fue la creación de algún personaje en particular, ni de ningún partido–, estas organizaciones espontáneas añadidas a las acciones de otras con lineamientos políticos e ideológicos, como las anarquistas y socialistas materializaron el descontento contra el imperio zarista e hicieron que este tiemble.
II
1917 – ENTRE EL FEBRERO REFORMISTA Y UN OCTUBRE EFERVECENTE
Las malas condiciones de vida entre estudiantes, obreros/as y campesinos/as no sufrió cambio alguno y una vez más en medio de esta situación, la imperial Rusia se entrometía en una guerra, en la cual no existía posibilidad alguna de salir victoriosa, y por el contrario rompió con su “debilitada estabilidad” -como ocurrió en 1905-, los agentes desencadenantes se conjugaban entre el descontento popular por la crisis interna y la guerra, una mayor capacidad organizativa popular y el malestar por las pérdidas humanas del ejército ruso. No fueron pocas las personas que buscaron la abdicación de Nicolás II; círculos militares y burgueses proyectaban un golpe de estado, entre algunos nobles trataron de provocar un cambio de régimen tras la muerte de Rasputín (1916), pero el cambio vendría desde otros rumbos. El 22 de febrero en San Petersburgo obreros/as, campesinos/as y madres se levantan espontáneamente, hacia el 24 de febrero alrededor de 200 000 trabajadores se declaran en huelga, se lanzan a las calles contra el zarismo y la guerra, los cosacos no obedecen las ordenes de suprimir a las personas en huelga y se mantienen neutrales, sin embargo, los marineros del Krondstat (Flota del Báltico) se unen a trabajadores y trabajadoras anarquistas de esa región; finalmente –exactamente no siendo este el final, sino el inicio del mismo– “triunfó” el levantamiento. Aunque toda la huelga fue un fenómeno altamente espontáneo –es decir que no necesitó de “vanguardias revolucionarias” que las encabecen– desembocó en la constitución, por un Comité de la Cuarta Duma el 2 de Marzo, de un gobierno provisional liberal encabezado por Kérenski, a esta decisión se añadió la abdicación inmediata de Nicolás Romanov. A pesar de que el levantamiento aterrizó en el lugar menos esperado y soñado, llegó el momento de resurgir las rebeldías innatas y reorganizarlas; la amnistía general hizo que regresaran del exilio muchos y muchas rebeldes, el propio Kropotkin vuelve a Rusia luego de cuarenta años de exilio, del mismo modo los/as liberaron de los campos de trabajo forzado de Siberia. El regreso de muchos/as intelectuales haría que los grupos anarquistas se tornaran diferentes y evolucionaran hacia organizaciones más duraderas.Los grupos anarquistas resurgieron en Petrogrado, Vyborg, Isla Vasilevski, Putílov, Base Naval de Krondstat; hacia el sur se hallaban –reviviendo la agitación de 1905– en Kíev, Járkov, Odessa, Cuenca del Donets y Ekaterinoslav. A diferencia de 1905, el movimiento anarquista se concentra en las zonas urbanas –sin perder la calidad de movilización en la Rusia rural - así se hace comprensible la instalación de Federaciones anarquistas en ciudades tan importantes como Moscú y Petrogrado. Se formaron unidades anarquistas en Moscú entre panaderos, trabajadores/as de la industria alimentaria y obreros (de industria de metal, cuero, imprentas y ferroviarias) ya organizados desde 1905, para luego originar la Federación de Moscú de tendencia anarcosindicalista. Mientras tanto en Petrogrado se forma una federación anarcocomunista, como medios de difusión formaron su periódico Kommuna –sustituida posteriormente por Svobódnia Kommuna y Burevéstnik– esta Federación proclamaba la expropiación como táctica principal. Por la fuerza contestaria y acciones decisivas que realizaron, es importante mencionar a Krondstat desde donde se formó un órgano de difusión, el periódico Vólnyi Krondstat.
El régimen liberal de ningún modo respondía a los intereses del pueblo y es que, como la monarquía zarista, defendía ferozmente la propiedad privada. Muestra de esto es la represión de la que fueron víctimas el sindicato de panaderos de Petrogrado, que junto a una unidad de la milicia popular tomaron la Villa de Durnovó -antigua casa del gobernador general de Moscú durante la Revolución de 1905- que a pesar de ser apoyados por marineros del Krondstat y trabajadores de Vyborg fueron tomados como prisioneros y llevados a los barracones del Regimiento de Preobrazhenski por el Ministro de justicia Perevérzev. Es claro que aquel gobierno no iba acorde con las aspiraciones con las que el pueblo se había levantado meses atrás y en consecuencia se atiborraba cada vez más de opositores, específicamente el movimiento libertario -anarcocomunistas y anarcosindicalistas- y el partido bolchevique.
La acción conjunta de estas dos organizaciones, más la articulación y lucha espontánea e independiente de muchos sectores del pueblo ruso hicieron posible el derrocamiento del gobierno liberal. Pero primero veamos los orígenes de la alianza anarquista-bolchevique. Lenin proclamaba que lo que buscaba básicamente -él y su partido- era la destrucción del estado y todo lo que se hallaba en función de éste, en su Tesis de Abril hacía un llamamiento a la revolución social, iba en contra de cualquier forma de parlamento ruso, decía que la organización de los soviets fuese similar a la de la Comuna de París, reconocía la necesidad de abolir el ejército, la burocracia y la policía, finalmente afirmaba la existencia de igualdad de salarios entre funcionarios y obreros; todo esto lo reafirmaba en setiembre de 1917 donde además, llamaba a campesinos/as y obreros/as a organizarse libremente en comunas y a la expropiación de tierras. Este conjunto de manifestaciones y la omisión en sus discursos de la teoría marxista, hizo que muchos/as anarquistas -en su mayoría anarcosindicalistas- vieran en el partido bolchevique al único grupo radical que deseaba liquidar al estado burgués y por tanto al más indicado compañero para realizar la revolución. Es más muchos marxistas como el veterano Góldenberg dirían que “…Lenin se había convertido en un candidato para un trono europeo que ha permanecido vacante durante treinta años, el trono de Bakunin…”.
Antes de la Revolución de octubre, se levantó una insurrección del 3 al 5 de Julio, desde Krondstat se pedía el levantamiento inmediato, pero sufrió gran oposición por parte del comité bolchevique de Petrogrado, quienes a pesar de proclamarse a favor de la revolución no prestaron apoyo alguno. El 3 de julio en la Plaza de Ancora o foro revolucionario de Krondstat se hallaban muchos oradores agitando a la población, entre ellos anarquistas como Efim -antiguo militante de Chórnoe Znamia- representante del soviet local del Krondstat e I.S. Bléijam de la Federación Anarquista de Petrogrado, paralelamente el primer regimiento de artillería se adhería a la revuelta en la capital, con trabajadores, soldados y marineros de Krondstat. El 4 de julio se pedía en la manifestación venganza contra Perevérzev y algunos marineros de Krondstat intentan raptar al ministro de agricultura, Viktor Chérnov -antiguo socialista revolucionario-; al día siguiente la represión fue incesante, pero pasaría poco tiempo para que la insurrección volviera a ver la luz. A fines del mes de agosto, Kornílov intenta efectuar un golpe de estado contra Kérenski, la oposición la encontró en la organización izquierdista, quienes inmediatamente empezaron a armarse en guardias. Fue vital la participación de los comités obreros y soviets -tanto comités de fabrica como soviets fueron organizaciones obreras autónomas sin injerencias partidistas, pero integradas principalmente por militantes libertarios/as, su posterior bolchevización se debe por una parte al no centralismo y sed de apropiación del movimiento anarquista y por otra, al objetivo estatista del partido bolchevique, quizá muy bien escondido hasta la victoria sobre los liberales-; la radicalidad de su acción se resume en el hecho -que Lenin también reconociera- de que estos movimientos de base estaban más a la izquierda que los mismos partidos izquierdistas, esto posibilitado por su acercamiento a la concepción libertaria, específicamente al Anarcosindicalismo. La revolución de octubre -entonces- radica en la actividad básica de los comités de fábrica y soviets, añadidos por el movimiento anarquista y el partido bolchevique, uno creyendo en la revolución y otro en el control estatal.
III
1918 – 1921: EL ESTADO BOLCHEVIQUE Y LA REVOLUCIÓN EN LAS UTOPÍAS NEGRAS
Si bien es cierto anarquistas y bolcheviques convergieron en el derrocamiento del gobierno burgués, vieronse luego enfrentados. Desde la victoria de la revolución -acaso con existencia momentánea- Lenin y el partido bolchevique se encargaron primordialmente de dos cuestiones: 1) el control estatal sobre los comités obreros y 2) centralizar las industrias. En referencia al control estatal sobre los comités obreros, era ya advertido por muchos/as integrantes del movimiento libertario como lo Hizo Petrovski quien señalaba que el partido bolchevique tenía como fin “…engullir a los comités de fabrica y convertir el control obrero en control estatal…” , es más Lenin -como lo menciona Paul Avrich- reconocía muy bien el papel que los comités podían desempeñar en la lucha de su partido por la conquista del poder político ; a fin de cuentas el asunto no era confiscar la propiedad capitalista a favor de campesinos/as y obrero/as, sino establecer un rígido control estatal. Sobre la segunda cuestión -es clara la intención bolchevique- se crea el primero de diciembre el Consejo Supremo de la Economía Nacional, que absorbe al Consejo Pan-Ruso de Control obrero, desembocando en el control centralista de todas las fábricas. Esto se llevó a cabo a pesar de la defensa que se dio a los comités de fábrica, por parte de muchos/as libertarios como Maksímov, en el I Congreso Pan-Ruso de Sindicatos (7-14 de junio de 1918). Pero ¿por qué todo este proceso de aniquilamiento a los comités obreros y soviets autónomos?, la única respuesta infranqueable es que para cimentar la alardeada “Dictadura del proletariado” era imprescindible terminar con la libertad y capacidad destructora de la base obrera, de ahí la consigna de la disciplina férrea; por supuesto que los bolcheviques supieron aprovechar anteriormente esta libertad y capacidad destructora, pero cuando la revolución ya se había asegurado se imponía “…dejar de lado las fuerzas de la destrucción por las de centralización y el orden…” . Entre los agravios -contra el pueblo ruso y la revolución misma- de los bolcheviques se puede mencionar: 1) la creación del Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom); 2) declaración de los derechos de los pueblos rusos (permitía la instauración de pequeños estados); 3) la formación de la Checka; 4) Estatizaciones de bancos y la tierra; 5) Sometimiento de los comités de fabrica; 6) Imposición de una comisarocracia.Para la primavera de 1918, la mayoría de los/as anarquistas estaban desilusionados de Lenin, esto llevó a una ruptura total con los bolcheviques, que por su parte captaban la necesidad de suprimir a sus antiguos aliados, quienes ya, eran un estorbo nada necesario para el nuevo régimen que impondrían.
El movimiento anarquista inicia un proceso de reorganización con miras a la defensa de la revolución, realizaron dos Conferencias Pan-Rusas en Moscú y una Conferencia Pan-Rusa del Anarco-comunismo. La Federación de Moscú confiscó el Club Mercantil, rebautizado como Casa de la Anarquía integrada entre otros/as por Apollón Andréevich, Alekséi Bovoi,Vladimir Bármash, German Askarov, Lev Chórnyi -secretario de la Federación- y los hermanos Gordin - impulsadores del Pan Anarquismo que se oponía al estado, capitalismo, colonialismo, escuela y la familia, poniendo en contraposición una sociedad sin estado, al comunismo, universalismo, el gineantropismo y el pedismo- y formaron las Guardias negras. En la Conferencia Pan-Rusa de Moscú se elabora una plataforma con los puntos siguientes: 1) Abolición del Sovnarkom, reemplazado por una federación de soviets libres, elegidos directamente; 2) Llamamiento a armar a obreros/as y campesinos/as en sustitución del ejercito; 3) Repartición equitativa de la tierra y la formación gradual de comunas campesinas autónomas; 4) Cese de requisas de grano por el estado y la distribución de alimentos en manos de organizaciones obreros-campesinas; 5) Fin a la dictadura política y al capitalismo de estado.
La oposición anarquista tuvo un viraje más radical después de la firma del tratado de Brest-Litovsk, ratificado el 14 de Marzo en el Cuarto Congreso de los Soviets. A esto se agrega los planes anti libertarios -ya mencionados- por los bolcheviques que con el pretexto del robo de un auto al Coronel Raymond Robins de la Cruz Roja Americana (9 de abril) da inicio hacia el 11 y 12 de abril, con destacamentos armados de la Cheka, al asalto de 26 centros anarquistas de la capital, los cuales ofrecieron resistencia en el Monasterio Donskói y en la misma Casa de la Anarquía; dejando a doce agentes de la Cheka muertos, cuarenta anarquistas entre muertos y heridos y a más de quinientos prisioneros/as. Luego de esta masacre, en Petrogrado, el diario Burevéstnik diría “…Sois unos Caines que asesináis a vuestros hermanos. Unos Judas, unos traidores. Lenin ha levantado su trono de octubre sobre nuestras costillas y ahora pretende conseguir un momento de respiro sobre nuestros cadáveres, sobre los cadáveres de los anarquistas…” ; en respuesta y defensa de su poder, el estado bolchevique organiza una serie de contraataques; dándose inicio en Petrogrado, cerraron Burevéstnik, Golos Trudá, entre otros periódicos anarquistas. El terrorismo contra la dictadura se inicia poco después de estos hechos y de la firma del tratado, no sólo hecho por anarquistas, sino también por eseritas y socialistas revolucionarios/as, de tal modo que uno de los ataques casi mortales contra Lenin fue perpetrado por Fanya Kaplán (Dora), socialista revolucionaria quien refería que “…quería acabar con Lenin, antes de éste acábese con la revolución…” . Las acciones anarquistas se radicalizan -en similitud a 1905- al sur de Rusia, en ciudades como Róstov, Ekaterinoslav y Briansk, donde tomaron las cárceles y liberaron a presos/as. Lev Chórnyi participa en la organización de un grupo clandestino y posteriormente en 1919 se une a Anarquistas Clandestinos, fundada por Kazimir Kovalévich -miembro del Sindicato de Ferroviarios de Moscú- y Piotr Sóbolev -anarquista ucraniano-; a finales de ese año editan el panfleto Anárjiia -distinto a la de la Federación de Moscú-, también se forman los Destacamentos de Combate Anarquista contra bolcheviques, rusos blancos, nacionalistas ucranianos y tropas alemanas como el Destacamento guerrillero del Mar Negro en Simferópol y el Destacamento M.A. Bakunin en Ekaterinoslav.
En las zonas fronterizas surge el Nabat o Confederación de Organizaciones Anarquistas ubicado en Járkov con secciones en Kíev, Odessa, Ekaterinoslav y otras ciudades de Ucrania, entre sus representantes se hallaban Arón Barón, Piotr Arshínov, Nikolai Dolenko y Olga Taratuta; los representantes del Movimiento juvenil fueron Senia Fleshin, Mark Mráchnyi y Grigori Gorélik (Anatolii). El 25 de setiembre socialistas revolucionarios de izquierda y anarquistas dinamitan el Cuartel General del Comité de Moscú del Partido Comunista en el callejón de Leontiev mientras había una sesión plenaria, desde este momento las detenciones se multiplicarían aún más y en consecuencia los Tribunales Sumarios, que no se diferenciaban mucho de los verdugos de Stolypin de 1905.
Mientras el gobierno bolchevique reprimía las fuerzas libertarias, en el sur de Rusia -exactamente en la zona de Ucrania- se levantó la Makhnovtchina, espacio donde el anarco comunismo pudo concretizarse en las formas de vida de este pueblo; alentado por la búsqueda natural de libertad por parte del campesinado ruso -mayoritaria en esta zona- y el trabajo arduo de muchos/as libertarios/as, entre ellos/as Néstor Ivánovich Makhnov. Fue desde aquí donde se dio fuerte lucha a el ejército alemán, hetmanitas austriacos y petliuristas, que luego de firmado el tratado Brest-.Litovsk invadieron territorio ucraniano; en setiembre de 1918 triunfan sobre la milicia del hetman Skoropadskii en la aldea de Dibrivki y en diciembre retiran a las tropas petliuristas de Ekaterinoslav.
Desde 1919 (Enero, Febrero, Abril) se llevan a cabo Congresos regionales de campesinos/as, obreros/as e insurgentes para tratar cuestiones económicas, militares y de reconstrucción, como resultado se forma el Ejército Insurgente de Ucrania, liderado por Makhnov y supervisado por un Congreso Regional; se editó el periódico Putk Svobobe (El camino de la libertad) y se prestó ayuda con alimentos a los/as obreros/as insurgentes de Petrogrado y Moscú.
Retirados los invasores extranjeros, quedaba dentro de Rusia el Ejército Blanco del general Denikin, por ello el Gobierno bolchevique pacta una primera alianza con el Ejército Insurgente de Ucrania; por medio del cual, éste ultimo se convierte en una división del Ejército Rojo, al mando del Supremo Bolchevique, pero manteniendo a sus propios oficiales, estructura interna, nombre y bandera negra. Pese a esta alianza, el Congreso del mes de Abril fue considerado como una reunión contrarrevolucionaria por Dybenko -jefe del Ejército Rojo de Dniéper-, así mismo el 4 de junio Trotski decretó la prohibición de cualquier congreso y puso fuera de la ley a Makhnov, acusación a la que él replicó “…¿Qué derecho tiene usted de llamar contra revolucionaria a una gente que ha roto las cadenas de la esclavitud y que quiere forjar su propia vida a su manera?, ¿acaso las masas populares van a permanecer calladas mientras los revolucionarios terminan con la libertad que ellas han conquistado?...” . Debido al peligro que representaba el avance del Ejército Blanco, se hacen dos alianzas más entre el Ejército Rojo y el Ejército Insurgente. En la segunda alianza se consiguió liberar a Ekaterinoslav y Aleksandrovsk. Por la tercera alianza se forma una división semiautónoma bajo la dirección bolchevique, sin embargo después de un mes, cuando dieron cuenta de la gran ventaja que se había conseguido sobre el Ejército Blanco, los dirigentes soviéticos abandonaron todos los acuerdos hechos con Makhnov -en consecuencia el ejército que lideraba- y se rompen los lazos definitivamente el 15 de junio, mientras en la Makhnovtchina organizaban el tercer y cuarto Congreso Regional. Aún así la Makhnovtchina siguió con la formación de comunas anarquistas, la primera de las cuales nombraron Rosa Luxemburgo, basadas en las propuestas Kropotkinianas de la Ayuda mutua y con una educación inspirada en la Escuela Moderna de Ferrer i Guardia. Roto todo lazo no vieron -los bolcheviques- la necesidad de dejar creciendo a la Makhnovtchina, porque ésta -por sus propuestas y formas de vida libertaria- representaban un peligro latente para la dictadura establecida. El 25 de noviembre de 1920 se captura y ejecuta a jefes del ejército de Makhnov en Crimea, al día siguiente Trotski ordenaba atacar el cuartel general de Guliái Pole -ciudad natal de Néstor Makhnov- en el cual la Cheka detuvo a varios/as miembros/as de la Confederación Nabat en Járkov y se desató la persecución contra toda organización anarquista. En 1921 se prohibía la circulación de textos de Pelloutier, Bakunin y Kropotkin; en este mismo año el Krondstat -con gran influencia anarquista- se levantaba en armas pidiendo la restauración del control obrero, fin del trabajo obligatorio y la desaparición del Ejército Rojo por grupos guerrilleros autónomos; la respuesta del poder soviético a este levantamiento fue rotunda, luego del décimo Congreso del Partido Bolchevique -viendo la envergadura del levantamiento de Krondstat- se radicalizó la persecución hacia los/as anarquistas; cercaron a muchos/as de ellos/as en Petrogrado, Moscú, Kíev, Járkov, Ekaterinoslav y Odessa, donde toman como prisioneros entre otros/as a Maksímov, Volin, Mark Mráchnyi, Iarchuk, Olga Taratuta, Senia Fleshin y Anatolii Gorélik; aún los/as anarquistas pacifistas fueron encarcelados/as o muertos/as por su oposición a prestar apoyo en el Ejército Rojo. Fueron llevados/as a Butyrki, Taganka o a los campos de concentración cerca a Arjángelsk (zona helada del norte) ahí morían a causa del frío, la mala alimentación, las enfermedades -generalmente el escorbuto- y el agotamiento por los trabajos forzados.
Mientras tanto la muerte de Kropotkin (8 de febrero de 1921) remeció a todo el movimiento libertario, para el día de su funeral el gobierno -¿acaso por remordimiento?- dio permiso por un día a muchas/os presas/os anarquistas para que asistieran; la imagen es clara o mejor aún, negra, con las calles atiborradas de banderas anarquistas, de consignas por la libertad y resonante el himno anarquista a la muerte que cantaran los presos de Butyrky, así como el discurso de Emma Goldman -desilusionada de los rumbos que tomara la revolución- y multitudinaria como las flores con las que se llenaron su tumba; muy diferente a la tumba en la que había caído la Revolución de Octubre, bien resumida en las palabras de Aleksander Berkman “…El terror y el despotismo han acabado con la vida que nació en octubre. Todas las consignas de la revolución han sido abandonadas, sus ideales se han esfumado en la sangre del pueblo. El respiro que se nos pedía ayer está llevando a millones de compatriotas a la muerte; todo el país está ensombrecido por un palio negro. La dictadura aplasta a las masas. La revolución está muerta su espíritu aúlla por la estepa…” .