Historia del Secretariado Social Mexicano
Jorge Robles
Antecedentes
En noviembre de 1920, el Episcopado Mexicano funda el Secretariado Social Mexicano (SSM), como una instancia propia encargada de coordinar organizaciones y grupos vinculados a la Iglesia mexicana, algunos ya existentes desde principios de siglo, e inicia en forma sistemática la acción social eclesiástica en todo el territorio nacional.
Un Secretariado Social es: “una institución permanente que tiene por objeto difundir la Doctrina Social de la Iglesia, (para) asegurar la continuidad y el método en la acción, (así) como la unión entre las dirigencias”
La necesidad es obvia; la constitución del 17 deja pocos espacios libres a la iglesia al limitar y reglamentar la actividad de los sacerdotes. Durante la revolución mexicana ningún obispo permanece en el país, a excepción del de Cuernavaca, por ser una zona controlada por los zapatistas. En 1915, clausuran los templos y se llega al extremo de perseguir, secuestrar, cobrar rescate y hasta asesinar curas por parte de los constitucionalistas.
El Partido Católico Nacional, fundado en 1911, que había participado exitosamente en las “únicas elecciones limpias que ha habido en este país” , consigue triunfos absolutos en Jalisco y Zacatecas y mayoría en seis estados de la república; además, es aniquilado por Victoriano Huerta, previa represión a sus dirigentes , lo que hace que la iglesia pierda toda presencia política y social durante el conflicto armado. Con la revolución vencida e instaurado en el poder Venustiano Carranza, nace el Partido Nacional Republicano, presumible heredero del Católico Nacional que desaparece por muerte natural en 1920.
La idea del Secretariado Social se desarrolla primero en Francia (1893) y posteriormente en Bélgica (1904) , a partir de la encíclica obrerista Rerum Novarum del Papa León XIII, en 1891. El primer director y promotor en México es Alfredo Méndez Medina S.J., formado en Europa, donde el sindicalismo católico es predominante, específicamente en Francia, cuna misma del sindicalismo revolucionario.
La doctrina social de la Iglesia
La llegada del jesuita Méndez Medina causa gran revuelo en México, pues si bien, la idea de organizar a los trabajadores por parte de la iglesia no era nueva, él rompe con el esquema de círculos y organizaciones piadosas y forma el sindicato “Artes Constructivas” en el D.F. (1913).
Nombrado Director, es colocado bajo la discreta vigilancia de un Comité permanente del episcopado. Cada obispo tiene a su vez la obligación de formar secretariados locales con sus respectivos comités y consejeros técnicos. No hay que olvidar que a partir de 1903, todas las actividades de carácter social que emprende la iglesia en cualquier parte del mundo, tienen que “estar sujetas a la dirección de un sacerdote” nombrado por la jerarquía.
El proyecto en el que se embarca el SSM no es fácil; por un lado coordinar las actividades de los grupos ya existentes, como los beligerantes Caballeros de Colón, orden fundada por laicos en 1905; la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) formada por Bernardo Bergoen S.J. en 1912, que se convierte en el brazo militante del Secretariado, lo mismo formando sindicatos, que círculos de estudio o cooperativas, tanto en la ciudad como en rincones perdidos de alguna ranchería en la sierra; la Confederación Católica del Trabajo (CCT) promovida por Arnulfo Castro S.J. en 1920; las Damas Católicas (1911), la Confederación de Asociaciones Católicas de México (1919) y otras. Por otro lado, la tarea de desarrollar acción social, a partir de la Rerum Novarum, con la finalidad de brindar solución a la miseria de los trabajadores.
La posición de la iglesia en materia social era en ese momento incómoda; muchos de sus planteamientos habían sido recuperados ya en la Carta Magna. No había sido inútil rescatar muchos de los principios del sindicalismo católico plasmados en la legislación belga, pero el intento de adaptarlos a la realidad nacional carecía de formas prácticas y su semejanza con el corporativismo fascista era patente, también por la pretensión de organizar sindicatos obreros y patronales para enlazarlos por medio de un consejo de conciliación y arbitraje . La jerarquía católica consideraba a la democracia, como principio político, una falacia; pues la soberanía proviene de Dios y nunca del pueblo, así pues, “dado el origen divino del poder civil, en cualquier forma de gobierno, es reprobable la desobediencia a la legítima autoridad ...a no ser que mande contra Dios”.
Un giro a la derecha
En menos de cuatro años la actividad organizadora del SSM fue notoria. Realizó 24 reuniones y congresos sociales con más de 350 organismos afiliados y alrededor de 80 mil militantes en todo el país.
En 1924, Méndez Medina fue destituido por orden directa del general de los Jesuitas, Vladimiro Ledokowsky, mientras se encontraba en un viaje de actualización y capacitación en Europa; con esto quedó vetada la posibilidad de que cualquier otro jesuita ocupara un cargo en el SSM.
El argumento esgrimido por el general de los jesuitas, fue que la sociedad de los jesuitas no estaba para dirigir organizaciones de tipo social. Sin embargo, pocos años después, la compañía asesoró la formación de una organización clandestina de ultraderecha llamada “La Legión”, que más tarde fue conocida como “La Base” o “El alto mando”. Entre sus actividades estuvo la formación y dirección de la Asociación Nacional Guadalupana de Trabajadores (1938) y de la Unión Nacional Sinarquista (UNS).
Méndez Medina se refugió en León, Guanajuato y fue substituido por Miguel Darío Miranda. Al cambio de director, evidentemente, hubo cambio de orientación. A decir de los sindicalistas católicos de entonces, el SSM se convirtió en una “casa de niñas bien”. Darío Miranda mostró una actitud “titubeante” y alejada de las cuestiones obreras y campesinas. En cambio Méndez Medina, aun desde su retiro forzoso, intentó por carta, defender la autonomía de las organizaciones sindicales que él había creado. En diciembre de 1925, ya con el conflicto Iglesia-Estado planteado en la toma de la iglesia de la Soledad por el padre Pérez, pide al nuevo director que por ningún motivo permita que la jerarquía intervenga en la dirección de los sindicatos de la Confederación Nacional Católica de Trabajadores, fundada en 1920 (CNCT), a menos que sea exclusivamente para asuntos relacionados con la fe, pero “nunca en su régimen social ni en su gestión económica”. Mientras tanto Darío Miranda reforzaba a los Caballeros de Colón, formando la Liga Nacional de la Clase Media, la Unión de Colegios Católicos y La Unión Nacional de Padres de Familia.
Con el estallido de la guerra cristera el episcopado deja de lado al SSM para centrar su acción en la Liga Nacional de la Defensa Religiosa. De hecho la propia CNCT, el organismo más importante del Secretariado, comienza a desintegrarse cuando muchos de sus miembros se unen al movimiento. Hay quien afirma que la CNCT fue conscientemente desmembrada por la jerarquía; afirmación que se refuerza al constatar el malestar de Darío Miranda porque muchos sindicatos formados durante la gestión de Méndez Medina “no se dejaban mandar” por sus directores eclesiásticos.
Acción Católica Mexicana
Al inicio del conflicto, Darío Miranda y 24 sacerdotes más son detenidos y dejados poco después en libertad. En 1928, la policía saquea el local del Secretariado y queda prácticamente clausurado. En este año la jerarquía católica abandona la Acción Social para promover Acción Católica (por orden directa del Vaticano), que se convierte en el brazo laico - bajo la dirección estricta de la jerarquía- que desarrolla las tareas que los sacerdotes tienen prohibidas.
Darío Miranda participa activamente en la formación de Acción Católica Mexicana (ACM), para lo cual no sólo asiste a la reunión constitutiva, sino que desmembra al sector más combativo y militante del SSM, la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) cuyos miembros, inconformes, se constituyen en Juventud Cívica. Se reestructura como una nueva rama juvenil, ahora dentro de Acción Católica, y a pesar de mantener el nombre de ACJM, no conserva nada de la original.
Boicoteada desde la jerarquía y reprimida por el gobierno, la actividad del Secretariado se limita a asesorar en lo social a la ACM y a mantener a sus pocos militantes alrededor de círculos de estudio.
En 1932, Darío Miranda abandona el país dejando la dirección del Secretariado; es substituido por el subdirector Rafael Dávila, a quien le corresponde perseverar al organismo en espera de mejores años.
En 1941, se incorpora Pedro Velázquez, formado en Europa bajo la concepción de los “misioneros del trabajo”; allá conoce a Joseph Cardijin fundador de la Juventud Obrera Cristiana, quien plantea la necesidad de transformar la sociedad capitalista por una sociedad más justa, en la que los trabajadores sean un factor decisivo para este cambio.
El regreso a la Acción Social
El impulso obrerista de Pedro Velázquez provoca primero la separación del Secretariado y la ACM (1944), y después el cambio en el Episcopado para retomar la línea de la Acción Social (1948). Como medida inmediata, el mismo Pedro Velázquez es nombrado director del SSM, que a partir de entonces funciona como un verdadero equipo de trabajo integrado por sacerdotes y algunos militantes de las distintas organizaciones promovidas por el organismo.
Desde principios de los cuarenta, Velázquez sostiene relación con un grupo de supervivientes de la CNCT, y se plantean la necesidad de formar centros de educación social y sindical; él mismo estudia en la Universidad Obrera cuestiones de táctica y estrategia sindical y acerca al secretariado a sacerdotes sindicalistas como Rodolfo Escamilla, quien en 1947 había integrado el primer grupo obrero denominado Juventud Obrera Católica (JOC) con mineros de Talpujahua, Mich.
El despegue es espectacular; a principios de los años 50 nace el movimiento de cajas populares y a finales de la década, lanzan a la JOC como proyecto nacional, retoman el camino del sindicalismo, se relacionan con la Confederación Latinoamericana de Sindicatos Cristianos (CLASC) y promueven la creación del Frente Auténtico del Trabajo (FAT) .
Cuando Miguel Darío Miranda es nombrado Arzobispo de México (1956), a pesar de haber sido director del SSM durante 1924-1932, considera que el compromiso político del padre Velázquez es peligroso. Entonces solicita y logra del Episcopado su destitución, nombrando responsable directo del Secretariado a José Garibi Rivera, quien a pesar de todo, ratifica en su cargo a Pedro Velázquez, pues no en vano el mismo Garibi había sido asesor sindical de la CNCT. Darío Miranda forma su propio Secretariado Social Episcopal bloqueando en lo posible al SSM.
El fantasma del comunismo
La década de los sesenta llega con aires de revolución. Fidel Castro lleva un año en Cuba, cada vez se acerca más al bloque soviético y el fantasma del comunismo campea por América Latina.
Las elecciones sindicales en Cuba son ganadas en su mayoría por miembros del movimiento 26 de julio, aun así, Fidel los destituye, encarcela a varios de sus dirigentes, entre ellos a sindicalistas cristianos e impone gente de su confianza. A poco tiempo del triunfo de la revolución, Rodolfo Escamilla viaja a Cuba, para asesorar a la Unión de Trabajadores Cubanos (UTC) y está al tanto de lo que sucede en la isla.
Un conflicto estudiantil que se desarrolla en la ciudad de Puebla, donde pierden la vida varios estudiantes católicos, es el pretexto para que el Episcopado lance una campaña anticomunista; “cristianismo sí, comunismo no”, que obliga al Secretariado a proponer un proyecto propio en la lucha contra la miseria social.
Pedro Velázquez se ha convertido en el teórico político del Episcopado, concluye que las demandas del comunismo son justas, pero que por sus métodos: el aniquilamiento de las libertades, la pérdida de los derechos sindicales y la dictadura personal, se hacen más peligrosas que sus logros.
El SSM busca una metodología propia que le permita confrontar al marxismo y al mismo tiempo no romper con el esquema de unión de clases y del corporativismo. El bagaje teórico de la sociología católica no le es suficiente para desarrollar un análisis alternativo de la realidad social.
Sus miembros recurren a los conceptos del desarrollo, con lo cual se apoyan en el Centro de Estudios para el Desarrollo de América Latina (CEDAL); promueven una campaña de desarrollo integral que intenta contrarrestar la miseria que deja a su paso el capitalismo. Lo acompañan con un proyecto de concientización a empresarios, e implementan varias experiencias piloto de fábricas corporativizadas, donde trabajadores y patrones estén motivados por el bien común. La experiencia fracasa, y aunque siguen trabajando con el sector empresarial, poco a poco van dejando de lado esta propuesta.
Para entonces, el movimiento de cajas populares crece rápidamente y el FAT se radicaliza y se vuelve cada vez más autónomo, integrándose al proyecto CLASC.
La teología de la Liberación
El concilio Vaticano II (Oct.1962- Dic. 65) abre otra opción al clero mexicano, al recuperar en sus resoluciones el concepto de Iglesia como comunidad y al inmiscuirse en la lucha por los derechos civiles, lo que permite un acercamiento entre católicos y marxistas, con lo cual ambas corrientes obtienen algunos beneficios: la Iglesia descubre el análisis marxista y lleva a algunos teólogos a desarrollar la teología de la liberación, consolidada en el CELAM de Medellín, donde Pedro Velázquez participa como experto en la redacción de los documentos de Medellín en la II Asamblea del Episcopado Latinoamericano. Los marxistas inician el proselitismo abierto entre católicos.
Todo esto hace posible que el SSM a raíz del movimiento estudiantil y la matanza del 2 de octubre, promueva por parte del Episcopado nacional, una censura pública al gobierno mexicano.
A pocos días de la tragedia de la plaza de las tres culturas y a 12 días de la muerte de Alfredo Méndez Medina, fallece Pedro Velázquez el 10 de diciembre de 1968.
En 1969, el SSM acuerda proseguir su labor social dentro de la teología de la liberación esbozada en Medellín. La consecuencia de esta decisión obligó al Secretariado a funcionar de manera cada vez más autónoma con respecto al Episcopado, autonomía que se acuerda de manera formal en 1972.
ANEXO
Estas son algunas de las organizaciones promovidas y/o asesoradas por el SSM:
Confederación Nacional Católica del Trabajo (CNCT)
Liga Nacional de las Clases Medias
Unión Nacional de Colegios Católicos
Unión Nacional de Padres de Familia
Acción Católica Mexicana
Centros Sociales para Trabajadores
Instituto de Formación Social
Central de Sindicatos Libres
Juventud Obrera Católica
Frente Auténtico del Trabajo
Centro de Formación Social Cristiana
Seminario de Sociología Religiosa
Instituto Mexicano de Estudios Sociales
Centro Operacional de Vivienda y Poblamiento
Instituto de Fomento de la Casa Mexicana A.C. (PROCALLI)
Fundación Alfabetizadora Mexicana “Método Laubach” A.C.
Unión Mexicana de Escuelas de Trabajo Social
Unión Mexicana de Trabajadoras Sociales
Instituto de Desarrollo de la Comunidad
Promoción Cultural y Social A.C.
Unión Social de Empresarios Mexicanos
Unión de Empresarios Católicos
Instituto Técnico de Estudios Sindicales
Juventud Agrícola Católica
Uniones Campesinas de México
Federación Campesina Latinoamericana
Movimiento Cooperativo
Confederación Nacional de cajas Populares
Cooperativa México Nuevo
Central de Servicios Populares A.C.
Editora Social Latinoamericana, S.A.
Instituto Cooperativo “Moisés Coady” A.C.
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Hola
ResponderEliminarLa información sobre P. Velázquez es muy buena, pero podrían poner la bibliografía sobre este artículo por favor.
Muchas gracias, un saludo,
Ya te mande por e-mail la versión completa de la investigación sobre la historia del SSM, incluyendo notas de píe de página y con ellas, las fuentes bibliográficas, documentales y entrevistas.
EliminarSalud
Buenas noches Rabelais. Mi nombre es Durvin Flores, estoy estudiando maestría en Guanajuato y estoy realizando una tesis sobre el FAT. Me podrías proporcionar la versión completa para poder trabajarla en mi investigación, por favor. De antemano, muchas gracias.
EliminarHola. También me encantaría tener la versión completa de la investigación que, coincido, ¡es muy buena! José Gpe.
ResponderEliminarhola, si es posible que me mandara la version completa. muchas gracias
ResponderEliminarHe estado trabajando como investigator independiente en una historia sobre la guerra cristera y sus antecedentes, lo que indica aqui sobre la prohibición de seguir con su labor a Mendez Medina por parte de la propia Compañía de Jesús es un cierta, en Jalisco con la advertencia del Padre Bergoend en 1925 en base a los sindicatos católicos se formó una organizacion :La Unión Popular que después se transformo en organizacion paramilitar en apoyo a la guerra. Con los "arreglos" de 1929 en Jalisco no sobrevivió ninguna organizacion social católica, ni las cooprativas, ni las farmacias y dispensarios para atención a pobres. Mi libro se titula: El último batallón de Cristo.
ResponderEliminarHe estado trabajando como investigator independiente en una historia sobre la guerra cristera y sus antecedentes, lo que indica aqui sobre la prohibición de seguir con su labor a Mendez Medina por parte de la propia Compañía de Jesús es un cierta, en Jalisco con la advertencia del Padre Bergoend en 1925 en base a los sindicatos católicos se formó una organizacion :La Unión Popular que después se transformo en organizacion paramilitar en apoyo a la guerra. Con los "arreglos" de 1929 en Jalisco no sobrevivió ninguna organizacion social católica, ni las cooprativas, ni las farmacias y dispensarios para atención a pobres. Mi libro se titula: El último batallón de Cristo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarFelicitaciones por publicar parte de la historia del Secretariado Social Mexicano, organismo que impulso las cajas populares, hoy cooperativas de ahorro y préstamo. El Padre Pedro Velézquez Hernández, su hermano Padre Manuel Velázquez Hernández y el Padre Carlos Talavera, promovieron estas cooperativas para mejorar la condición social y económica que imperaba en los años 50, en la actualidad estas cooperativas han contribuido al desarrollo local, regional y nacional. Una parte de la contribución del SSM, para mayor información consultar el libro En Manos del Pueblo escrito por el Prof. Florencio Eguía Villaseñor, en el mismo SSM lo pueden encontrar. Gracias.
ResponderEliminarhola, felicidades, ¿puedo obtener la versión completa?, gracias.
ResponderEliminarbuenas tardes soy el lic. Eduardo Alvarez Velazquez le ruego me informe donde van hacer los rezos del padre Manuel le agradezco su atencion
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