Historia del Secretariado Social Mexicano
Jorge Robles
Antecedentes
En noviembre de 1920, el Episcopado Mexicano funda el Secretariado Social Mexicano (SSM), como una instancia propia encargada de coordinar organizaciones y grupos vinculados a la Iglesia mexicana, algunos ya existentes desde principios de siglo, e inicia en forma sistemática la acción social eclesiástica en todo el territorio nacional.
Un Secretariado Social es: “una institución permanente que tiene por objeto difundir la Doctrina Social de la Iglesia, (para) asegurar la continuidad y el método en la acción, (así) como la unión entre las dirigencias”
La necesidad es obvia; la constitución del 17 deja pocos espacios libres a la iglesia al limitar y reglamentar la actividad de los sacerdotes. Durante la revolución mexicana ningún obispo permanece en el país, a excepción del de Cuernavaca, por ser una zona controlada por los zapatistas. En 1915, clausuran los templos y se llega al extremo de perseguir, secuestrar, cobrar rescate y hasta asesinar curas por parte de los constitucionalistas.
El Partido Católico Nacional, fundado en 1911, que había participado exitosamente en las “únicas elecciones limpias que ha habido en este país” , consigue triunfos absolutos en Jalisco y Zacatecas y mayoría en seis estados de la república; además, es aniquilado por Victoriano Huerta, previa represión a sus dirigentes , lo que hace que la iglesia pierda toda presencia política y social durante el conflicto armado. Con la revolución vencida e instaurado en el poder Venustiano Carranza, nace el Partido Nacional Republicano, presumible heredero del Católico Nacional que desaparece por muerte natural en 1920.
La idea del Secretariado Social se desarrolla primero en Francia (1893) y posteriormente en Bélgica (1904) , a partir de la encíclica obrerista Rerum Novarum del Papa León XIII, en 1891. El primer director y promotor en México es Alfredo Méndez Medina S.J., formado en Europa, donde el sindicalismo católico es predominante, específicamente en Francia, cuna misma del sindicalismo revolucionario.
La doctrina social de la Iglesia
La llegada del jesuita Méndez Medina causa gran revuelo en México, pues si bien, la idea de organizar a los trabajadores por parte de la iglesia no era nueva, él rompe con el esquema de círculos y organizaciones piadosas y forma el sindicato “Artes Constructivas” en el D.F. (1913).
Nombrado Director, es colocado bajo la discreta vigilancia de un Comité permanente del episcopado. Cada obispo tiene a su vez la obligación de formar secretariados locales con sus respectivos comités y consejeros técnicos. No hay que olvidar que a partir de 1903, todas las actividades de carácter social que emprende la iglesia en cualquier parte del mundo, tienen que “estar sujetas a la dirección de un sacerdote” nombrado por la jerarquía.
El proyecto en el que se embarca el SSM no es fácil; por un lado coordinar las actividades de los grupos ya existentes, como los beligerantes Caballeros de Colón, orden fundada por laicos en 1905; la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) formada por Bernardo Bergoen S.J. en 1912, que se convierte en el brazo militante del Secretariado, lo mismo formando sindicatos, que círculos de estudio o cooperativas, tanto en la ciudad como en rincones perdidos de alguna ranchería en la sierra; la Confederación Católica del Trabajo (CCT) promovida por Arnulfo Castro S.J. en 1920; las Damas Católicas (1911), la Confederación de Asociaciones Católicas de México (1919) y otras. Por otro lado, la tarea de desarrollar acción social, a partir de la Rerum Novarum, con la finalidad de brindar solución a la miseria de los trabajadores.
La posición de la iglesia en materia social era en ese momento incómoda; muchos de sus planteamientos habían sido recuperados ya en la Carta Magna. No había sido inútil rescatar muchos de los principios del sindicalismo católico plasmados en la legislación belga, pero el intento de adaptarlos a la realidad nacional carecía de formas prácticas y su semejanza con el corporativismo fascista era patente, también por la pretensión de organizar sindicatos obreros y patronales para enlazarlos por medio de un consejo de conciliación y arbitraje . La jerarquía católica consideraba a la democracia, como principio político, una falacia; pues la soberanía proviene de Dios y nunca del pueblo, así pues, “dado el origen divino del poder civil, en cualquier forma de gobierno, es reprobable la desobediencia a la legítima autoridad ...a no ser que mande contra Dios”.
Un giro a la derecha
En menos de cuatro años la actividad organizadora del SSM fue notoria. Realizó 24 reuniones y congresos sociales con más de 350 organismos afiliados y alrededor de 80 mil militantes en todo el país.
En 1924, Méndez Medina fue destituido por orden directa del general de los Jesuitas, Vladimiro Ledokowsky, mientras se encontraba en un viaje de actualización y capacitación en Europa; con esto quedó vetada la posibilidad de que cualquier otro jesuita ocupara un cargo en el SSM.
El argumento esgrimido por el general de los jesuitas, fue que la sociedad de los jesuitas no estaba para dirigir organizaciones de tipo social. Sin embargo, pocos años después, la compañía asesoró la formación de una organización clandestina de ultraderecha llamada “La Legión”, que más tarde fue conocida como “La Base” o “El alto mando”. Entre sus actividades estuvo la formación y dirección de la Asociación Nacional Guadalupana de Trabajadores (1938) y de la Unión Nacional Sinarquista (UNS).
Méndez Medina se refugió en León, Guanajuato y fue substituido por Miguel Darío Miranda. Al cambio de director, evidentemente, hubo cambio de orientación. A decir de los sindicalistas católicos de entonces, el SSM se convirtió en una “casa de niñas bien”. Darío Miranda mostró una actitud “titubeante” y alejada de las cuestiones obreras y campesinas. En cambio Méndez Medina, aun desde su retiro forzoso, intentó por carta, defender la autonomía de las organizaciones sindicales que él había creado. En diciembre de 1925, ya con el conflicto Iglesia-Estado planteado en la toma de la iglesia de la Soledad por el padre Pérez, pide al nuevo director que por ningún motivo permita que la jerarquía intervenga en la dirección de los sindicatos de la Confederación Nacional Católica de Trabajadores, fundada en 1920 (CNCT), a menos que sea exclusivamente para asuntos relacionados con la fe, pero “nunca en su régimen social ni en su gestión económica”. Mientras tanto Darío Miranda reforzaba a los Caballeros de Colón, formando la Liga Nacional de la Clase Media, la Unión de Colegios Católicos y La Unión Nacional de Padres de Familia.
Con el estallido de la guerra cristera el episcopado deja de lado al SSM para centrar su acción en la Liga Nacional de la Defensa Religiosa. De hecho la propia CNCT, el organismo más importante del Secretariado, comienza a desintegrarse cuando muchos de sus miembros se unen al movimiento. Hay quien afirma que la CNCT fue conscientemente desmembrada por la jerarquía; afirmación que se refuerza al constatar el malestar de Darío Miranda porque muchos sindicatos formados durante la gestión de Méndez Medina “no se dejaban mandar” por sus directores eclesiásticos.
Acción Católica Mexicana
Al inicio del conflicto, Darío Miranda y 24 sacerdotes más son detenidos y dejados poco después en libertad. En 1928, la policía saquea el local del Secretariado y queda prácticamente clausurado. En este año la jerarquía católica abandona la Acción Social para promover Acción Católica (por orden directa del Vaticano), que se convierte en el brazo laico - bajo la dirección estricta de la jerarquía- que desarrolla las tareas que los sacerdotes tienen prohibidas.
Darío Miranda participa activamente en la formación de Acción Católica Mexicana (ACM), para lo cual no sólo asiste a la reunión constitutiva, sino que desmembra al sector más combativo y militante del SSM, la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) cuyos miembros, inconformes, se constituyen en Juventud Cívica. Se reestructura como una nueva rama juvenil, ahora dentro de Acción Católica, y a pesar de mantener el nombre de ACJM, no conserva nada de la original.
Boicoteada desde la jerarquía y reprimida por el gobierno, la actividad del Secretariado se limita a asesorar en lo social a la ACM y a mantener a sus pocos militantes alrededor de círculos de estudio.
En 1932, Darío Miranda abandona el país dejando la dirección del Secretariado; es substituido por el subdirector Rafael Dávila, a quien le corresponde perseverar al organismo en espera de mejores años.
En 1941, se incorpora Pedro Velázquez, formado en Europa bajo la concepción de los “misioneros del trabajo”; allá conoce a Joseph Cardijin fundador de la Juventud Obrera Cristiana, quien plantea la necesidad de transformar la sociedad capitalista por una sociedad más justa, en la que los trabajadores sean un factor decisivo para este cambio.
El regreso a la Acción Social
El impulso obrerista de Pedro Velázquez provoca primero la separación del Secretariado y la ACM (1944), y después el cambio en el Episcopado para retomar la línea de la Acción Social (1948). Como medida inmediata, el mismo Pedro Velázquez es nombrado director del SSM, que a partir de entonces funciona como un verdadero equipo de trabajo integrado por sacerdotes y algunos militantes de las distintas organizaciones promovidas por el organismo.
Desde principios de los cuarenta, Velázquez sostiene relación con un grupo de supervivientes de la CNCT, y se plantean la necesidad de formar centros de educación social y sindical; él mismo estudia en la Universidad Obrera cuestiones de táctica y estrategia sindical y acerca al secretariado a sacerdotes sindicalistas como Rodolfo Escamilla, quien en 1947 había integrado el primer grupo obrero denominado Juventud Obrera Católica (JOC) con mineros de Talpujahua, Mich.
El despegue es espectacular; a principios de los años 50 nace el movimiento de cajas populares y a finales de la década, lanzan a la JOC como proyecto nacional, retoman el camino del sindicalismo, se relacionan con la Confederación Latinoamericana de Sindicatos Cristianos (CLASC) y promueven la creación del Frente Auténtico del Trabajo (FAT) .
Cuando Miguel Darío Miranda es nombrado Arzobispo de México (1956), a pesar de haber sido director del SSM durante 1924-1932, considera que el compromiso político del padre Velázquez es peligroso. Entonces solicita y logra del Episcopado su destitución, nombrando responsable directo del Secretariado a José Garibi Rivera, quien a pesar de todo, ratifica en su cargo a Pedro Velázquez, pues no en vano el mismo Garibi había sido asesor sindical de la CNCT. Darío Miranda forma su propio Secretariado Social Episcopal bloqueando en lo posible al SSM.
El fantasma del comunismo
La década de los sesenta llega con aires de revolución. Fidel Castro lleva un año en Cuba, cada vez se acerca más al bloque soviético y el fantasma del comunismo campea por América Latina.
Las elecciones sindicales en Cuba son ganadas en su mayoría por miembros del movimiento 26 de julio, aun así, Fidel los destituye, encarcela a varios de sus dirigentes, entre ellos a sindicalistas cristianos e impone gente de su confianza. A poco tiempo del triunfo de la revolución, Rodolfo Escamilla viaja a Cuba, para asesorar a la Unión de Trabajadores Cubanos (UTC) y está al tanto de lo que sucede en la isla.
Un conflicto estudiantil que se desarrolla en la ciudad de Puebla, donde pierden la vida varios estudiantes católicos, es el pretexto para que el Episcopado lance una campaña anticomunista; “cristianismo sí, comunismo no”, que obliga al Secretariado a proponer un proyecto propio en la lucha contra la miseria social.
Pedro Velázquez se ha convertido en el teórico político del Episcopado, concluye que las demandas del comunismo son justas, pero que por sus métodos: el aniquilamiento de las libertades, la pérdida de los derechos sindicales y la dictadura personal, se hacen más peligrosas que sus logros.
El SSM busca una metodología propia que le permita confrontar al marxismo y al mismo tiempo no romper con el esquema de unión de clases y del corporativismo. El bagaje teórico de la sociología católica no le es suficiente para desarrollar un análisis alternativo de la realidad social.
Sus miembros recurren a los conceptos del desarrollo, con lo cual se apoyan en el Centro de Estudios para el Desarrollo de América Latina (CEDAL); promueven una campaña de desarrollo integral que intenta contrarrestar la miseria que deja a su paso el capitalismo. Lo acompañan con un proyecto de concientización a empresarios, e implementan varias experiencias piloto de fábricas corporativizadas, donde trabajadores y patrones estén motivados por el bien común. La experiencia fracasa, y aunque siguen trabajando con el sector empresarial, poco a poco van dejando de lado esta propuesta.
Para entonces, el movimiento de cajas populares crece rápidamente y el FAT se radicaliza y se vuelve cada vez más autónomo, integrándose al proyecto CLASC.
La teología de la Liberación
El concilio Vaticano II (Oct.1962- Dic. 65) abre otra opción al clero mexicano, al recuperar en sus resoluciones el concepto de Iglesia como comunidad y al inmiscuirse en la lucha por los derechos civiles, lo que permite un acercamiento entre católicos y marxistas, con lo cual ambas corrientes obtienen algunos beneficios: la Iglesia descubre el análisis marxista y lleva a algunos teólogos a desarrollar la teología de la liberación, consolidada en el CELAM de Medellín, donde Pedro Velázquez participa como experto en la redacción de los documentos de Medellín en la II Asamblea del Episcopado Latinoamericano. Los marxistas inician el proselitismo abierto entre católicos.
Todo esto hace posible que el SSM a raíz del movimiento estudiantil y la matanza del 2 de octubre, promueva por parte del Episcopado nacional, una censura pública al gobierno mexicano.
A pocos días de la tragedia de la plaza de las tres culturas y a 12 días de la muerte de Alfredo Méndez Medina, fallece Pedro Velázquez el 10 de diciembre de 1968.
En 1969, el SSM acuerda proseguir su labor social dentro de la teología de la liberación esbozada en Medellín. La consecuencia de esta decisión obligó al Secretariado a funcionar de manera cada vez más autónoma con respecto al Episcopado, autonomía que se acuerda de manera formal en 1972.
ANEXO
Estas son algunas de las organizaciones promovidas y/o asesoradas por el SSM:
Confederación Nacional Católica del Trabajo (CNCT)
Liga Nacional de las Clases Medias
Unión Nacional de Colegios Católicos
Unión Nacional de Padres de Familia
Acción Católica Mexicana
Centros Sociales para Trabajadores
Instituto de Formación Social
Central de Sindicatos Libres
Juventud Obrera Católica
Frente Auténtico del Trabajo
Centro de Formación Social Cristiana
Seminario de Sociología Religiosa
Instituto Mexicano de Estudios Sociales
Centro Operacional de Vivienda y Poblamiento
Instituto de Fomento de la Casa Mexicana A.C. (PROCALLI)
Fundación Alfabetizadora Mexicana “Método Laubach” A.C.
Unión Mexicana de Escuelas de Trabajo Social
Unión Mexicana de Trabajadoras Sociales
Instituto de Desarrollo de la Comunidad
Promoción Cultural y Social A.C.
Unión Social de Empresarios Mexicanos
Unión de Empresarios Católicos
Instituto Técnico de Estudios Sindicales
Juventud Agrícola Católica
Uniones Campesinas de México
Federación Campesina Latinoamericana
Movimiento Cooperativo
Confederación Nacional de cajas Populares
Cooperativa México Nuevo
Central de Servicios Populares A.C.
Editora Social Latinoamericana, S.A.
Instituto Cooperativo “Moisés Coady” A.C.
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viernes, 5 de noviembre de 2010
El estado corporativo en México
Contacto en Italia
La presencia del fascismo en la legislación laboral mexicana
Jorge Robles
Introducción
Antes de la promulgación de la Ley Federal del Trabajo la tarea de los sindicatos no era fácil, pues ya estaban implementadas las Juntas Conciliación y Arbitraje como mecanismo de intervención en la vida sindical; el Departamento del Trabajo y la Secretaria de Industria Comercio y Trabajo (SICT) y era frecuente la intervención del ejército o la policía para reprimir los movimientos.
A pesar de todo, la existencia de los sindicatos dependía únicamente de la voluntad soberana de los trabajadores para conformarlo, elaborar sus estatutos, establecer sus formas de lucha, sus tiempos de negociación bilateral con las empresas, el estallamiento de las huelgas y sus motivos, pudiendo coexistir dos y hasta tres sindicatos en una empresa.
Después de 1917 cada presidente estableció su propia política laboral, algunos reprimiendo como Carranza, otros aprovechando el impulso sindical para ganar adeptos como De la Huerta, otros combinando concesiones con represión como Obregón y otros reprimiendo abiertamente al sindicalismo independiente como Calles, a la Confederaron Nacional Católica del Trabajo (CNCT).
Mientras los caudillos de la Revolución Mexicana se repartían el poder en el interior de la República, la presidencia se peleaba literalmente a muerte, organizando levantamientos armados y proclamando planes. Con la reelección de Obregón y su posterior asesinato el sistema de reparto del poder hizo crisis y el presidente en turno, Plutarco Elías Calles, resolvió formando un partido de Estado que regulara el reparto del poder. Para desarrollar este proyecto Calles se valió de intelectuales que recorrieron Europa para copiar modelos de estructura partidaria y mecanismos de gobernabilidad que le permitieran controlar a los grupos sociales más representativos: los sindicatos independientes y las organizaciones campesinas.
El resultado de estas pesquisas en Europa, fue la formación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) y del sistema de Estado corporativo que controlara a los y las trabajadoras por medio del control estatal de los sindicatos, el arbitraje obligatorio, la cancelación de la libertad sindical y del nacimiento de esta figura que ahora llamamos Contratos de Protección.
Aquí está contada de manera detallada la historia de este proceso, los sindicatos y sus luchas como actores sociales, los operadores políticos que establecieron lo que aquí llamamos El contacto en Italia, y que ocuparon el puesto de secretario de Industria, Comercio y Trabajo, dos de ellos ex embajadores en Italia: Manuel Y. de Negri y José Manuel Puig Casaunac; el operador político en la Cámara de Diputados, Aarón Sáenz y uno de los más cercanos colaboradores de Calles, Abelardo L. Rodríguez quién viajó de manera expresa a Europa para afinar el proyecto final de Ley Federal del Trabajo (LFT) y que después, como secretario del ramo, lo aplicó de manera implacable en contra de los sindicatos independientes; los operadores sindicales de Calles: primero Morones, luego Lombardo Toledano y al final Fidel Velásquez; los opositores al proyecto, Siqueiros, Campa, Velasco y los sindicatos cercanos a la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM); los empresarios, entre ellos Eugenio Garza Sada, quién recién aprobada la LFT, depositó el primer Contrato de Protección, el de la Cervecería Cuauhtémoc.
Los Actores Sociales
Los sindicatos
En México, el proyecto de control corporativo sobre el movimiento sindical se vislumbra ya desde 1915, con el intento de agrupar a los trabajadores de la Casa del Obrero Mundial (COM) alrededor del constitucionalismo. Para esto, sesenta y siete militantes de la COM establecen un pacto con Carranza, el cual da origen a la formación de los famosos Batallones rojos; aunque, es importante mencionar, que ningún sindicato de los 32 afiliados a la COM lo firmó. Existió sólo una excepción, el caso del sindicato tranviario, cuando su secretario general, según él, fue secuestrado y obligado a firmar papeles en blanco, comprometiendo a los de su gremio, en contra de su voluntad, a afiliarse al constitucionalismo. No es casual que el principal promotor y negociador por parte de los constitucionalistas fuera el pintor Gerardo Murillo (Dr. Atl), quien años después, durante la Segunda Guerra Mundial, manifestó abiertamente su simpatía por los nacionalsocialistas alemanes.
De esa experiencia nace el proyecto de formar una central sindical ligada al Estado y, a convocatoria expresa del gobernador de Coahuila, Espinosa Mireles, nace la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) con Napoleón Morones a la cabeza. A menos de un año de vida (1919), sus dirigentes forman el Partido Laborista a través del cual consolidan su alianza con el Estado, recibiendo sus respectivas cuotas de poder como gobernaturas, diputaciones y hasta una cartera en el gabinete de Calles.
Entre los principales participantes están los sindicatos minero, electricista y tranviario. El comité organizador fue conformado por reconocidos carrancistas como: Alfredo de León, Juan M. Anzures y Juan Lozano. Morones no formó parte del comité organizador de este congreso, debido a que él y su grupo habían sido sancionados por haber formado, en 1916, el Partido Socialista Obrero .
La CROM aparece como heredera natural de ese grupo sindicalista de la COM que aprendió, en 1915, las ventajas de moverse de acuerdo a las necesidades del Estado.
El carácter oficialista de la CROM lo determinaba no sólo el patrocinio gubernamental, la militancia a favor del presidente en turno, sino también el papel de operador como central sindical y grupo de presión del gobierno en contra de cualquier opositor al presidente. El caso más obvio fue la toma de la iglesia de la Soledad por militantes de esta central para golpear a la iglesia, convirtiendo este incidente en la primera acción de la guerra cristera. Morones, Celestino Gasca y Lombardo Toledano, entre otros, ocupan puestos en el gobierno.
Durante el gobierno de Obregón la política obrera fue de dos manos: convivieron la represión con el diálogo. El gobierno acorraló a la central independiente de la época, la anarcosindicalista Confederación General de Trabajadores (CGT) , sin poderla vencer.
Cuando Morones es nombrado secretario de la recién creada Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo por el presidente Plutarco Elías Calles, éste juega un papel determinante en la política oficial respecto al movimiento obrero. Durante su gestión se reglamentan las Juntas de Conciliación y Arbitraje, y se intenta que todos los conflictos obrero-patronales sean resueltos por medio de ellas. En 1925 se presentó también un fallido proyecto de ley reglamentaria del artículo 123 constitucional.
La Confederación General de Trabajadores (CGT), nace en 1921 recuperando a las organizaciones sindicales y militantes que rechazaron el pacto de los batallones rojos con el carrancismo y militantes que, aunque sí participaron activamente en él, llegaron a la conclusión que la perdida de la autonomía sindical había sido un costo muy alto que pagó el sindicalismo independiente. Entre sus gremios están entre otros, los telefonistas, tranviarios, trabajadores de la construcción, petroleros, industria del vestido y su columna vertebral, la federación del ramo textil.
En el año de 1925 la CGT tiene que enfrentar no sólo la lucha cotidiana por mejorar las condiciones de trabajo, sino que al mismo tiempo tienen que enfrentar las embestidas de la CROM por copar sus espacios y apropiarse de ellos. A través de las Juntas de Conciliación y Arbitraje manejadas por Morones, se justifica legalmente la represión directa a las huelgas, como el caso de la toma por el ejército de las instalaciones de la Huasteca Petrolium Co., paralizada por la huelga del sindicato afiliado a la CGT. La toma fue comandada por el general Lázaro Cárdenas, lo que permitió la entrada de los esquiroles afiliados a la CROM y la posterior desaparición del sindicato independiente; otro aporte de la JCA fue la declaración sobre el carácter ilegal de las huelgas por solidaridad.
Como ejemplo de la combatividad de la CGT, en 1925 la Federación del Ramo Textil realizó cuatro huelgas generales, veinte huelgas parciales, el aumento significativo de sindicalización independiente y un saldo negativo de treinta y cinco militantes detenidos, cinco muertos y cincuenta heridos.
La Confederación Nacional Católica del Trabajo (CNCT) nació en 1920, primero a nivel regional (Confederación Católica del Trabajo) convirtiéndose dos años después en organización nacional. Fue fundada por el Secretariado Social Mexicano (SSM) y rápidamente se extendió a más de 80 mil miembros, incluyendo sindicatos obreros, campesinos y cooperativitas, todas ellas asesoradas por el SSM. Ante su inesperado éxito, en 1924 su fundador Alfredo Méndez Medina P.J. fue retirado por su congregación y el episcopado mexicano nombró a Darío Miranda cómo director, quién cambió radicalmente el rumbo del SSM, abandonando la asesoría de los sindicatos y cooperativas contentando su acción en la formación de organizaciones piadosas cómo la Asociación Nacional de Padres de Familia.
En 1925 el Comité Central de la CNCT informó a la Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos (CISC), la intención de presentar en el congreso de la CNCT la afiliación a la central internacional para tomar el acuerdo de integrarse a la central internacional. El congreso no pudo reunirse nunca más.
La CNCT sufrirá este año un ataque demoledor por parte del gobierno de Calles, que la dejará moribunda: Golpeadores de la CROM toma de manera violenta la iglesia de La Soledad, impugnando por la formación de un culto católico nacional alrededor del padre Joaquín Pérez. Ante esta situación Darío Miranda director del SSM , que ya había abandonado a su suerte a la central católica, se refugia en Italia. Al año siguiente los acontecimientos se precipitan con la implantación de la Ley Calles, que equiparó las infracciones en materia de cultos con delitos del fuero común, además de que limitaba el número de sacerdotes a uno por cada seis mil habitantes y se ordenaba que los sacerdotes se registraran ante las autoridades municipales, quienes les otorgarían una licencia para ejercer el sacerdocio. La Ley prohibió la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a educar a sus hijos en la fe católica. Entrada en vigor, se clausuraran numerosos templos, capillas y conventos.
El conflicto cristero fue acompañado de la simpatía ideológica a la iglesia de un grupo de organizaciones simpatizantes del fascismo, comenzando por el Partido Fascista Mexicano, el Sindicato de Agricultores (SA) formada por terratenientes afines al PFM , la Liga Política Nacional y los Caballeros de Colón.
Los empresarios
Por el lado de los empresarios, existen asociaciones en varios estados de la república, incluyendo a diversas organizaciones de comerciantes, industriales y banqueros: Confederación Fabril Nacional Mexicana, Cámara Británica de Comercio, Cámara Española de Comercio, Cámara Francesa de Comercio, Cámara Italiana de Comercio, Cámara Nacional de Comercio, Confederación de Cámaras de Comercio, Cámara Nacional de Minería, Unión de Comerciantes e Industriales, S. C. y Confederación de Cámaras Industriales de la República Mexicana.
El grupo empresarial más importante era sin duda el encabezado por Eugenio Garza Sada que incluye Vidriera Monterrey S.A., el Banco Mercantil, Fábricas de Monterrey (FAMSA), Compañía Hostelera Colonial S.A. Tapón Corona y Envases Titán entre otras.
Eugenio Garza Sada nació en Monterrey en 1892, integrándose al trabajo del consorcio familiar en 1918, después de haber estudiado en Estados Unidos, donde aprendió los modelos de relaciones laborales del fordismo, adaptando el modelo a su emporio, convirtiendo a los empleados, obreros, proveedores en potenciales consumidores de sus productos, desarrollando desde los años veinte el esquema de subcontratación de materia de trabajo: por ejemplo, en una planta se producía la cerveza (Cervecería Cuauhtémoc), otra fabricaba las tapas de la botella (Tapón Corona), otra las cajas de cartón (Envases Titán), otra las botellas de vidrio (Vidriera Monterrey) y otra proporcionaba el financiamiento (Banco Mercantil). Para capitalizar el ahorro de los trabajadores fundó desde 1918 la Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones para los empleados y trabajadores de la Cervecería Cuauhtémoc.
Merece una mención especial el caso de las empresas de origen italiano, como la fábrica de chocolates La Suiza, los pequeños productores de lácteos del pueblo de Chipilo, las haciendas Nueva Italia y Lombardía, de la familia Cusi.
A principios de 1925 se realizó en la Ciudad de México el segundo Congreso Industrial sin que los patrones permitieran la participación de los representantes de la central oficial, la CROM, a lo cual el presidente Calles respondió molesto: “Se extraña que los empresarios no quieran permitir que los trabajadores asistan a sus sesiones (…) esto debe ser recapacitado para las futuras conquistas, tanto más cuanto que redundará en beneficio para el capitalista y el trabajador”.
El Congreso en su declaración oficial manifestó la voluntad de los empresarios de mantener su autonomía con respecto al Estado y en particular de las JCA; defienden la bilateral como forma de relación laboral con los trabajadores y la necesidad de establecer Contratos Colectivos de Trabajo como mecanismo de regulación:
“No se rechaza la agrupación sindical, sino que se acepta de buen grado y se pretende, por lo mismo, el contrato colectivo, reglamentado con responsabilidades para los sindicatos y para los patronos, con clausulados que precisen derechos y deberes para ambas partes (…) para facilitar la inteligencia entre la dirección y la mano de obra, se han propuesto los organismos mixtos en cada fábrica, compuestos por representantes de los trabajadores y de los patrones, para que entre ellos mismos se puedan conocer a fondo las verdaderas necesidades de unos y otros(…) Las Juntas de Conciliación y Arbitraje… no intervendrán para nada en las relaciones de la mano de obra con el patrón, sino que sólo servirán de organismos de observación, de cuerpo consultivo“
Ya en estos años los empresarios sufrían la carga de corrupción y extorsión por parte de los funcionarios de la JCA y del Departamento del Trabajo, al mismo tiempo que tenían que enfrentar las reivindicaciones de los trabajadores en los centros de trabajo.
Los Operadores
Contacto en Italia
Puig Casauranc, fue diputado federal por Veracruz en 1921 y 1922 y senador por el Estado de Campeche en 1924-1926. Amigo personal de Calles, en 1926, siendo Secretario de Educación Pública y por el reconocimiento a su capacidad como intelectual, fue designado embajador en la Italia fascista, que no está por demás decir que este país estaba en plena reestructura política en manos de Benito Mussolini. En 1928 Calles lo llamó para sustituir a Morones en la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo para implementar la primera parte de la estrategia legislativa que culminó en la promulgación de la Ley Federal del Trabajo; también trabajó en la investigación de estructuras y funcionamiento de distintos partidos políticos en el mundo , para definir la estructura y funcionamiento del Partido Nacional Revolucionario.
Después de la reforma política que canceló el sistema de gobierno del DF, fue nombrado como el primer Jefe del Departamento del DF, (1928-1929) después de haber cumplido su labor en la formación del PNR e iniciar el proceso de imposición de la LFT. En agosto de 1931 fue nombrado embajador de México en Estados Unidos pero con residencia en México, pues estaba comisionado por Calles a preparar una reorganización del poder ejecutivo, donde Calles ocupó en el nuevo gabinete la Secretaría de Guerra y Marina y con ello el control directo del ejército.
Ramón P. De Negri relevó a Puig Casauranc en la embajada de Italia. Nació en Hermosillo Sonora. Hijo de Casimira Pérez mexicana de origen estadounidense y francés y de Manuel De Negri, originario del sur de Italia. Inició su carrera en la administración pública cómo telegrafistas en el Estado de Sonora bajo el gobierno de José María Maytorena.
Con Venustiano Carranza ascendió a jefe de oficina de Ferrocarriles y Telégrafos. Por su origen materno norteamericano participó en diversas comisiones financieras y diplomáticas en Estados Unidos: Fue Cónsul General de México en San Francisco y Nueva York, además de encargado de negocios de México en Washington, D.C.
En 1924 fue vocal de la Comisión Nacional Agraria, sustituyendo en 1924 a Antonio I. Villarreal en la Secretaría de Agricultura y Fomento durante el gobierno del también sonorense Álvaro Obregón.
Fue presidente de los Ferrocarriles Nacionales (1922-1923) y fundador de la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo, Estado de México. Asumió la embajada de de México en Italia y Hungría durante 1928, en pleno auge del fascismo italiano, sustituyendo después a José Manuel Puig Casauranc en la Secretaría Industria, Comercio y Trabajo. Recibió la encomienda de cabildear la reglamentación del artículo 123 constitucional. Él fue el responsable de implementar junto con Portes Gil, (secretario de gobernación entonces) la Convención Obrero Patronal para convalidar el proyecto de Ley Federal del Trabajo en 1928.
Su experiencia italiana fue determinante en el enfoque legislativo de la ley, cosa que se nota en la gran similitud de principios de la LFT y el Código del Trabajo que impuso Benito Mussolini en Italia.
Un tercer operador, fue Abelardo L. Rodríguez, que a diferencia de Puig y de Negri no fue embajador en Italia, pero por instrucciones Plutarco Elías Calles, viajó durante siete meses a Europa para investigar cuestiones relacionadas con la Industria (así se le llamaba entonces al entrono laboral) . A su regreso Calles lo instaló cómo su subsecretario de guerra y desde ahí opero la modificación al texto original del 1928, asesorando a Calles que fungió cómo supervisor directo en las comisiones de trabajo de la Cámara de Diputados, cómo lo atestiguan los propios diputados: “que algunas de esas juntas (de las comisiones de trabajo de la Cámara de Diputados) fueron presididas por el señor Presidente de la República, con asistencia, cómo invitado de honor, del señor General don Plutarco Elías Calles, enérgico orientador de la Revolución, que no podía ni debía negar sus sabios consejos a obra de tanta importancia y trascendencia para el país.”
Aprobada la LFT sin discusiones de fondo, Abelardo L. Rodríguez fue nombrado Secretario de Industria, Comercio y Trabajo quién de inmediato aplicó con precisión los mecanismos de control: Arbitró en contra de la Alianza de Tranviarios en su demanda de pago de horas extras, mutiló el CCT del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) reduciendo los días no laborales; negó registros sindicales independientes al mismo tiempo que reconoció de inmediato el registro del primeros sindicato de protección: la Unión de Trabajadores Cuauhtemoc y Famosa en las industrias de Eugenio Garza Sada en Monterrey quienes suscriben el primer contrato de protección con las empresas del grupo.
El operador político
Hasta ahora los operadores habían realizado un trabajo más técnico que político y no habían logrado ganar voluntades al proyecto. Calles necesitó de un buen operador político probado, y recurre a Aarón Sáenz, un obregonista de derecha que aspiraba a la presidencia de la república pero que se subordinó a la lógica del jefe máximo y declinó su pre candidatura para beneficio de Portes Gil.
Sáenz había mostrado sus habilidades operativas cómo Secretario de Relaciones al lidiar con la embajada norteamericana en el conflicto cristero. Sáenz era el indicado para ocupar la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo y conseguir la aprobación del Código del Trabajo de Portes Gil.
El operador sindical
Vicente Lombardo Toledano fue sin lugar a dudas, un personaje fundamental para imponer un código laboral donde se sacrificaba la autonomía y la libertad sindical y con ello se dio origen al uso de los sindicatos como franquicia, y el derecho de huelga como mercancía y mecanismo de extorsión.
Lombrado Toledano, licenciado en derecho vinculado a la CROM a través de su militancia en el Partido Laboral Mexicano y como fundador la Liga de Profesores del Distrito Federal. Con la llegada de Obregón a la presidencia, el cromista Celestino Gasca fue nombrado gobernador del Distrito Federal, y Morones como director de Abastecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares; Lombardo Toledano trabajó como Oficial Mayor del Distrito Federal.
Fue por unas semanas gobernador interino del Estado de Puebla (1924-1925), con residencia en México y diputado federal por el XIII distrito electoral correspondiente a Teziutlan, Puebla, donde nació.
Su elección fue denunciada por presunto activismo del ejército, que se convirtió “en activa propagandista de la candidatura Lombardo, usando de la fuerza para amedrentar a la población civil y para estorbar la acción administrativa de las autoridades del Estado.”
En el año de 1925, siendo diputado federal le tocó participar en uno de los intentos más serios para reglamentar el 123 constitucional, donde en su calidad de cromista presentó fiera batalla parlamentaria contra el también diputado y fundador de la Casa del Obrero Mundial, el zapatista Antonio Díaz Soto y Gama. El tema central del debate fue la libertad sindical y la Contratación Colectiva.
Toledano tomó la defensa del articulo 114 del proyecto que en su redacción decía "En ningún caso y por ningún motivo las autoridades podrán reconocer, para los efectos del contrato de trabajo, la existencia simultánea de dos agrupaciones en una misma empresa” y por supuesto que reconocería exclusivamente a quién representara a la mayoría dentro de la empresa:
Soto y Gama preguntó durante el debate: “¿Quién va a fijar la mayoría? ¿Quién va a hacer la declaración de que una agrupación obrera tiene la mayoría? ¿El ministro de Industria y Comercio? ¡Dios nos acompañe! (Risas). ¿Las juntas de Conciliación y Arbitraje, manejadas generalmente por los que están en el Poder? No salimos de apuros ni resolvemos el problema. ¿Qué autoridad va a ser la encargada de fijar la mayoría?” (…)
(…) ¿Y quién fija la mayoría? ¿El señor Morones? Acuérdense del caso de la Terminal, compañeros. (Una voz: ¡Le tiene miedo!) ¿Pero cómo no le hemos de tener miedo a un individuo que a la vez es secretario de Industria y jefe de una organización obrera? ¿Cómo no vamos a tener miedo a la parcialidad del que funge de juez y parte?
Lombrado contestó: “¿quién va a fijar la mayoría? Ahí está el problema. ¿La Secretaría de Industria? No, ¡qué barbaridad! ¡Dios me libre, Morones calificando eso! No. Morones es el enemigo de las organizaciones obreras, etcétera. ¿Va a serlo el Gobierno del Distrito? ¿Y si el Gobierno del Distrito cae en manos de los laboristas? No. ¿La Secretaría de Agricultura? No. ¿La Secretaría de Hacienda? No. (…que) las juntas de Conciliación y Arbitraje sean las que vayan a justificar la existencia de la mayoría no le satisface al compañero Soto y Gama porque ahora gobierna el general Calles, (…) Pero todo mundo sabe que las juntas de Conciliación y Arbitraje se integran por obreros, por representantes del gobierno y por representantes del capital.”
Lombardo defendió en este debate la necesidad de un sindicato único en cada centro de trabajo, expulsando de la empresa a los trabajadores disidentes. A los pocos meses Lombardo publicó su libro La libertad Sindical en donde afirmó: “La libertad sindical es, pues, en México, por el sentido gramatical de las Leyes, es un nuevo camino creado por el Estado para la emancipación integral del proletariado, y un derecho limitado a la defensa de sus intereses materiales, tratándose del capitalismo.”
Durante un breve periodo en que Lombardo fue ayudante de Morones en la SICT, estallaron huelgas ferrocarriles y en la industria minera del Estado de Jalisco, huelgas organizadas por Siqueiros, las cuales fueron declaradas ilegales y sangrientamente reprimidas por el ejercito. El fallo fue firmado por Lombardo en su calidad de oficial mayor de la SICT.
En 1928, justo antes de iniciar la discusión sobre la reglamentación del artículo 123, la polémica sindical sobre la contratación sindical estaba claramente definida, entre los sindicatos (CGT y algunas federaciones de CROM) que pugnaban por la firma de CCT y su extensión a carácter de Contratos Ley pactados de manera bilateral entre trabajadores y patrones y su contraparte, (representada por Lombardo Toledano), que impulsaba la firma de Contratos Sindicales de Trabajo por centro de trabajo, acompañados de previa expulsión de los trabajadores disidentes con el sindicato mayoritario por medio de la Cláusula de Exclusión.
Los partidos
En el país existían entonces al menos 55 partidos legalmente reconocidos, la inmensa mayoría se disolvió para integrarse al Partido Nacional Revolucionario, partido oficial, los que se quedan al margen cómo el Partido Laboral Mexicano (PLM) o el Partido Comunista Mexicano (PCM) son asediados por el poder al grado de ser reprimidos y declarados ilegales o eliminados de todo espacio de poder, desmantelando su base social y exiliando a sus principales dirigentes.
Los comunistas
Justo después de los primeros debates sobre la el proyecto de Ley Federal del Trabajo 1928-29, y después de una declaración de Lombardo Toledano acusando a Siqueiros y a Campa de recibir instrucciones directamente de la embajada soviética, en junio de 1929, el Partido Comunista Mexicano es declarado ilegal, la policía tomó violentamente la imprenta del partido, El Machete, se expulsó a diplomáticos soviéticos cómo preludio al rompimiento de relaciones con la URSS, se desaforó al diputado comunista Hernán Laborde, se asesinó al principal estratega del partido, el cubano Julio Antonio Mella, impulsor de la formación de la Central Sindical Unitaria de México , ligada al PCM, se expulsó del país a su compañera Tina Modoti, secuestran a Valentín Campa y se encarcela en las Islas Marías a los principales opositores sindicales- Siqueiros, Miguel “ratón” Velasco, Evelio Badillo, José Revueltas entre otros-, se asesinaron en Durango y Tamaulipas al menos a 46 militantes , se reprimió violentamente los movimientos sindicales vinculados a la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM) y se da un golpe de mano en la Liga Nacional Campesina brazo campesino del PCM, desligándola del partido.
Los laboristas
La batalla para acotar y eliminar al Partido Laborista Mexicano (PLM) se inició con el asesinato a Álvaro Obregón, pues Morones se había atrevido a mantener una disputa pública con él y su asesinato fue un buen pretexto para expulsarlo de la elite del poder. Fidel Velásquez, entonces compañero de Morones, sostiene que el verdadero motivo de la disputa y la caída de Morones fue que se atrevió a querer ser presidente.
El Congreso nombró a Emilio Portes Gil, rival de Morones, con quien había tenido una relación conflictiva durante su gobernatura en el Estado de Tamaulipas; Portes Gil cómo gobernador retiró la administración del CCT de los ferrocarriles en Tamaulipas a la CROM para otorgársela a Alianza de Ferrocarriles Mexicanos . En otros casos llegó a tener mayor consideración, casi nunca correspondida, con la central independiente, la Confederación General de Trabajadores (CGT).
La campaña de desprestigio contra Morones se dio no sólo en el ámbito político, sino también entre la opinión pública, con obras de teatro donde se satirizaba a Morones y a los dirigentes cromistas: “El desmoronamiento” y “Cromopolis” son algunos ejemplos en donde inclusive participaron actores sindicalizados y ex compañeros cercanos a Morones, cómo Roberto “el panzón” Soto con quién compartió fiestas, coñac y suripantas. En “Cromopolis”, Soto que representaba a Morones, aparecía en escena, “revolcándose en las alfombras, totalmente ebrio empinándose una botella y exclamando: ¡Arriba el proletariado!”. En “El Desmoronamiento”, también representada por “el panzón” Soto y escrita por José Moreno Ruffo e Ignacio Baeza, se "hacía una severa crítica de los procedimientos gangsteriles que usaron los directores del movimiento obrero en aquel entonces para imponer sus caprichos. Asimismo exhibía todas las lacras de que en su vida pública hacían ostentación algunos de dichos líderes, especialmente el señor Morones, quien en una de las escenas, aparecía en su famosa quinta de Tlalpan, presidiendo las grandes bacanales que noche a noche, y con asistencia de altos funcionarios del antiguo gobierno, se celebraban..." .
Días antes de que Portes Gil asumiera la presidencia tuvo una reunión con dirigentes de la CROM, al que significativamente faltó Morones, donde se comprometieron a establecer buenas relaciones. Al día siguiente en la IX Convención de la CROM, Morones, una demostración de fuerza frente al invitado especial, Plutarco Elías Calles, arremetió contra Portes Gil, contra el gobierno y al final, la Convención abandonó el Teatro Hidalgo en donde se realizaba el evento, pues era un espacio gubernamental.
La CROM retiro a todos sus cuadros que ocupaban cargos gubernamentales, incluyendo a los delegados de la CROM a la convención Obrero Patronal (entre ellos Lombrado Toledano y Ricardo Treviño ), dejando sin operadores sindicales pro gobierno a la Convención Obrero Patronal lo cual retrasó los planes de Calles para imponer el proyecto de legislación laboral.
Este conflicto sólo atizó la incertidumbre en las dirigencias de los sindicatos nacionales y locales, que estaban acostumbrados a trabajar en contubernio con las autoridades en turno y provoco la desbanda de muchos sindicatos cromistas que salieron de la organización.
La opinión pública sobre la posible complicidad de Morones en el asesinato de Obregón, era la comidilla cotidiana, pues se sabía que el caudillo sonorense había debilitado la influencia del PLM. La salida de la Convención Obrero Patronal y la renuncia a los puestos de gobierno resultaron funestas para la CROM: se estaban enfrentando ni más ni menos que al jefe Máximo.
Calles les cobró caro esta insubordinación, en tres años de vivir en la oposición, la CROM perdió más de 349 organizaciones nacionales, locales y de empresa.
El PNR
La reelección del propio Obregón en el '28, la multitudinaria lista de micro partidos en los cuales se apoyaba Calles para gobernar, el conflicto cristero, la experiencia de la CROM cómo central obrera oficialista y su crisis después del asesinato de Obregón, el apoyo incondicional a Calles de un sector de la CROM ligada a Lombardo Toledano, la existencia de al menos 55 partidos políticos reconocidos legalmente según los requisitos establecidos en el artículo 106 de la Ley Electoral de Poderes Federales y la necesidad de integrar al sistema de control a los empresarios (la COPARMEX nace en 1929), más el auge ascendente de los partidos fascistas en el mundo y la necesidad de controlar desde el centro, el reparto del poder movió a Calles a fundar el Partido Nacional Revolucionario cómo ya vimos, comisionó a Puig Casauranc para presentar una propuesta para organizar el partido.
Desde la convocatoria para la formación de un partido oficial, se advirtió la mano del ex embajador en Italia, comenzando con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, y terminando con la identidad como partido de Estado: los delegados se contabilizaron en función del número de habitantes de cada entidad federativa y no por el número de afiliados; los delegados tenían que ser acreditados por los presidentes municipales. Todos los empleados públicos fueron considerados miembros y les retuvo un día de salario en calidad de aportación al partido; el periódico oficial del partido, El Nacional Revolucionario, era al mismo tiempo el periódico difusión del gobierno.
A nivel organizativo el PNR establecía una relación totalmente jerárquica y antidemocrática donde el Comité Ejecutivo Nacional era la instancia superior y donde Calles era jefe indiscutible: “Se le llamó Jefe máximo y se le dio el calificativo de hombre fuerte de México. La hoja del árbol no se movía sin su voluntad. Nada se hacía sin su autorización tácita o expresa. Su casa particular viose continuamente visitada por numerosa gente. Políticos de fuste y hombres de negocios pasaban a la residencia del general Plutarco Elías Calles, en donde siempre se encontraba el visitante con la figura de Luis N. Morones, gordinflón aún, con su cara atectónica, donde un ojo, el izquierdo brillaba cómo fuego. El mismo cuerpo diplomático, tan celosos de su contacto, le rendía homenaje. Muy amigos, muy íntimos, el general Calles y Mr. Dwith Morrow, embajador norteamericano.” Una figura que recuerda al Duce.
El modelo
La Italia que les tocó vivir a De Negri y a Puig Casauranc fue la de la consolidación del Estado Corporativo que en palabras de los propios fascistas “representa una forma especial de actividad de gobierno del Estado, que en orden a la Economía, regula los problemas relativos a la producción, a la distribución y a la circulación de la riqueza.”
El corporativismo italiano, es decir el proyecto fascista de Mussolini, consistió en la integración obligatoria de los ciudadanos al aparato de Estado por medio de corporaciones gremiales, es decir, los sindicatos, con la finalidad de garantizar por medio del principio de autoridad, el cumplimiento de los proyectos del Estado para lo cual requiere de mecanismos de control ideológico que le permitan funcionar de manera eficiente recurriendo al nacionalismo cómo motivo de unidad.
Por otro lado pertenencia a los sindicatos era obligatoria, mientras que el Estado se encargaba de mantenerlos “ordenadas jerárquicamente, reconocidos o autorizados por el Estado que deliberadamente garantiza un monopolio de representación”
De Negri y Puig Casauranc encontraron en Italia una solución aplicable a la realidad mexicana, por lo menos digna de ser estudiada, dada la circunstancia de México, su crisis institucional y la diversidad de caudillos militares. Solución que incluían la formación de un partido de Estado con mecanismos de control sobre los sectores de la producción y que permitiera la gobernabilidad fundamentada en leyes y decretos, todo en nombre de la paz social, la estabilidad política y la económica del país.
En la Italia que les toco vivir a Puig y De Negri, todos los partidos desaparecieron, se volvieron clandestinos o se integraron al Partido Nacional Fascista fundado en 1921. Todos los empleados públicos, desde el trabajador más humilde hasta el funcionario más alto son obligatoriamente miembros del partido, pagaban cuotas y se les prohibió, como funcionarios públicos, la integración en sindicatos para defender sus derechos laborales, pues lejos de ser considerados trabajadores se les denominaba representantes de la autoridad. Al final se les concedió del derecho de pertenecer obligatoriamente a un sindicato de empleados públicos, pero sin derecho a la contratación colectiva.
En materia ideológica dominaba el nacionalismo como sustento ideológico pretendiendo que el Estado es la encarnando de la nación. De aquí viene el término de Estado Totalitario, es decir el Estado que abarca la totalidad de las relaciones sociales, económicas, políticas y espirituales de los gobernados: la subordinación del interés individual y particular al interés colectivo encarnado en el Estado como representante de la nación.
¿Y qué es la nación para el fascismo italiano?: “es un organismo que posee fines, vida, medios de acción superiores en potencia y en duración a los individuos aislados o agrupados que la componen. Es una unidad moral, política y económica que se realiza íntegramente en el Estado;” . Y el Estado a su vez “comprende las actividades sociales, económicas, morales, políticas y culturales de la Nación.” “Nuestro mito es la nación nuestro mito es la grandeza de la nación” dirá Mussolini.
La lección fue aprendida por los embajadores mexicanos y el nacionalismo se convirtió como campaña publicitaria en el principio de identidad de los caudillos con el pueblo y expresada muy bien en la formación del Partido Nacional Revolucionario. En 1927 la CROM a través de de su secretario general, Ricardo Treviño sometió “a consideración del gobierno del país y a las organizaciones patronales (un memorando) en beneficio de la nación y al concepto nacionalista del movimiento obrero.” Ya Calles siendo presidente declaró en tono de queja sobre “la inundación que ha estado sufriendo nuestro país de judíos” . En 1931 la Confederación de Cámaras Industriales y de Comercio, la Confederación de Cámaras, la Cámara de Comercio Francesa y el Departamento del Trabajo del Distrito Federal convocaron a una gran manifestación nacionalista para el día 1 de junio, estableciéndolo, el gobierno de la capital, día de descanso oficial.
Es aquí donde se forja el discurso del nacionalismo revolucionario del partido oficial. Lombardo Toledano lo expresa de manera espontánea en el debate con Siqueiros y Campa sobre el carácter del proyecto de Ley Federal del Trabajo en 1929 “todos somos nacionalistas sociales.”
En materia sindical y de contratación colectiva, Italia innovó los mecanismos de control sobre los sindicatos:
Después de la marcha sobre Roma (1922) los trabajadores que conservaban aun su credencial sindical “son apaleados o pierden su empleo. Los patrones y las oficinas de colocación rechazan a los obreros que no llevan el carnet ‘sindical’ fascista. En algunos casos, los mismos industriales apuntan a todo su personal a los ‘sindicatos’ fascistas y retienen las cotizaciones de los salarios.”
En diciembre de 1923 la Confederación patronal italiana y los sindicatos fascistas firmaron un acuerdo con el que forman una comisión mixta permanente, vigilada por la autoridad, para tratar todos los asuntos relacionados con el funcionamiento de las empresas.
En 1924 el gobierno fascista publicó un decreto-ley donde autorizó a los gobernadores provinciales a destituir a los dirigentes obreros no afines al fascismo y disponer de los bienes de los sindicatos independientes y en octubre de 1925 se firmó un pacto entre la Confederación Industrial Italiana (Confindustria) y los sindicatos oficiales suprimiendo las comisiones obreras creadas durante las tomas de fábrica del 1922; al mismo tiempo el Gran Consejo fascista prohibió el derecho de huelga y la libertad sindical.
La navidad de 1925 fue extremadamente fría para el pueblo italiano pues se aprobó el decreto que otorgó poderes absolutos al Duce Benito Mussolini.
En 1926 Mussolini decretó la disolución de todos los partidos políticos y se suprimió las garantías individuales. Con la eliminación del parlamento, la cámara de los fascios y las corporaciones (sindicatos de trabajadores y empresarios) dan forma final al “Estado Corporativo”.
En 1929, los dirigentes de los sindicatos fascistas que habían servido en la etapa de posesionarse en la clase trabajadora y por lo mismo, la que tenía más compromisos sindicales establecidos, son destituidos y algunos de ellos encarcelados pues su función de agitación, a criterio del Duce, había terminado y ahora el sistema corporativo necesitaba menos beligerancia y más colaboración.
En Italia un trabajador común y corriente estaba obligatoriamente integrado aun sindicato, requisito necesario para conseguir empleo a pesar de que los sindicatos y sus dirigentes podrían no aparecer jamás en la vida cotidiana del trabajador. En un testimonio escrito por un trabajador afirma: “jamás he tenido la posibilidad de entrar en contacto con la organización, de discutir en las asambleas ni de expresarme libremente.”
La afiliación a los sindicatos, oficialmente era libre y voluntaria, pero un desempleado no tenía posibilidad real alguna de conseguir trabajo. Para trabajar tenía que hacerlo afiliándose al sindicato oficial. El trabajador que se encontraba ya trabajando durante la modificación del régimen sindical, podía mantenerse al margen del sindicato pero el nuevo sindicato oficial y el patrón determinaban sus condiciones de trabajo, su salario y si quería conservar el empleo sin afiliarse, tenía que cumplir con todas las obligaciones sindicales, cómo el de pagar cuotas sin obtener nada más que el derecho a trabajar.
En materia de Contratos Colectivos de Trabajo el ministro de las Corporaciones, el equivalente al secretario de Industria, Comercio y Trabajo en México, elaboraba el documento en acuerdo con los patrones y era firmado por los representantes sindicales. El contenido de los CCT era casi siempre desconocido para los trabajadores, pero servía como justificación legal para determinar con toda precisión las obligaciones de los trabajadores incluyendo salarios y reglamento interno.
En materia de conflictos laborales el Estado fascista ejerció el arbitraje obligatorio a través de sus diferentes organismos estatales ya sean los Comités Provinciales Corporativos o la Magistratura del Trabajo.
Los organismos arbitrales eran tripartitos donde los funcionarios del Estado fingían mediar entre los intereses de la empresa y la de los trabajadores.
Cuando se implantó en Italia el arbitraje obligatorio el impacto inmediato en las condiciones de trabajo fue:
• El Reemplazo de los antiguos CCT nacionales de industria por CCT de empresa, siempre y cuando así lo solicitara la empresa.
• La percepción económica de los trabajadores siempre fue, sin excepción, la reducción de salarios y la generación de grandes diferencias salariales entre regiones, y empresas de la misma industria.
• Escala móvil de salarios, pero a la baja y a criterio siempre de la empresa. (Decreto del 1 de julio de 1926)
• Movilidad y flexibilidad total de la mano de obra, también a criterio de la empresa y sin respeto al salario: Un trabajador podía ser removido a una categoría inferior con la reducción salarial correspondiente.
En materia de prestaciones sociales, el sistema corporativo italiano estableció prestaciones y previsiones sociales básicas que permitieran la reproducción de la fuerza de trabajo sana y estable, para mejorar el rendimiento en calidad y cantidad en los centros de trabajo.
El Estado garantizó asistencia médica y previsión social a pescadores y medieros, reglamentó el trabajo a domicilio, otorgó capacitación profesional a trabajadores, obligó a la indemnización en caso de despido injustificado, reglamentó el trabajo de mujeres y niños , ofreció la semana de cuarenta horas y:
“ El perfeccionamiento del seguro de accidentes; La mejora y el aumento del seguro de maternidad; El seguro de enfermedades profesionales y de la tuberculosis cómo tendencia al seguro general entre todos las enfermedades; El perfeccionamiento del seguro contra la desocupación involuntaria; La adopción de formas especiales aseguradoras dotalicias para trabajadores jóvenes."
Hay que remarcar que el modelo italiano de Estado Corporativo basó su economía en el capitalismo con una importante intervención del Estado en materia de control, supervisión, producción y financiamiento. Esquema de Economía Mixta le llamó Mussolini.
De todo esto abrevaron De Negri, Puig Casauranc, Abelardo L. Rodríguez y el mismo Calles en su viaje a Europa en 1930-31.
La Ley Federal del Trabajo, el PNR, la Banca de Desarrollo, el Nacionalismo Revolucionario, la figura del Jefe Máximo no son meras coincidencias. No es coincidencia que Calles fundara el Banco de México en 1925 y Abelardo L. Rodríguez Nacional Financiera, el Banco Hipotecario y de Obras Públicas y la creación la empresa estatal Petromex.
Por esto bien dice Néstor de Buen que las prestaciones de seguridad social establecidas en la LFT son parte de la estrategia fascista de control sindical y estas previsiones sociales están muy lejos del Estado Benefactor sobre todo en materia de democracia y libertad.
La campaña pública del fascismo en México
México era fundamental en la política internacional de Mussolini, el hecho de ser frontera con Estados Unidos y puerta de entrada para Latinoamérica obligó a los italianos a la realizar un importante esfuerzo de construcción de una imagen favorable al fascismo en nuestro país.
El primer bombazo publicitario fue sacar a la luz pública que un hijo del mismismo Garibaldi, Giuseppe Garibaldi había combatido al lado de las tropas constitucionalistas. Mussolini mandó al Ezio Garibaldi, hermano de Giuseppe, cómo diplomático encargado de valorar la situación mexicana.
En agosto de 1924, el gobierno italiano mandó una gran comitiva internacional a visitar varios países de Latinoamérica para promover su imagen. La nave Italia tocó puerto en Veracruz. Iba cargada de una exposición de productos industriales y obras de arte: La delegación incluía a más de 700 personas relacionadas con la industria, el comercio, periodistas, políticos y militares.
El gobernador del estado, Adalberto Tejada recibió personalmente a tan distinguida tripulación. La nave fue visitada por más de diez mil personas el primer día, mientras que la prensa lanzo una campaña favorable al Duce.
En 1927 con fondos de la delegación italiana se fundó el Fascio Italiano de México presidido por Eliseo Lodigiani, hijo del propietario de la fábrica de dulces y chocolates La Suiza.
En una crónica periodística de 1928, Mario Appelius describió una visita a la comunidad italiana de Chipilo, Puebla: "... una muchedumbre de campesinos: de un lado los hombres, del otro las mujeres: machos aquéllos, fuertes, descamisados, cortados por una raza viril en un granito ciclópico: altas las mujeres y robustas [...] potentes en la gallarda femineidad de su porte".
La campaña del gobierno italiano en México había permeado a la opinión pública mexicana. Serán de dominio público las declaraciones y militancia pro fascistas de personajes cómo Vasconcelos , el Dr. Atl, Ezequiel Padilla y Antonio Caso.
Ezequiel Padilla, que fue Secretario de Educación Pública en 1929 y también embajador en Italia, de abril de1930 a abril de 1932, en octubre de ese mismo año y en su calidad de diputado, durante el debate para la formación del Departamento Autónomo del Trabajo y de la Secretaría de Economía para sustituir la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo lanzó una apología del fascismo que además fue aplaudida por sus compañeros diputados:
“Pasemos ahora al fascismo, ese otro ejemplo formidable de lo que significa en la vida moderna para la construcción económica de un país la lealtad de los principios claramente definidos. Así cómo los Estados Unidos sostienen su lucha de clases, su libre competencia, desatada y feroz en el campo de la lucha económica, y así cómo Rusia no admite la lucha de clases, sino el predominio inflexible de una sola clase, el Gobierno Fascista, el sistema Fascista, no quiere ni una ni otra cosa: busca el equilibrio, la coherencia, la cooperación de las clases. He allí su premisa fundamental.
Ellos van a organizar la cooperación de clases, van a edificar una política económica sustentada en la cooperación de todas las clases productoras de la nación; y en este sentido van a crear los órganos de su dinámica económica. El sistema Fascista descansa fundamentalmente en el sistema de las corporaciones, y las corporaciones son un conglomerado de sindicatos; allí no preocupa la libertad individual; es necesario encontrar el órgano en donde todas las clases de la producción se coordinen, y se ha hecho obligando al sindicalismo de toda la Italia , de todas las fuerzas económicas, y al mismo tiempo a la coordinación de los sindicatos pertenecientes a una línea de actividades, en una corporación, que es la que juzga todos los conflictos, que es la que resuelve todos los encuentros y todos los choques entre los distintos sindicatos. Allí el trabajador no está abandonado, y en esto es necesario en gran parte combatir prejuicios. En la corporación fascista el trabajador no está aislado; en la corporación fascista el contrato colectivo que representa la conquista máxima práctica dentro de la lucha de clases, porque ya no es el hombre abandonado y sólo con su debilidad, sino que ya obra solidarizado en un sindicato que tiene personalidad y fuerza, es una conquista definitiva; la corporación, cómo digo, coordina todos los sindicatos; de la corporación se asciende a un Consejo de Corporaciones y por último se llega al Ministerio de las Corporaciones que es el eje del Gobierno Fascista. El Estado Fascista es el Estado cooperativo. Su tesis económica es que abandonar la nación la lucha de clases cómo en los Estados Unidos, abandonarla a las fuerzas naturales de la competencia económica, significa el caos; es la causa de las crisis continuas el no prever, el no disciplinar los factores de la producción y ordenarlos de manera que no se entrechoquen y se desgasten y no ocasionen otra cosa que el desbarajuste y el desorden; es la causa de las crisis periódicas y de esas alternativas pasajeras de prosperidades que no duran; por eso hay que conjurarlas y para eso hay que buscar la coordinación de las clases, labor que sólo puede realizar el Estado, porque sólo hasta él trascienden los intereses contrastantes de los individuos y los grupos en pugna. Repito, no deseo criticar ni estudiar sistemas; quiero sustentar otra vez mi propósito de que para estas arquitecturas económicas, lo fundamental, lo que las hace grandes, lo que las ha llevado a resultados estupendos, lo que las hace ser ejemplos de realizaciones y construcciones asombrosas, es el respeto consciente y profundo a líneas ideológicas que de antemano se han trazado cómo premisas fundamentales de su edificación. (Aplausos.)”
Operativo Ley Federal del Trabajo
13 de diciembre de 1927: El senado anuncia que deja para el siguiente periodo legislativo la discusión de un proyecto de reglamentación al artículo 123 constitucional.
1 de julio de 1927: Álvaro Obregón, cómo candidato único, gana las elecciones presidenciales.
17 de julio de 1928: Es asesinado el presidente electo Álvaro Obregón. La figura de Morones, que tenía serias diferencias con el caudillo sonorense, se ensombrece por la sospecha de ser el autor intelectual, aunque lejos de tener evidencias, esta situación es aprovechada por sus adversarios políticos para dejarlo fuera de la carrera presidencial.
De inmediato los comunistas convocan a la formación del Comité de Defensa Proletaria; participan sindicatos obreros y campesinos de Jalisco, Nayarit, Tamaulipas y Coahuila incluyendo la Liga Nacional Campesina (120 mil afiliados), para realizar un Congreso Obrero y Campesino.
21 de julio de 1928: Ante las dudas planteadas y la presión de los obregonistas, Morones y Celestino Gasca renuncian a sus cargos dentro del gobierno para “no ser un obstáculo en la investigación ”
28 de agosto de 1928: Emilio Portes Gil asume la Secretaría de Gobernación.
26 de septiembre de 1928: Portes Gil es declarado presidente provisional de la República por la Cámara de Diputados.
3 de noviembre de 1928: Se pública la convocatoria para la Convención Obrero Patronal para discutir la reglamentación del artículo 123 constitucional.
15 de noviembre de 1928: Se inaugura la Convención obrero-patronal en el Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria. Portes Gil, cómo secretario de Gobernación asume la presidencia de debates de la Convención con el apoyo del Puig Casauranc, Secretario de Industria Comercio y Trabajo.
Por la representación obrera aparecen entre otros Vicente Lombardo Toledano y Ricardo Treviño, David Alfaro Siqueiros, Manuel “ratón” Velasco y Valentín Campa; por los empresarios Eugenio Garza Sada y Joel Rocha; cómo asesores del gobierno, Manuel Gómez Morín (Fundador del Partido Acción Nacional, entonces colaboraba en el consejo del Banco de México) y Marte R Gómez (Secretario de Agricultura y Fomento) .
19 de noviembre de 1928: Se discute la desaparición de los Códigos Estatales de Trabajo y retirar a los estados la injerencia en materia laboral. Siqueiros se opone, pues con ello se perdían algunos aspectos avanzados de las legislaciones locales.
20 de noviembre de 1928: El tema central de la discusión fue el de la contratación: Los empresarios pugnaron por la contratación individual, un sector de los trabajadores (Siqueiros y el bloque comunista) por la Contratación Colectiva de Trabajo mientras que Lombrado Toledano insistió en la Contratación Sindical basada en la cláusula de exclusión.
21 de noviembre de 1928: Se discute sobre el arbitraje por parte del Estado: El debate fundamental se da otra vez entre Siqueiros y Lombardo Toledano.
Siqueiros: no intervención del Estado en los conflictos laborales y rechazo al arbitraje obligatorio.
Lombardo Toledano: “Los obreros tienen confianza en el gobierno, porque representa los intereses de la revolución. El arbitraje obligatorio es necesario.”
26 de noviembre de 1928: Ante la inminente toma de posesión de la presidencia el primero de diciembre, Portes Gil deja la presidencia de debates en manos de Puig Casauranc.
28 de noviembre de 1928: El tema de la autonomía sindical está en el debate. Ante la propuesta de registro sindical Siqueiros argumenta en contra:
“El Estado no debe intervenir en la vida sindical, (…) El Estado no podrá decretar el desconocimiento o la disolución de los sindicatos (…) El régimen fachista da derecho al Estado para inmiscuirse en las cuestiones internas de las organizaciones. La causa de la división de los trabajadores ha sido la injerencia de las autoridades en la organización interior de los sindicatos. Permitir la intervención del Estado en los asuntos internos de los sindicatos sería tanto cómo permitir la destrucción de ellos”
1 de diciembre de 1928: Toma posesión de la presidencia de la república Portes Gil. Entre las primeras acciones que toma es la de nombrar a Puig Casauranc jefe del Departamento del Distrito Federal y nombra a Manuel De Negri en la Secretaría de Industria Comercio y Trabajo.
3 de diciembre de 1928: El tema de discusión es la huelga. El proyecto violentaba el derecho de huelga, pues para no contradecir el texto del 123 que establecía sólo los criterios de licitud de las huelgas, el proyecto encontró el antídoto contra este derecho: el concepto de huelgas licitas pero “legalmente inexistentes”. La delegación de la comunista acusó al recién nombrado presidente Portes Gil de fascista criollo, este en represalia ordenó la aprensión de Valentín Campa y Siqueiros, pero los miembros de la convención de manera unánime se opusieron a ello y se nombró una comisión para que le pidiera al presidente que respetara la función de la Convención obrero patronal y que después hiciera lo que quisiera … y así lo hizo después.
4 de diciembre de 1928: Se realiza la IX Convención de la CROM en el teatro Hidalgo. Se presenta Calles quién es aclamado y recibe una medalla al merito de la “Reconstrucción Nacional”. Se aprovecha la ocasión para reclamar el maltrato a los cromistas por el asesinato de Obregón. La llegada de Portes Gil a la presidencia no deja tranquilo a Morones, pues este se había enfrentado a la CROM cuando fue gobernador de Tamaulipas.
La CROM decide romper todo trato con el gobierno y retira a sus delegados de la Convención Obrero Patronal.
9 de diciembre de 1928: Lombardo Toledano propone la disolución de PLM para integrarse plenamente al PNR. Su propuesta no fue atendida por los moronistas.
27 de enero de 1929: Cómo resultado del Congreso Obrero y Campesino convocado por el PCM se forma la CSUM, inician una campaña nacional contra el proyecto de ley.
En los meses siguientes la CROM se desmorona, cientos de sindicatos se separan de la central. Algunos se integran a la CGT otros forman nuevas federaciones cómo la Federación de Sindicatos de Trabajadores del Distrito Federal, donde Fidel Velásquez queda de secretario del interior.
Al mismo tiempo se va conformando un bloque sindical que pretende llenar los espacios políticos que deja la CROM y exigen la apertura de espacios hasta ahora copados por esa central, llegando en algunos casos a la violencia física, cómo en las elecciones de representantes obreros en la JCA del siguiente año, en donde efectivamente la CROM pierde la mayoría de sus representantes. Fidel Velásquez es uno de los nuevos representantes.
4 de marzo de 1929: Se funda el PNR. De su congreso fundacional se nombra a Pascual Ortiz Rubio cómo primer candidato presidencial del nuevo partido. Se levanta en armas el general José Gonzalo Escobar, levantamiento que abarca los estados de Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Veracruz. Aunque los campesinos del LCN apoyaron al gobierno para acabar con la rebelión, en Durango, Zacatecas y La Laguna, se negaron a entregar sus armas después de ser derrotado el levantamiento, esto es usado cómo un pretexto más para cuestionar la legalidad del PCM.
6 de junio de 1929: Se inicia la represión sangrienta al PCM; los comunistas resultaron un hueso demasiado duro de roer y un protagonista importante en contra del proyecto de ley de Portes Gil. Un diputado desaforado, más de 30 militantes asesinados, entre ellos a Guadalupe Reyes den Durango, al menos 46 detenidos y locales saqueados es el saldo de la represión.
21 de junio de 1929: Portes Gil y el arzobispo Leopoldo Ruiz firman el acuerdo para terminar el conflicto cristero. Aarón Sáenz juega un papel fundamental en la relación diplomática con el embajador norteamericano Morrow, para que Estados Unidos presionara al Vaticano para que a su vez obligara a los líderes cristeros de deponer las armas.
10 de julio de 1929: la Federación de Fidel Velásquez exige que se promulgue de inmediato la Ley Federal del Trabajo: “Bastante hemos esperado ya y no podemos seguir inactivos por más tiempo.”
14 de julio de 1929: De Negri responde al llamado de la FTDF denunciando que “son los líderes provocadores los que no permiten la unificación del movimiento obrero”, mientras Portes Gil insiste en que a la brevedad será enviada a la Cámara de Diputados para su aprobación.
25 de julio de 1929: La Cámara de Diputados inicia un periodo extraordinario para discutir el Código Federal del Trabajo. La campaña gubernamental se sigue haciendo presente a través de algunos gremios. Hablan los ferrocarrileros: “los obreros de toda la república no aceptaremos que el texto original del citado proyecto sea modificado fundamentalmente a no ser para mejorar en beneficio de la clase obrera.” La trampa funcionó.
26 de julio de 1929: Lombardo Toledano desecha las objeciones sobre la pérdida de derechos al cancelar los códigos estatales de trabajo y exige la federalización de la legislación laboral.
30 de julio de 1929: la cámara de Diputados retira a los estados la facultad de legislar en materia laboral.
15 de agosto de 1929: Los sindicatos opositores al proyecto de Ley Federal del Trabajo, ferrocarrileros, Artes Graficas, disidentes de la CROM entre otros, se reúnen en el Centro Cívico “Álvaro Obregón” y declaran un “No a la reforma del Estado por el Estado.” Siqueiros insiste. “es fascista”, Lombardo declara que mientras el proletariado no conquiste el poder, la constitución de la república no podrá ser reformada para beneficio del proletariado, y aunque el código es un “desastre”, contiene, al menos, algunas conquistas del proletariado. Insiste en su propuesta de Contrato Sindical de Trabajo en contra de los Contratos Colectivos de Trabajo y remata “debemos estar satisfechos del resultado de nuestro trabajo.”
2 de septiembre de 1929: El ejecutivo manda a la Cámara de Diputados la propuesta de Ley federal del Trabajo para su discusión y aprobación. De Negri ha cumplido su encomienda y regresa a sus actividades diplomáticas, ahora cómo embajador en Bélgica. Lo sustituye el Luis L. León que por ser colaborador cercano a Morones deja casi de inmediato el cargo al que será el operador político que, de manera rápida y sin conflictos sociales, puede imponer la nueva legislación: Aarón Sáenz.
Durante los meses siguientes el propio Calles viajó por Europa para observar, entre otros casos, los mecanismos de control implementados en Italia.
17 de noviembre de 1929: Los empresarios se organizan de manera nacional en la Confederación Patronal de la República Mexicana, (COPARMEX)
30 de abril de 1930: La CROM, la CGT, varios sindicatos de industria (electricistas, artes gráficas y transporte), la Liga Nacional Campesina y algunas federaciones estatales presentan un frente común para defender los “derechos adquiridos por los trabajadores”. La estrategia de la CROM es la de posesionarse de nuevo, la CGT que se había mantenido al margen llega demasiado tarde y se deja llevar por el discurso de “las conquistas de los trabajadores” perdiendo de vista lo sustancial: la autonomía y la libertad sindical. Su presencia sólo ayuda a convalidar la nueva ley. Por lo pronto la CGT sufrirá sus primeras escisiones y quedarán marcados por la práctica cromista de todos los dirigentes adheridos a ella después de la crisis de la CROM.
4 de mayo de 1931: Sáenz convoca a los sindicatos a una reunión en el Castillo de Chapultepéc para discutir la inminente discusión en la Cámara de Diputados el proyecto de ley. Por primera vez asisten los representantes de la CGT. El plan estaba armado, Lombardo asume una postura pretendidamente crítica exigiendo que para aprobar la ley, esta debe respetar los derechos adquiridos por los trabajadores. Ortiz Rubio convoca a los inconformes a que envíen sus objeciones a la Cámara de Diputados donde serán turnadas a las comisiones de trabajo. Y en efecto, en cada sesión parlamentaria se hace un recuento de los sindicatos obreros y cámaras patronales que han mandado sus mociones de rechazo o apoyo al proyecto de ley. Sólo eso, una mención en la plenaria.
Aarón Sáenz reclama a Lombardo su inconsecuencia con el proyecto de ley que apenas unos meses atrás defendió con vehemencia: “Esta ley respeta los principios que usted (cómo diputado) defendió en 1925, ahora usted la critica para quedar bien con otras organizaciones obreras.”
Calles cómo Jefe Máximo y en su calidad de Secretario de Guerra y Marina asiste y supervisa personalmente las sesiones de las comisiones de trabajo, asesorado por su consejero en materia laboral y que ocupa en la nómina una subsecretaría en la Secretaria de Guerra y Marina, Abelardo L. Rodríguez.
20 de julio de 1931: La Cámara de Diputados aprueba en lo general la Ley Federal del Trabajo.
13 de agosto de 1931: Se aprueba la LFT de manera definitiva.
28 de agosto de 1931: La Ley Federal del Trabajo es publicada en el Diario Oficial y entra en vigencia en todo el país.
22 de enero de 1932: Abelardo L Rodríguez es nombrado Secretario de Industria, Comercio y Trabajo y primero operador real de la recién aprobada Ley Federal del Trabajo, negando registros sindicales, declarando licita la huelga tranviaria, pero también la declara ilegal: “las huelgas son inoportunas y antipatrióticas en este momento en que se necesita la cooperación de todo mundo y especialmente de los trabajadores” ; lo mismo hizo con las huelga ferrocarrilera. También eliminó prestaciones del CCT del Sindicato Mexicano de Electricistas.
4 de septiembre de 1932: Por presión de Calles y falta de apoyo en las cámaras, Pascual Ortiz Rubio renuncia a la presidencia de la república. El general Abelardo L. Rodríguez hombre de confianza de Calles, y su asesor en materia laboral, ocupa de manera interina la presidencia de la república hasta 1934.
Impactos y Consecuencias directas de la aplicación de la LFT
La LFT establece en su artículo 13 transitorio, que los CCT existentes, los reglamentos pactados, los contratos individuales y cualquier otro convenio que estableciera condiciones mejores a los establecidos por la LFT pueden ser revisados, a la baja, para ser ajustados a los derechos mínimos de Ley. Una lluvia de demandas patronales inundaron las oficinas de la JCA.
La Ley reconoció a los sindicatos cómo personas privadas, pero estableció criterios de persona pública para regular su constitución, sus fines, su ámbito de competencia y los requisitos legales para su existencia. Con esto se le otorgó al Estado el derecho a inmiscuirse en la vida interna de los sindicatos, desde el otorgamiento de registro sindical hasta en la obligación que tienen los sindicatos a proporcionar información que el Estado le requiera. El propio CCT tendrá validez no cuando las partes lo pacten, sino hasta que esté depositado en la JCA correspondiente
Uno de los impactos más difíciles de librar para los sindicatos independientes ahora que requieren de las juntas para registrar los sindicatos y tramitar demandas colectivas, es el carácter tripartito de la JCA, pues los representantes obreros pertenecen a sindicatos oficiales que podrían ser desplazados, convirtiéndoles en juez y parte de los conflictos.
Con la entrada en vigor de la LFT los sindicatos tuvieron que presentar documentación que acredite su existencia, sin importar la voluntad soberana de los trabajadores, todo bajo los criterios de la LFT, requisito sin los cuales no tendrán personalidad jurídica para negociar con los patrones sus condiciones de trabajo, lo mismo el comité ejecutivo.
La experiencia muestra la negativa de otorgar registros a sindicatos incómodos y a aceptar registros de sindicatos patronales, ocasión que aprovecha Eugenio Garza Sada y forma el primer sindicato de protección: la Unión de Trabajadores Cuauhtémoc y Famosa.
Antes de la promulgación de la LFT, los trabajadores de la Cervecería Cuauhtemoc no tenían sindicato, toda negociación laboral era individual con toda la ventaja para la empresa. Ante el “riesgo” de que un sindicato como la CGT pudiera emplazar a huelga a la Cervecería, para firmar un CCT; Garza Sada promovió la formación del sindicatos blanco y firmo su primer CCT y lo registró y mantiene hasta la fecha un férreo control sobre la dirigencia sindical que es nombrada directamente por los directores de la empresa, construyendo al mismo tiempo una barrera ideológica en nombre de la colaboración, salpicada con algunas prestaciones sociales.
Criterios empresariales aplicados en Cervecería Cuauhtémoc
• Es preferible cerrar la empresa antes que ceder a las demandas de trabajadores en huelga.
• Despido inmediato a trabajadores que participen en alguna demanda de titularidad de CCT.
• Campaña intensa de ideologización en contra de las posturas sindicalistas autenticas.
• Quién demanda a la empresa no regresa nunca.
• Control unilateral de la empresa en la contratación del personal.
• Gran número de trabajadores eventuales, recontratados a intervalos para no generar derechos de antigüedad.
• Flexibilidad laboral.
• Despido inmediato a mujeres al embarazarse o por matrimonio.
• Contratación de trabajadores externos a través de intermediarios. Política implementada desde 1935
• Los trabajadores desconocen la existencia del sindicato y del Contrato Colectivo de Trabajo.
• Nula presencia del sindicato en las áreas de trabajo. Formalidad en las comisiones mixtas.
• Prima de creatividad para trabajadores con sugerencias productivas (1929)
• Despido por enfermedad con muy baja indemnización.
• Infiltración de “orejas” en los grupos donde se sospecha de organización incipiente.
• Despido inmediato al sospechoso de organizarse de manera independiente.
Perfil de los trabajadores de planta despedidos
• Buenos trabajadores.
• Hombres casados con un promedio de antigüedad de 15 años.
• Mujeres solteras con un promedio de antigüedad de 7.5 años.
• Mayoría de obreros calificados.
• Sindicalizados.
• Algunos habían participado en órganos internos: comités de ajuste y comisiones mixtas.
• Algunos habían ingresado a trabajar por recomendación directa de la familia Sada.
La estrategia jurídica de la empresa fue desconocer la relación laboral con los despedidos. La mayoría de los despedidos solo pudieron acreditar la relación laboral con las empresas subcontratistas.
Esquema del despido
• Los jefes de departamento ejecutaron el despido
• Ningún caso fue turnado previamente a la comisión mixta
• En ningún caso acudió al sindicato para defender al trabajador
• Las únicas pruebas documentales de la empresa fueron actas circunstanciadas muy breves, redactadas por el jefe y firmada por el trabajador
• “Renuncia voluntaria”
• Todos los testigos del demandante, que siendo trabajadores en activo, negaron todo conocimiento de los hechos
• La mayoría de los testigos (principalmente las mujeres) desconocía la existencia del Contrato Colectivo de Trabajo, de estatutos, así cómo los nombres de los dirigentes del sindicato.
• Sólo dos ganaron el juicio. La empresa no los reinstaló jamás.
La nueva legislación otorgó un poder absoluto sobre los sindicatos a los secretarios generales, poder que usaron para vender Contratos de Protección, extorsionar empresas y posesionarse dentro de sus propias centrales existentes en la lucha interna por el control al interior de los sindicatos. Ricardo Treviño, experto en estás prácticas nos describe el mecanismo preciso del uso de la nueva legislación para extorsionar empresas y vender Contratos de Protección:
• Se utilizan los registros sindicales ya existentes.
• El secretario general mantiene el control del registro.
• Se emplaza a huelga a la empresa por firma de CCT.
• El secretario general ofrece de inmediato una propuesta para desistirse del emplazamiento a cambio de una cantidad de dinero que la empresa debe proporcionar como compensación al sindicato.
• Aunque la empresa sabe que el sindicato no tiene afiliados, no se arriesga a mantener cerradas las instalaciones por los días que tarda la JCA en dictaminar y prefiere entrega el dinero.
• Para evitar futuras extorsiones, la empresa compra al secretario general un Contrato de Protección, que por ley será vitalicio para la empresa.
Conclusión
La existencia de los Contratos de Protección es producto de la legislación vigente en materia laboral, las reformas y adiciones sólo han servido para estrechar aun más el margen de acción de los sindicatos auténticos, como la reforma de 1980 donde cancela el derecho a las coaliciones a emplazar a huelga, fortaleciendo la figura del secretario general. La LFT legalizó la pérdida de la libertad sindical, la intervención del Estado en la vida interna de los sindicatos y permitió la monetarización de la acción sindical al convertirla en monopolio del sindicato reconocido por el Estado; permitió la corrupción tanto con la venta de plazas que con la defensa de trabajadores deshonestos en los sindicatos; consolidó la intromisión de los empresarios a través de los sindicatos blancos y la compra venta de Contratos de Protección.
Posdata
Manuel Y. De Negri regresó a su carrera diplomática viajando por Europa y Centroamérica.
Juan Manuel Puig Casaunac terminó sus días como miembro prominente de la Academia Mexicana de la Lengua.
Aarón Sáenz se convirtió en un magnate de la industria del azúcar.
Abelardo L. Rodríguez fue presidente de México, amplió el periodo presidencial a seis años y entregó el poder a Lázaro Cárdenas.
Vicente Lombardo Toledano fue el primer secretario general de la CTM, el primero en promover el voto obligatorio de la CTM al candidato oficial, utilizando la amenaza de la cláusula de exclusión a quién no lo hiciere: su nombre está escrito en letras de oro en el palacio legislativo.
Fidel Velásquez se convirtió en el modelo de dirigente sindical corporativo por excelencia; recibió la medalla Belisario Domínguez otorgada por el poder legislativo.
Valentín Campa décadas después fue candidato presidencial por el PCM, los últimos años los pasó cobijado por el aprecio de sus compañeros.
David Alfaro Siqueiros se convirtió en uno de los muralistas más prestigiados y reconocidos en el mundo.
Luis Napoleón Morones fue exiliado del país por Lázaro Cárdenas, al igual que a Plutarco Elías Calles.
La presencia del fascismo en la legislación laboral mexicana
Jorge Robles
Introducción
Antes de la promulgación de la Ley Federal del Trabajo la tarea de los sindicatos no era fácil, pues ya estaban implementadas las Juntas Conciliación y Arbitraje como mecanismo de intervención en la vida sindical; el Departamento del Trabajo y la Secretaria de Industria Comercio y Trabajo (SICT) y era frecuente la intervención del ejército o la policía para reprimir los movimientos.
A pesar de todo, la existencia de los sindicatos dependía únicamente de la voluntad soberana de los trabajadores para conformarlo, elaborar sus estatutos, establecer sus formas de lucha, sus tiempos de negociación bilateral con las empresas, el estallamiento de las huelgas y sus motivos, pudiendo coexistir dos y hasta tres sindicatos en una empresa.
Después de 1917 cada presidente estableció su propia política laboral, algunos reprimiendo como Carranza, otros aprovechando el impulso sindical para ganar adeptos como De la Huerta, otros combinando concesiones con represión como Obregón y otros reprimiendo abiertamente al sindicalismo independiente como Calles, a la Confederaron Nacional Católica del Trabajo (CNCT).
Mientras los caudillos de la Revolución Mexicana se repartían el poder en el interior de la República, la presidencia se peleaba literalmente a muerte, organizando levantamientos armados y proclamando planes. Con la reelección de Obregón y su posterior asesinato el sistema de reparto del poder hizo crisis y el presidente en turno, Plutarco Elías Calles, resolvió formando un partido de Estado que regulara el reparto del poder. Para desarrollar este proyecto Calles se valió de intelectuales que recorrieron Europa para copiar modelos de estructura partidaria y mecanismos de gobernabilidad que le permitieran controlar a los grupos sociales más representativos: los sindicatos independientes y las organizaciones campesinas.
El resultado de estas pesquisas en Europa, fue la formación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) y del sistema de Estado corporativo que controlara a los y las trabajadoras por medio del control estatal de los sindicatos, el arbitraje obligatorio, la cancelación de la libertad sindical y del nacimiento de esta figura que ahora llamamos Contratos de Protección.
Aquí está contada de manera detallada la historia de este proceso, los sindicatos y sus luchas como actores sociales, los operadores políticos que establecieron lo que aquí llamamos El contacto en Italia, y que ocuparon el puesto de secretario de Industria, Comercio y Trabajo, dos de ellos ex embajadores en Italia: Manuel Y. de Negri y José Manuel Puig Casaunac; el operador político en la Cámara de Diputados, Aarón Sáenz y uno de los más cercanos colaboradores de Calles, Abelardo L. Rodríguez quién viajó de manera expresa a Europa para afinar el proyecto final de Ley Federal del Trabajo (LFT) y que después, como secretario del ramo, lo aplicó de manera implacable en contra de los sindicatos independientes; los operadores sindicales de Calles: primero Morones, luego Lombardo Toledano y al final Fidel Velásquez; los opositores al proyecto, Siqueiros, Campa, Velasco y los sindicatos cercanos a la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM); los empresarios, entre ellos Eugenio Garza Sada, quién recién aprobada la LFT, depositó el primer Contrato de Protección, el de la Cervecería Cuauhtémoc.
Los Actores Sociales
Los sindicatos
En México, el proyecto de control corporativo sobre el movimiento sindical se vislumbra ya desde 1915, con el intento de agrupar a los trabajadores de la Casa del Obrero Mundial (COM) alrededor del constitucionalismo. Para esto, sesenta y siete militantes de la COM establecen un pacto con Carranza, el cual da origen a la formación de los famosos Batallones rojos; aunque, es importante mencionar, que ningún sindicato de los 32 afiliados a la COM lo firmó. Existió sólo una excepción, el caso del sindicato tranviario, cuando su secretario general, según él, fue secuestrado y obligado a firmar papeles en blanco, comprometiendo a los de su gremio, en contra de su voluntad, a afiliarse al constitucionalismo. No es casual que el principal promotor y negociador por parte de los constitucionalistas fuera el pintor Gerardo Murillo (Dr. Atl), quien años después, durante la Segunda Guerra Mundial, manifestó abiertamente su simpatía por los nacionalsocialistas alemanes.
De esa experiencia nace el proyecto de formar una central sindical ligada al Estado y, a convocatoria expresa del gobernador de Coahuila, Espinosa Mireles, nace la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) con Napoleón Morones a la cabeza. A menos de un año de vida (1919), sus dirigentes forman el Partido Laborista a través del cual consolidan su alianza con el Estado, recibiendo sus respectivas cuotas de poder como gobernaturas, diputaciones y hasta una cartera en el gabinete de Calles.
Entre los principales participantes están los sindicatos minero, electricista y tranviario. El comité organizador fue conformado por reconocidos carrancistas como: Alfredo de León, Juan M. Anzures y Juan Lozano. Morones no formó parte del comité organizador de este congreso, debido a que él y su grupo habían sido sancionados por haber formado, en 1916, el Partido Socialista Obrero .
La CROM aparece como heredera natural de ese grupo sindicalista de la COM que aprendió, en 1915, las ventajas de moverse de acuerdo a las necesidades del Estado.
El carácter oficialista de la CROM lo determinaba no sólo el patrocinio gubernamental, la militancia a favor del presidente en turno, sino también el papel de operador como central sindical y grupo de presión del gobierno en contra de cualquier opositor al presidente. El caso más obvio fue la toma de la iglesia de la Soledad por militantes de esta central para golpear a la iglesia, convirtiendo este incidente en la primera acción de la guerra cristera. Morones, Celestino Gasca y Lombardo Toledano, entre otros, ocupan puestos en el gobierno.
Durante el gobierno de Obregón la política obrera fue de dos manos: convivieron la represión con el diálogo. El gobierno acorraló a la central independiente de la época, la anarcosindicalista Confederación General de Trabajadores (CGT) , sin poderla vencer.
Cuando Morones es nombrado secretario de la recién creada Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo por el presidente Plutarco Elías Calles, éste juega un papel determinante en la política oficial respecto al movimiento obrero. Durante su gestión se reglamentan las Juntas de Conciliación y Arbitraje, y se intenta que todos los conflictos obrero-patronales sean resueltos por medio de ellas. En 1925 se presentó también un fallido proyecto de ley reglamentaria del artículo 123 constitucional.
La Confederación General de Trabajadores (CGT), nace en 1921 recuperando a las organizaciones sindicales y militantes que rechazaron el pacto de los batallones rojos con el carrancismo y militantes que, aunque sí participaron activamente en él, llegaron a la conclusión que la perdida de la autonomía sindical había sido un costo muy alto que pagó el sindicalismo independiente. Entre sus gremios están entre otros, los telefonistas, tranviarios, trabajadores de la construcción, petroleros, industria del vestido y su columna vertebral, la federación del ramo textil.
En el año de 1925 la CGT tiene que enfrentar no sólo la lucha cotidiana por mejorar las condiciones de trabajo, sino que al mismo tiempo tienen que enfrentar las embestidas de la CROM por copar sus espacios y apropiarse de ellos. A través de las Juntas de Conciliación y Arbitraje manejadas por Morones, se justifica legalmente la represión directa a las huelgas, como el caso de la toma por el ejército de las instalaciones de la Huasteca Petrolium Co., paralizada por la huelga del sindicato afiliado a la CGT. La toma fue comandada por el general Lázaro Cárdenas, lo que permitió la entrada de los esquiroles afiliados a la CROM y la posterior desaparición del sindicato independiente; otro aporte de la JCA fue la declaración sobre el carácter ilegal de las huelgas por solidaridad.
Como ejemplo de la combatividad de la CGT, en 1925 la Federación del Ramo Textil realizó cuatro huelgas generales, veinte huelgas parciales, el aumento significativo de sindicalización independiente y un saldo negativo de treinta y cinco militantes detenidos, cinco muertos y cincuenta heridos.
La Confederación Nacional Católica del Trabajo (CNCT) nació en 1920, primero a nivel regional (Confederación Católica del Trabajo) convirtiéndose dos años después en organización nacional. Fue fundada por el Secretariado Social Mexicano (SSM) y rápidamente se extendió a más de 80 mil miembros, incluyendo sindicatos obreros, campesinos y cooperativitas, todas ellas asesoradas por el SSM. Ante su inesperado éxito, en 1924 su fundador Alfredo Méndez Medina P.J. fue retirado por su congregación y el episcopado mexicano nombró a Darío Miranda cómo director, quién cambió radicalmente el rumbo del SSM, abandonando la asesoría de los sindicatos y cooperativas contentando su acción en la formación de organizaciones piadosas cómo la Asociación Nacional de Padres de Familia.
En 1925 el Comité Central de la CNCT informó a la Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos (CISC), la intención de presentar en el congreso de la CNCT la afiliación a la central internacional para tomar el acuerdo de integrarse a la central internacional. El congreso no pudo reunirse nunca más.
La CNCT sufrirá este año un ataque demoledor por parte del gobierno de Calles, que la dejará moribunda: Golpeadores de la CROM toma de manera violenta la iglesia de La Soledad, impugnando por la formación de un culto católico nacional alrededor del padre Joaquín Pérez. Ante esta situación Darío Miranda director del SSM , que ya había abandonado a su suerte a la central católica, se refugia en Italia. Al año siguiente los acontecimientos se precipitan con la implantación de la Ley Calles, que equiparó las infracciones en materia de cultos con delitos del fuero común, además de que limitaba el número de sacerdotes a uno por cada seis mil habitantes y se ordenaba que los sacerdotes se registraran ante las autoridades municipales, quienes les otorgarían una licencia para ejercer el sacerdocio. La Ley prohibió la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a educar a sus hijos en la fe católica. Entrada en vigor, se clausuraran numerosos templos, capillas y conventos.
El conflicto cristero fue acompañado de la simpatía ideológica a la iglesia de un grupo de organizaciones simpatizantes del fascismo, comenzando por el Partido Fascista Mexicano, el Sindicato de Agricultores (SA) formada por terratenientes afines al PFM , la Liga Política Nacional y los Caballeros de Colón.
Los empresarios
Por el lado de los empresarios, existen asociaciones en varios estados de la república, incluyendo a diversas organizaciones de comerciantes, industriales y banqueros: Confederación Fabril Nacional Mexicana, Cámara Británica de Comercio, Cámara Española de Comercio, Cámara Francesa de Comercio, Cámara Italiana de Comercio, Cámara Nacional de Comercio, Confederación de Cámaras de Comercio, Cámara Nacional de Minería, Unión de Comerciantes e Industriales, S. C. y Confederación de Cámaras Industriales de la República Mexicana.
El grupo empresarial más importante era sin duda el encabezado por Eugenio Garza Sada que incluye Vidriera Monterrey S.A., el Banco Mercantil, Fábricas de Monterrey (FAMSA), Compañía Hostelera Colonial S.A. Tapón Corona y Envases Titán entre otras.
Eugenio Garza Sada nació en Monterrey en 1892, integrándose al trabajo del consorcio familiar en 1918, después de haber estudiado en Estados Unidos, donde aprendió los modelos de relaciones laborales del fordismo, adaptando el modelo a su emporio, convirtiendo a los empleados, obreros, proveedores en potenciales consumidores de sus productos, desarrollando desde los años veinte el esquema de subcontratación de materia de trabajo: por ejemplo, en una planta se producía la cerveza (Cervecería Cuauhtémoc), otra fabricaba las tapas de la botella (Tapón Corona), otra las cajas de cartón (Envases Titán), otra las botellas de vidrio (Vidriera Monterrey) y otra proporcionaba el financiamiento (Banco Mercantil). Para capitalizar el ahorro de los trabajadores fundó desde 1918 la Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones para los empleados y trabajadores de la Cervecería Cuauhtémoc.
Merece una mención especial el caso de las empresas de origen italiano, como la fábrica de chocolates La Suiza, los pequeños productores de lácteos del pueblo de Chipilo, las haciendas Nueva Italia y Lombardía, de la familia Cusi.
A principios de 1925 se realizó en la Ciudad de México el segundo Congreso Industrial sin que los patrones permitieran la participación de los representantes de la central oficial, la CROM, a lo cual el presidente Calles respondió molesto: “Se extraña que los empresarios no quieran permitir que los trabajadores asistan a sus sesiones (…) esto debe ser recapacitado para las futuras conquistas, tanto más cuanto que redundará en beneficio para el capitalista y el trabajador”.
El Congreso en su declaración oficial manifestó la voluntad de los empresarios de mantener su autonomía con respecto al Estado y en particular de las JCA; defienden la bilateral como forma de relación laboral con los trabajadores y la necesidad de establecer Contratos Colectivos de Trabajo como mecanismo de regulación:
“No se rechaza la agrupación sindical, sino que se acepta de buen grado y se pretende, por lo mismo, el contrato colectivo, reglamentado con responsabilidades para los sindicatos y para los patronos, con clausulados que precisen derechos y deberes para ambas partes (…) para facilitar la inteligencia entre la dirección y la mano de obra, se han propuesto los organismos mixtos en cada fábrica, compuestos por representantes de los trabajadores y de los patrones, para que entre ellos mismos se puedan conocer a fondo las verdaderas necesidades de unos y otros(…) Las Juntas de Conciliación y Arbitraje… no intervendrán para nada en las relaciones de la mano de obra con el patrón, sino que sólo servirán de organismos de observación, de cuerpo consultivo“
Ya en estos años los empresarios sufrían la carga de corrupción y extorsión por parte de los funcionarios de la JCA y del Departamento del Trabajo, al mismo tiempo que tenían que enfrentar las reivindicaciones de los trabajadores en los centros de trabajo.
Los Operadores
Contacto en Italia
Puig Casauranc, fue diputado federal por Veracruz en 1921 y 1922 y senador por el Estado de Campeche en 1924-1926. Amigo personal de Calles, en 1926, siendo Secretario de Educación Pública y por el reconocimiento a su capacidad como intelectual, fue designado embajador en la Italia fascista, que no está por demás decir que este país estaba en plena reestructura política en manos de Benito Mussolini. En 1928 Calles lo llamó para sustituir a Morones en la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo para implementar la primera parte de la estrategia legislativa que culminó en la promulgación de la Ley Federal del Trabajo; también trabajó en la investigación de estructuras y funcionamiento de distintos partidos políticos en el mundo , para definir la estructura y funcionamiento del Partido Nacional Revolucionario.
Después de la reforma política que canceló el sistema de gobierno del DF, fue nombrado como el primer Jefe del Departamento del DF, (1928-1929) después de haber cumplido su labor en la formación del PNR e iniciar el proceso de imposición de la LFT. En agosto de 1931 fue nombrado embajador de México en Estados Unidos pero con residencia en México, pues estaba comisionado por Calles a preparar una reorganización del poder ejecutivo, donde Calles ocupó en el nuevo gabinete la Secretaría de Guerra y Marina y con ello el control directo del ejército.
Ramón P. De Negri relevó a Puig Casauranc en la embajada de Italia. Nació en Hermosillo Sonora. Hijo de Casimira Pérez mexicana de origen estadounidense y francés y de Manuel De Negri, originario del sur de Italia. Inició su carrera en la administración pública cómo telegrafistas en el Estado de Sonora bajo el gobierno de José María Maytorena.
Con Venustiano Carranza ascendió a jefe de oficina de Ferrocarriles y Telégrafos. Por su origen materno norteamericano participó en diversas comisiones financieras y diplomáticas en Estados Unidos: Fue Cónsul General de México en San Francisco y Nueva York, además de encargado de negocios de México en Washington, D.C.
En 1924 fue vocal de la Comisión Nacional Agraria, sustituyendo en 1924 a Antonio I. Villarreal en la Secretaría de Agricultura y Fomento durante el gobierno del también sonorense Álvaro Obregón.
Fue presidente de los Ferrocarriles Nacionales (1922-1923) y fundador de la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo, Estado de México. Asumió la embajada de de México en Italia y Hungría durante 1928, en pleno auge del fascismo italiano, sustituyendo después a José Manuel Puig Casauranc en la Secretaría Industria, Comercio y Trabajo. Recibió la encomienda de cabildear la reglamentación del artículo 123 constitucional. Él fue el responsable de implementar junto con Portes Gil, (secretario de gobernación entonces) la Convención Obrero Patronal para convalidar el proyecto de Ley Federal del Trabajo en 1928.
Su experiencia italiana fue determinante en el enfoque legislativo de la ley, cosa que se nota en la gran similitud de principios de la LFT y el Código del Trabajo que impuso Benito Mussolini en Italia.
Un tercer operador, fue Abelardo L. Rodríguez, que a diferencia de Puig y de Negri no fue embajador en Italia, pero por instrucciones Plutarco Elías Calles, viajó durante siete meses a Europa para investigar cuestiones relacionadas con la Industria (así se le llamaba entonces al entrono laboral) . A su regreso Calles lo instaló cómo su subsecretario de guerra y desde ahí opero la modificación al texto original del 1928, asesorando a Calles que fungió cómo supervisor directo en las comisiones de trabajo de la Cámara de Diputados, cómo lo atestiguan los propios diputados: “que algunas de esas juntas (de las comisiones de trabajo de la Cámara de Diputados) fueron presididas por el señor Presidente de la República, con asistencia, cómo invitado de honor, del señor General don Plutarco Elías Calles, enérgico orientador de la Revolución, que no podía ni debía negar sus sabios consejos a obra de tanta importancia y trascendencia para el país.”
Aprobada la LFT sin discusiones de fondo, Abelardo L. Rodríguez fue nombrado Secretario de Industria, Comercio y Trabajo quién de inmediato aplicó con precisión los mecanismos de control: Arbitró en contra de la Alianza de Tranviarios en su demanda de pago de horas extras, mutiló el CCT del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) reduciendo los días no laborales; negó registros sindicales independientes al mismo tiempo que reconoció de inmediato el registro del primeros sindicato de protección: la Unión de Trabajadores Cuauhtemoc y Famosa en las industrias de Eugenio Garza Sada en Monterrey quienes suscriben el primer contrato de protección con las empresas del grupo.
El operador político
Hasta ahora los operadores habían realizado un trabajo más técnico que político y no habían logrado ganar voluntades al proyecto. Calles necesitó de un buen operador político probado, y recurre a Aarón Sáenz, un obregonista de derecha que aspiraba a la presidencia de la república pero que se subordinó a la lógica del jefe máximo y declinó su pre candidatura para beneficio de Portes Gil.
Sáenz había mostrado sus habilidades operativas cómo Secretario de Relaciones al lidiar con la embajada norteamericana en el conflicto cristero. Sáenz era el indicado para ocupar la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo y conseguir la aprobación del Código del Trabajo de Portes Gil.
El operador sindical
Vicente Lombardo Toledano fue sin lugar a dudas, un personaje fundamental para imponer un código laboral donde se sacrificaba la autonomía y la libertad sindical y con ello se dio origen al uso de los sindicatos como franquicia, y el derecho de huelga como mercancía y mecanismo de extorsión.
Lombrado Toledano, licenciado en derecho vinculado a la CROM a través de su militancia en el Partido Laboral Mexicano y como fundador la Liga de Profesores del Distrito Federal. Con la llegada de Obregón a la presidencia, el cromista Celestino Gasca fue nombrado gobernador del Distrito Federal, y Morones como director de Abastecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares; Lombardo Toledano trabajó como Oficial Mayor del Distrito Federal.
Fue por unas semanas gobernador interino del Estado de Puebla (1924-1925), con residencia en México y diputado federal por el XIII distrito electoral correspondiente a Teziutlan, Puebla, donde nació.
Su elección fue denunciada por presunto activismo del ejército, que se convirtió “en activa propagandista de la candidatura Lombardo, usando de la fuerza para amedrentar a la población civil y para estorbar la acción administrativa de las autoridades del Estado.”
En el año de 1925, siendo diputado federal le tocó participar en uno de los intentos más serios para reglamentar el 123 constitucional, donde en su calidad de cromista presentó fiera batalla parlamentaria contra el también diputado y fundador de la Casa del Obrero Mundial, el zapatista Antonio Díaz Soto y Gama. El tema central del debate fue la libertad sindical y la Contratación Colectiva.
Toledano tomó la defensa del articulo 114 del proyecto que en su redacción decía "En ningún caso y por ningún motivo las autoridades podrán reconocer, para los efectos del contrato de trabajo, la existencia simultánea de dos agrupaciones en una misma empresa” y por supuesto que reconocería exclusivamente a quién representara a la mayoría dentro de la empresa:
Soto y Gama preguntó durante el debate: “¿Quién va a fijar la mayoría? ¿Quién va a hacer la declaración de que una agrupación obrera tiene la mayoría? ¿El ministro de Industria y Comercio? ¡Dios nos acompañe! (Risas). ¿Las juntas de Conciliación y Arbitraje, manejadas generalmente por los que están en el Poder? No salimos de apuros ni resolvemos el problema. ¿Qué autoridad va a ser la encargada de fijar la mayoría?” (…)
(…) ¿Y quién fija la mayoría? ¿El señor Morones? Acuérdense del caso de la Terminal, compañeros. (Una voz: ¡Le tiene miedo!) ¿Pero cómo no le hemos de tener miedo a un individuo que a la vez es secretario de Industria y jefe de una organización obrera? ¿Cómo no vamos a tener miedo a la parcialidad del que funge de juez y parte?
Lombrado contestó: “¿quién va a fijar la mayoría? Ahí está el problema. ¿La Secretaría de Industria? No, ¡qué barbaridad! ¡Dios me libre, Morones calificando eso! No. Morones es el enemigo de las organizaciones obreras, etcétera. ¿Va a serlo el Gobierno del Distrito? ¿Y si el Gobierno del Distrito cae en manos de los laboristas? No. ¿La Secretaría de Agricultura? No. ¿La Secretaría de Hacienda? No. (…que) las juntas de Conciliación y Arbitraje sean las que vayan a justificar la existencia de la mayoría no le satisface al compañero Soto y Gama porque ahora gobierna el general Calles, (…) Pero todo mundo sabe que las juntas de Conciliación y Arbitraje se integran por obreros, por representantes del gobierno y por representantes del capital.”
Lombardo defendió en este debate la necesidad de un sindicato único en cada centro de trabajo, expulsando de la empresa a los trabajadores disidentes. A los pocos meses Lombardo publicó su libro La libertad Sindical en donde afirmó: “La libertad sindical es, pues, en México, por el sentido gramatical de las Leyes, es un nuevo camino creado por el Estado para la emancipación integral del proletariado, y un derecho limitado a la defensa de sus intereses materiales, tratándose del capitalismo.”
Durante un breve periodo en que Lombardo fue ayudante de Morones en la SICT, estallaron huelgas ferrocarriles y en la industria minera del Estado de Jalisco, huelgas organizadas por Siqueiros, las cuales fueron declaradas ilegales y sangrientamente reprimidas por el ejercito. El fallo fue firmado por Lombardo en su calidad de oficial mayor de la SICT.
En 1928, justo antes de iniciar la discusión sobre la reglamentación del artículo 123, la polémica sindical sobre la contratación sindical estaba claramente definida, entre los sindicatos (CGT y algunas federaciones de CROM) que pugnaban por la firma de CCT y su extensión a carácter de Contratos Ley pactados de manera bilateral entre trabajadores y patrones y su contraparte, (representada por Lombardo Toledano), que impulsaba la firma de Contratos Sindicales de Trabajo por centro de trabajo, acompañados de previa expulsión de los trabajadores disidentes con el sindicato mayoritario por medio de la Cláusula de Exclusión.
Los partidos
En el país existían entonces al menos 55 partidos legalmente reconocidos, la inmensa mayoría se disolvió para integrarse al Partido Nacional Revolucionario, partido oficial, los que se quedan al margen cómo el Partido Laboral Mexicano (PLM) o el Partido Comunista Mexicano (PCM) son asediados por el poder al grado de ser reprimidos y declarados ilegales o eliminados de todo espacio de poder, desmantelando su base social y exiliando a sus principales dirigentes.
Los comunistas
Justo después de los primeros debates sobre la el proyecto de Ley Federal del Trabajo 1928-29, y después de una declaración de Lombardo Toledano acusando a Siqueiros y a Campa de recibir instrucciones directamente de la embajada soviética, en junio de 1929, el Partido Comunista Mexicano es declarado ilegal, la policía tomó violentamente la imprenta del partido, El Machete, se expulsó a diplomáticos soviéticos cómo preludio al rompimiento de relaciones con la URSS, se desaforó al diputado comunista Hernán Laborde, se asesinó al principal estratega del partido, el cubano Julio Antonio Mella, impulsor de la formación de la Central Sindical Unitaria de México , ligada al PCM, se expulsó del país a su compañera Tina Modoti, secuestran a Valentín Campa y se encarcela en las Islas Marías a los principales opositores sindicales- Siqueiros, Miguel “ratón” Velasco, Evelio Badillo, José Revueltas entre otros-, se asesinaron en Durango y Tamaulipas al menos a 46 militantes , se reprimió violentamente los movimientos sindicales vinculados a la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM) y se da un golpe de mano en la Liga Nacional Campesina brazo campesino del PCM, desligándola del partido.
Los laboristas
La batalla para acotar y eliminar al Partido Laborista Mexicano (PLM) se inició con el asesinato a Álvaro Obregón, pues Morones se había atrevido a mantener una disputa pública con él y su asesinato fue un buen pretexto para expulsarlo de la elite del poder. Fidel Velásquez, entonces compañero de Morones, sostiene que el verdadero motivo de la disputa y la caída de Morones fue que se atrevió a querer ser presidente.
El Congreso nombró a Emilio Portes Gil, rival de Morones, con quien había tenido una relación conflictiva durante su gobernatura en el Estado de Tamaulipas; Portes Gil cómo gobernador retiró la administración del CCT de los ferrocarriles en Tamaulipas a la CROM para otorgársela a Alianza de Ferrocarriles Mexicanos . En otros casos llegó a tener mayor consideración, casi nunca correspondida, con la central independiente, la Confederación General de Trabajadores (CGT).
La campaña de desprestigio contra Morones se dio no sólo en el ámbito político, sino también entre la opinión pública, con obras de teatro donde se satirizaba a Morones y a los dirigentes cromistas: “El desmoronamiento” y “Cromopolis” son algunos ejemplos en donde inclusive participaron actores sindicalizados y ex compañeros cercanos a Morones, cómo Roberto “el panzón” Soto con quién compartió fiestas, coñac y suripantas. En “Cromopolis”, Soto que representaba a Morones, aparecía en escena, “revolcándose en las alfombras, totalmente ebrio empinándose una botella y exclamando: ¡Arriba el proletariado!”. En “El Desmoronamiento”, también representada por “el panzón” Soto y escrita por José Moreno Ruffo e Ignacio Baeza, se "hacía una severa crítica de los procedimientos gangsteriles que usaron los directores del movimiento obrero en aquel entonces para imponer sus caprichos. Asimismo exhibía todas las lacras de que en su vida pública hacían ostentación algunos de dichos líderes, especialmente el señor Morones, quien en una de las escenas, aparecía en su famosa quinta de Tlalpan, presidiendo las grandes bacanales que noche a noche, y con asistencia de altos funcionarios del antiguo gobierno, se celebraban..." .
Días antes de que Portes Gil asumiera la presidencia tuvo una reunión con dirigentes de la CROM, al que significativamente faltó Morones, donde se comprometieron a establecer buenas relaciones. Al día siguiente en la IX Convención de la CROM, Morones, una demostración de fuerza frente al invitado especial, Plutarco Elías Calles, arremetió contra Portes Gil, contra el gobierno y al final, la Convención abandonó el Teatro Hidalgo en donde se realizaba el evento, pues era un espacio gubernamental.
La CROM retiro a todos sus cuadros que ocupaban cargos gubernamentales, incluyendo a los delegados de la CROM a la convención Obrero Patronal (entre ellos Lombrado Toledano y Ricardo Treviño ), dejando sin operadores sindicales pro gobierno a la Convención Obrero Patronal lo cual retrasó los planes de Calles para imponer el proyecto de legislación laboral.
Este conflicto sólo atizó la incertidumbre en las dirigencias de los sindicatos nacionales y locales, que estaban acostumbrados a trabajar en contubernio con las autoridades en turno y provoco la desbanda de muchos sindicatos cromistas que salieron de la organización.
La opinión pública sobre la posible complicidad de Morones en el asesinato de Obregón, era la comidilla cotidiana, pues se sabía que el caudillo sonorense había debilitado la influencia del PLM. La salida de la Convención Obrero Patronal y la renuncia a los puestos de gobierno resultaron funestas para la CROM: se estaban enfrentando ni más ni menos que al jefe Máximo.
Calles les cobró caro esta insubordinación, en tres años de vivir en la oposición, la CROM perdió más de 349 organizaciones nacionales, locales y de empresa.
El PNR
La reelección del propio Obregón en el '28, la multitudinaria lista de micro partidos en los cuales se apoyaba Calles para gobernar, el conflicto cristero, la experiencia de la CROM cómo central obrera oficialista y su crisis después del asesinato de Obregón, el apoyo incondicional a Calles de un sector de la CROM ligada a Lombardo Toledano, la existencia de al menos 55 partidos políticos reconocidos legalmente según los requisitos establecidos en el artículo 106 de la Ley Electoral de Poderes Federales y la necesidad de integrar al sistema de control a los empresarios (la COPARMEX nace en 1929), más el auge ascendente de los partidos fascistas en el mundo y la necesidad de controlar desde el centro, el reparto del poder movió a Calles a fundar el Partido Nacional Revolucionario cómo ya vimos, comisionó a Puig Casauranc para presentar una propuesta para organizar el partido.
Desde la convocatoria para la formación de un partido oficial, se advirtió la mano del ex embajador en Italia, comenzando con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, y terminando con la identidad como partido de Estado: los delegados se contabilizaron en función del número de habitantes de cada entidad federativa y no por el número de afiliados; los delegados tenían que ser acreditados por los presidentes municipales. Todos los empleados públicos fueron considerados miembros y les retuvo un día de salario en calidad de aportación al partido; el periódico oficial del partido, El Nacional Revolucionario, era al mismo tiempo el periódico difusión del gobierno.
A nivel organizativo el PNR establecía una relación totalmente jerárquica y antidemocrática donde el Comité Ejecutivo Nacional era la instancia superior y donde Calles era jefe indiscutible: “Se le llamó Jefe máximo y se le dio el calificativo de hombre fuerte de México. La hoja del árbol no se movía sin su voluntad. Nada se hacía sin su autorización tácita o expresa. Su casa particular viose continuamente visitada por numerosa gente. Políticos de fuste y hombres de negocios pasaban a la residencia del general Plutarco Elías Calles, en donde siempre se encontraba el visitante con la figura de Luis N. Morones, gordinflón aún, con su cara atectónica, donde un ojo, el izquierdo brillaba cómo fuego. El mismo cuerpo diplomático, tan celosos de su contacto, le rendía homenaje. Muy amigos, muy íntimos, el general Calles y Mr. Dwith Morrow, embajador norteamericano.” Una figura que recuerda al Duce.
El modelo
La Italia que les tocó vivir a De Negri y a Puig Casauranc fue la de la consolidación del Estado Corporativo que en palabras de los propios fascistas “representa una forma especial de actividad de gobierno del Estado, que en orden a la Economía, regula los problemas relativos a la producción, a la distribución y a la circulación de la riqueza.”
El corporativismo italiano, es decir el proyecto fascista de Mussolini, consistió en la integración obligatoria de los ciudadanos al aparato de Estado por medio de corporaciones gremiales, es decir, los sindicatos, con la finalidad de garantizar por medio del principio de autoridad, el cumplimiento de los proyectos del Estado para lo cual requiere de mecanismos de control ideológico que le permitan funcionar de manera eficiente recurriendo al nacionalismo cómo motivo de unidad.
Por otro lado pertenencia a los sindicatos era obligatoria, mientras que el Estado se encargaba de mantenerlos “ordenadas jerárquicamente, reconocidos o autorizados por el Estado que deliberadamente garantiza un monopolio de representación”
De Negri y Puig Casauranc encontraron en Italia una solución aplicable a la realidad mexicana, por lo menos digna de ser estudiada, dada la circunstancia de México, su crisis institucional y la diversidad de caudillos militares. Solución que incluían la formación de un partido de Estado con mecanismos de control sobre los sectores de la producción y que permitiera la gobernabilidad fundamentada en leyes y decretos, todo en nombre de la paz social, la estabilidad política y la económica del país.
En la Italia que les toco vivir a Puig y De Negri, todos los partidos desaparecieron, se volvieron clandestinos o se integraron al Partido Nacional Fascista fundado en 1921. Todos los empleados públicos, desde el trabajador más humilde hasta el funcionario más alto son obligatoriamente miembros del partido, pagaban cuotas y se les prohibió, como funcionarios públicos, la integración en sindicatos para defender sus derechos laborales, pues lejos de ser considerados trabajadores se les denominaba representantes de la autoridad. Al final se les concedió del derecho de pertenecer obligatoriamente a un sindicato de empleados públicos, pero sin derecho a la contratación colectiva.
En materia ideológica dominaba el nacionalismo como sustento ideológico pretendiendo que el Estado es la encarnando de la nación. De aquí viene el término de Estado Totalitario, es decir el Estado que abarca la totalidad de las relaciones sociales, económicas, políticas y espirituales de los gobernados: la subordinación del interés individual y particular al interés colectivo encarnado en el Estado como representante de la nación.
¿Y qué es la nación para el fascismo italiano?: “es un organismo que posee fines, vida, medios de acción superiores en potencia y en duración a los individuos aislados o agrupados que la componen. Es una unidad moral, política y económica que se realiza íntegramente en el Estado;” . Y el Estado a su vez “comprende las actividades sociales, económicas, morales, políticas y culturales de la Nación.” “Nuestro mito es la nación nuestro mito es la grandeza de la nación” dirá Mussolini.
La lección fue aprendida por los embajadores mexicanos y el nacionalismo se convirtió como campaña publicitaria en el principio de identidad de los caudillos con el pueblo y expresada muy bien en la formación del Partido Nacional Revolucionario. En 1927 la CROM a través de de su secretario general, Ricardo Treviño sometió “a consideración del gobierno del país y a las organizaciones patronales (un memorando) en beneficio de la nación y al concepto nacionalista del movimiento obrero.” Ya Calles siendo presidente declaró en tono de queja sobre “la inundación que ha estado sufriendo nuestro país de judíos” . En 1931 la Confederación de Cámaras Industriales y de Comercio, la Confederación de Cámaras, la Cámara de Comercio Francesa y el Departamento del Trabajo del Distrito Federal convocaron a una gran manifestación nacionalista para el día 1 de junio, estableciéndolo, el gobierno de la capital, día de descanso oficial.
Es aquí donde se forja el discurso del nacionalismo revolucionario del partido oficial. Lombardo Toledano lo expresa de manera espontánea en el debate con Siqueiros y Campa sobre el carácter del proyecto de Ley Federal del Trabajo en 1929 “todos somos nacionalistas sociales.”
En materia sindical y de contratación colectiva, Italia innovó los mecanismos de control sobre los sindicatos:
Después de la marcha sobre Roma (1922) los trabajadores que conservaban aun su credencial sindical “son apaleados o pierden su empleo. Los patrones y las oficinas de colocación rechazan a los obreros que no llevan el carnet ‘sindical’ fascista. En algunos casos, los mismos industriales apuntan a todo su personal a los ‘sindicatos’ fascistas y retienen las cotizaciones de los salarios.”
En diciembre de 1923 la Confederación patronal italiana y los sindicatos fascistas firmaron un acuerdo con el que forman una comisión mixta permanente, vigilada por la autoridad, para tratar todos los asuntos relacionados con el funcionamiento de las empresas.
En 1924 el gobierno fascista publicó un decreto-ley donde autorizó a los gobernadores provinciales a destituir a los dirigentes obreros no afines al fascismo y disponer de los bienes de los sindicatos independientes y en octubre de 1925 se firmó un pacto entre la Confederación Industrial Italiana (Confindustria) y los sindicatos oficiales suprimiendo las comisiones obreras creadas durante las tomas de fábrica del 1922; al mismo tiempo el Gran Consejo fascista prohibió el derecho de huelga y la libertad sindical.
La navidad de 1925 fue extremadamente fría para el pueblo italiano pues se aprobó el decreto que otorgó poderes absolutos al Duce Benito Mussolini.
En 1926 Mussolini decretó la disolución de todos los partidos políticos y se suprimió las garantías individuales. Con la eliminación del parlamento, la cámara de los fascios y las corporaciones (sindicatos de trabajadores y empresarios) dan forma final al “Estado Corporativo”.
En 1929, los dirigentes de los sindicatos fascistas que habían servido en la etapa de posesionarse en la clase trabajadora y por lo mismo, la que tenía más compromisos sindicales establecidos, son destituidos y algunos de ellos encarcelados pues su función de agitación, a criterio del Duce, había terminado y ahora el sistema corporativo necesitaba menos beligerancia y más colaboración.
En Italia un trabajador común y corriente estaba obligatoriamente integrado aun sindicato, requisito necesario para conseguir empleo a pesar de que los sindicatos y sus dirigentes podrían no aparecer jamás en la vida cotidiana del trabajador. En un testimonio escrito por un trabajador afirma: “jamás he tenido la posibilidad de entrar en contacto con la organización, de discutir en las asambleas ni de expresarme libremente.”
La afiliación a los sindicatos, oficialmente era libre y voluntaria, pero un desempleado no tenía posibilidad real alguna de conseguir trabajo. Para trabajar tenía que hacerlo afiliándose al sindicato oficial. El trabajador que se encontraba ya trabajando durante la modificación del régimen sindical, podía mantenerse al margen del sindicato pero el nuevo sindicato oficial y el patrón determinaban sus condiciones de trabajo, su salario y si quería conservar el empleo sin afiliarse, tenía que cumplir con todas las obligaciones sindicales, cómo el de pagar cuotas sin obtener nada más que el derecho a trabajar.
En materia de Contratos Colectivos de Trabajo el ministro de las Corporaciones, el equivalente al secretario de Industria, Comercio y Trabajo en México, elaboraba el documento en acuerdo con los patrones y era firmado por los representantes sindicales. El contenido de los CCT era casi siempre desconocido para los trabajadores, pero servía como justificación legal para determinar con toda precisión las obligaciones de los trabajadores incluyendo salarios y reglamento interno.
En materia de conflictos laborales el Estado fascista ejerció el arbitraje obligatorio a través de sus diferentes organismos estatales ya sean los Comités Provinciales Corporativos o la Magistratura del Trabajo.
Los organismos arbitrales eran tripartitos donde los funcionarios del Estado fingían mediar entre los intereses de la empresa y la de los trabajadores.
Cuando se implantó en Italia el arbitraje obligatorio el impacto inmediato en las condiciones de trabajo fue:
• El Reemplazo de los antiguos CCT nacionales de industria por CCT de empresa, siempre y cuando así lo solicitara la empresa.
• La percepción económica de los trabajadores siempre fue, sin excepción, la reducción de salarios y la generación de grandes diferencias salariales entre regiones, y empresas de la misma industria.
• Escala móvil de salarios, pero a la baja y a criterio siempre de la empresa. (Decreto del 1 de julio de 1926)
• Movilidad y flexibilidad total de la mano de obra, también a criterio de la empresa y sin respeto al salario: Un trabajador podía ser removido a una categoría inferior con la reducción salarial correspondiente.
En materia de prestaciones sociales, el sistema corporativo italiano estableció prestaciones y previsiones sociales básicas que permitieran la reproducción de la fuerza de trabajo sana y estable, para mejorar el rendimiento en calidad y cantidad en los centros de trabajo.
El Estado garantizó asistencia médica y previsión social a pescadores y medieros, reglamentó el trabajo a domicilio, otorgó capacitación profesional a trabajadores, obligó a la indemnización en caso de despido injustificado, reglamentó el trabajo de mujeres y niños , ofreció la semana de cuarenta horas y:
“ El perfeccionamiento del seguro de accidentes; La mejora y el aumento del seguro de maternidad; El seguro de enfermedades profesionales y de la tuberculosis cómo tendencia al seguro general entre todos las enfermedades; El perfeccionamiento del seguro contra la desocupación involuntaria; La adopción de formas especiales aseguradoras dotalicias para trabajadores jóvenes."
Hay que remarcar que el modelo italiano de Estado Corporativo basó su economía en el capitalismo con una importante intervención del Estado en materia de control, supervisión, producción y financiamiento. Esquema de Economía Mixta le llamó Mussolini.
De todo esto abrevaron De Negri, Puig Casauranc, Abelardo L. Rodríguez y el mismo Calles en su viaje a Europa en 1930-31.
La Ley Federal del Trabajo, el PNR, la Banca de Desarrollo, el Nacionalismo Revolucionario, la figura del Jefe Máximo no son meras coincidencias. No es coincidencia que Calles fundara el Banco de México en 1925 y Abelardo L. Rodríguez Nacional Financiera, el Banco Hipotecario y de Obras Públicas y la creación la empresa estatal Petromex.
Por esto bien dice Néstor de Buen que las prestaciones de seguridad social establecidas en la LFT son parte de la estrategia fascista de control sindical y estas previsiones sociales están muy lejos del Estado Benefactor sobre todo en materia de democracia y libertad.
La campaña pública del fascismo en México
México era fundamental en la política internacional de Mussolini, el hecho de ser frontera con Estados Unidos y puerta de entrada para Latinoamérica obligó a los italianos a la realizar un importante esfuerzo de construcción de una imagen favorable al fascismo en nuestro país.
El primer bombazo publicitario fue sacar a la luz pública que un hijo del mismismo Garibaldi, Giuseppe Garibaldi había combatido al lado de las tropas constitucionalistas. Mussolini mandó al Ezio Garibaldi, hermano de Giuseppe, cómo diplomático encargado de valorar la situación mexicana.
En agosto de 1924, el gobierno italiano mandó una gran comitiva internacional a visitar varios países de Latinoamérica para promover su imagen. La nave Italia tocó puerto en Veracruz. Iba cargada de una exposición de productos industriales y obras de arte: La delegación incluía a más de 700 personas relacionadas con la industria, el comercio, periodistas, políticos y militares.
El gobernador del estado, Adalberto Tejada recibió personalmente a tan distinguida tripulación. La nave fue visitada por más de diez mil personas el primer día, mientras que la prensa lanzo una campaña favorable al Duce.
En 1927 con fondos de la delegación italiana se fundó el Fascio Italiano de México presidido por Eliseo Lodigiani, hijo del propietario de la fábrica de dulces y chocolates La Suiza.
En una crónica periodística de 1928, Mario Appelius describió una visita a la comunidad italiana de Chipilo, Puebla: "... una muchedumbre de campesinos: de un lado los hombres, del otro las mujeres: machos aquéllos, fuertes, descamisados, cortados por una raza viril en un granito ciclópico: altas las mujeres y robustas [...] potentes en la gallarda femineidad de su porte".
La campaña del gobierno italiano en México había permeado a la opinión pública mexicana. Serán de dominio público las declaraciones y militancia pro fascistas de personajes cómo Vasconcelos , el Dr. Atl, Ezequiel Padilla y Antonio Caso.
Ezequiel Padilla, que fue Secretario de Educación Pública en 1929 y también embajador en Italia, de abril de1930 a abril de 1932, en octubre de ese mismo año y en su calidad de diputado, durante el debate para la formación del Departamento Autónomo del Trabajo y de la Secretaría de Economía para sustituir la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo lanzó una apología del fascismo que además fue aplaudida por sus compañeros diputados:
“Pasemos ahora al fascismo, ese otro ejemplo formidable de lo que significa en la vida moderna para la construcción económica de un país la lealtad de los principios claramente definidos. Así cómo los Estados Unidos sostienen su lucha de clases, su libre competencia, desatada y feroz en el campo de la lucha económica, y así cómo Rusia no admite la lucha de clases, sino el predominio inflexible de una sola clase, el Gobierno Fascista, el sistema Fascista, no quiere ni una ni otra cosa: busca el equilibrio, la coherencia, la cooperación de las clases. He allí su premisa fundamental.
Ellos van a organizar la cooperación de clases, van a edificar una política económica sustentada en la cooperación de todas las clases productoras de la nación; y en este sentido van a crear los órganos de su dinámica económica. El sistema Fascista descansa fundamentalmente en el sistema de las corporaciones, y las corporaciones son un conglomerado de sindicatos; allí no preocupa la libertad individual; es necesario encontrar el órgano en donde todas las clases de la producción se coordinen, y se ha hecho obligando al sindicalismo de toda la Italia , de todas las fuerzas económicas, y al mismo tiempo a la coordinación de los sindicatos pertenecientes a una línea de actividades, en una corporación, que es la que juzga todos los conflictos, que es la que resuelve todos los encuentros y todos los choques entre los distintos sindicatos. Allí el trabajador no está abandonado, y en esto es necesario en gran parte combatir prejuicios. En la corporación fascista el trabajador no está aislado; en la corporación fascista el contrato colectivo que representa la conquista máxima práctica dentro de la lucha de clases, porque ya no es el hombre abandonado y sólo con su debilidad, sino que ya obra solidarizado en un sindicato que tiene personalidad y fuerza, es una conquista definitiva; la corporación, cómo digo, coordina todos los sindicatos; de la corporación se asciende a un Consejo de Corporaciones y por último se llega al Ministerio de las Corporaciones que es el eje del Gobierno Fascista. El Estado Fascista es el Estado cooperativo. Su tesis económica es que abandonar la nación la lucha de clases cómo en los Estados Unidos, abandonarla a las fuerzas naturales de la competencia económica, significa el caos; es la causa de las crisis continuas el no prever, el no disciplinar los factores de la producción y ordenarlos de manera que no se entrechoquen y se desgasten y no ocasionen otra cosa que el desbarajuste y el desorden; es la causa de las crisis periódicas y de esas alternativas pasajeras de prosperidades que no duran; por eso hay que conjurarlas y para eso hay que buscar la coordinación de las clases, labor que sólo puede realizar el Estado, porque sólo hasta él trascienden los intereses contrastantes de los individuos y los grupos en pugna. Repito, no deseo criticar ni estudiar sistemas; quiero sustentar otra vez mi propósito de que para estas arquitecturas económicas, lo fundamental, lo que las hace grandes, lo que las ha llevado a resultados estupendos, lo que las hace ser ejemplos de realizaciones y construcciones asombrosas, es el respeto consciente y profundo a líneas ideológicas que de antemano se han trazado cómo premisas fundamentales de su edificación. (Aplausos.)”
Operativo Ley Federal del Trabajo
13 de diciembre de 1927: El senado anuncia que deja para el siguiente periodo legislativo la discusión de un proyecto de reglamentación al artículo 123 constitucional.
1 de julio de 1927: Álvaro Obregón, cómo candidato único, gana las elecciones presidenciales.
17 de julio de 1928: Es asesinado el presidente electo Álvaro Obregón. La figura de Morones, que tenía serias diferencias con el caudillo sonorense, se ensombrece por la sospecha de ser el autor intelectual, aunque lejos de tener evidencias, esta situación es aprovechada por sus adversarios políticos para dejarlo fuera de la carrera presidencial.
De inmediato los comunistas convocan a la formación del Comité de Defensa Proletaria; participan sindicatos obreros y campesinos de Jalisco, Nayarit, Tamaulipas y Coahuila incluyendo la Liga Nacional Campesina (120 mil afiliados), para realizar un Congreso Obrero y Campesino.
21 de julio de 1928: Ante las dudas planteadas y la presión de los obregonistas, Morones y Celestino Gasca renuncian a sus cargos dentro del gobierno para “no ser un obstáculo en la investigación ”
28 de agosto de 1928: Emilio Portes Gil asume la Secretaría de Gobernación.
26 de septiembre de 1928: Portes Gil es declarado presidente provisional de la República por la Cámara de Diputados.
3 de noviembre de 1928: Se pública la convocatoria para la Convención Obrero Patronal para discutir la reglamentación del artículo 123 constitucional.
15 de noviembre de 1928: Se inaugura la Convención obrero-patronal en el Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria. Portes Gil, cómo secretario de Gobernación asume la presidencia de debates de la Convención con el apoyo del Puig Casauranc, Secretario de Industria Comercio y Trabajo.
Por la representación obrera aparecen entre otros Vicente Lombardo Toledano y Ricardo Treviño, David Alfaro Siqueiros, Manuel “ratón” Velasco y Valentín Campa; por los empresarios Eugenio Garza Sada y Joel Rocha; cómo asesores del gobierno, Manuel Gómez Morín (Fundador del Partido Acción Nacional, entonces colaboraba en el consejo del Banco de México) y Marte R Gómez (Secretario de Agricultura y Fomento) .
19 de noviembre de 1928: Se discute la desaparición de los Códigos Estatales de Trabajo y retirar a los estados la injerencia en materia laboral. Siqueiros se opone, pues con ello se perdían algunos aspectos avanzados de las legislaciones locales.
20 de noviembre de 1928: El tema central de la discusión fue el de la contratación: Los empresarios pugnaron por la contratación individual, un sector de los trabajadores (Siqueiros y el bloque comunista) por la Contratación Colectiva de Trabajo mientras que Lombrado Toledano insistió en la Contratación Sindical basada en la cláusula de exclusión.
21 de noviembre de 1928: Se discute sobre el arbitraje por parte del Estado: El debate fundamental se da otra vez entre Siqueiros y Lombardo Toledano.
Siqueiros: no intervención del Estado en los conflictos laborales y rechazo al arbitraje obligatorio.
Lombardo Toledano: “Los obreros tienen confianza en el gobierno, porque representa los intereses de la revolución. El arbitraje obligatorio es necesario.”
26 de noviembre de 1928: Ante la inminente toma de posesión de la presidencia el primero de diciembre, Portes Gil deja la presidencia de debates en manos de Puig Casauranc.
28 de noviembre de 1928: El tema de la autonomía sindical está en el debate. Ante la propuesta de registro sindical Siqueiros argumenta en contra:
“El Estado no debe intervenir en la vida sindical, (…) El Estado no podrá decretar el desconocimiento o la disolución de los sindicatos (…) El régimen fachista da derecho al Estado para inmiscuirse en las cuestiones internas de las organizaciones. La causa de la división de los trabajadores ha sido la injerencia de las autoridades en la organización interior de los sindicatos. Permitir la intervención del Estado en los asuntos internos de los sindicatos sería tanto cómo permitir la destrucción de ellos”
1 de diciembre de 1928: Toma posesión de la presidencia de la república Portes Gil. Entre las primeras acciones que toma es la de nombrar a Puig Casauranc jefe del Departamento del Distrito Federal y nombra a Manuel De Negri en la Secretaría de Industria Comercio y Trabajo.
3 de diciembre de 1928: El tema de discusión es la huelga. El proyecto violentaba el derecho de huelga, pues para no contradecir el texto del 123 que establecía sólo los criterios de licitud de las huelgas, el proyecto encontró el antídoto contra este derecho: el concepto de huelgas licitas pero “legalmente inexistentes”. La delegación de la comunista acusó al recién nombrado presidente Portes Gil de fascista criollo, este en represalia ordenó la aprensión de Valentín Campa y Siqueiros, pero los miembros de la convención de manera unánime se opusieron a ello y se nombró una comisión para que le pidiera al presidente que respetara la función de la Convención obrero patronal y que después hiciera lo que quisiera … y así lo hizo después.
4 de diciembre de 1928: Se realiza la IX Convención de la CROM en el teatro Hidalgo. Se presenta Calles quién es aclamado y recibe una medalla al merito de la “Reconstrucción Nacional”. Se aprovecha la ocasión para reclamar el maltrato a los cromistas por el asesinato de Obregón. La llegada de Portes Gil a la presidencia no deja tranquilo a Morones, pues este se había enfrentado a la CROM cuando fue gobernador de Tamaulipas.
La CROM decide romper todo trato con el gobierno y retira a sus delegados de la Convención Obrero Patronal.
9 de diciembre de 1928: Lombardo Toledano propone la disolución de PLM para integrarse plenamente al PNR. Su propuesta no fue atendida por los moronistas.
27 de enero de 1929: Cómo resultado del Congreso Obrero y Campesino convocado por el PCM se forma la CSUM, inician una campaña nacional contra el proyecto de ley.
En los meses siguientes la CROM se desmorona, cientos de sindicatos se separan de la central. Algunos se integran a la CGT otros forman nuevas federaciones cómo la Federación de Sindicatos de Trabajadores del Distrito Federal, donde Fidel Velásquez queda de secretario del interior.
Al mismo tiempo se va conformando un bloque sindical que pretende llenar los espacios políticos que deja la CROM y exigen la apertura de espacios hasta ahora copados por esa central, llegando en algunos casos a la violencia física, cómo en las elecciones de representantes obreros en la JCA del siguiente año, en donde efectivamente la CROM pierde la mayoría de sus representantes. Fidel Velásquez es uno de los nuevos representantes.
4 de marzo de 1929: Se funda el PNR. De su congreso fundacional se nombra a Pascual Ortiz Rubio cómo primer candidato presidencial del nuevo partido. Se levanta en armas el general José Gonzalo Escobar, levantamiento que abarca los estados de Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Veracruz. Aunque los campesinos del LCN apoyaron al gobierno para acabar con la rebelión, en Durango, Zacatecas y La Laguna, se negaron a entregar sus armas después de ser derrotado el levantamiento, esto es usado cómo un pretexto más para cuestionar la legalidad del PCM.
6 de junio de 1929: Se inicia la represión sangrienta al PCM; los comunistas resultaron un hueso demasiado duro de roer y un protagonista importante en contra del proyecto de ley de Portes Gil. Un diputado desaforado, más de 30 militantes asesinados, entre ellos a Guadalupe Reyes den Durango, al menos 46 detenidos y locales saqueados es el saldo de la represión.
21 de junio de 1929: Portes Gil y el arzobispo Leopoldo Ruiz firman el acuerdo para terminar el conflicto cristero. Aarón Sáenz juega un papel fundamental en la relación diplomática con el embajador norteamericano Morrow, para que Estados Unidos presionara al Vaticano para que a su vez obligara a los líderes cristeros de deponer las armas.
10 de julio de 1929: la Federación de Fidel Velásquez exige que se promulgue de inmediato la Ley Federal del Trabajo: “Bastante hemos esperado ya y no podemos seguir inactivos por más tiempo.”
14 de julio de 1929: De Negri responde al llamado de la FTDF denunciando que “son los líderes provocadores los que no permiten la unificación del movimiento obrero”, mientras Portes Gil insiste en que a la brevedad será enviada a la Cámara de Diputados para su aprobación.
25 de julio de 1929: La Cámara de Diputados inicia un periodo extraordinario para discutir el Código Federal del Trabajo. La campaña gubernamental se sigue haciendo presente a través de algunos gremios. Hablan los ferrocarrileros: “los obreros de toda la república no aceptaremos que el texto original del citado proyecto sea modificado fundamentalmente a no ser para mejorar en beneficio de la clase obrera.” La trampa funcionó.
26 de julio de 1929: Lombardo Toledano desecha las objeciones sobre la pérdida de derechos al cancelar los códigos estatales de trabajo y exige la federalización de la legislación laboral.
30 de julio de 1929: la cámara de Diputados retira a los estados la facultad de legislar en materia laboral.
15 de agosto de 1929: Los sindicatos opositores al proyecto de Ley Federal del Trabajo, ferrocarrileros, Artes Graficas, disidentes de la CROM entre otros, se reúnen en el Centro Cívico “Álvaro Obregón” y declaran un “No a la reforma del Estado por el Estado.” Siqueiros insiste. “es fascista”, Lombardo declara que mientras el proletariado no conquiste el poder, la constitución de la república no podrá ser reformada para beneficio del proletariado, y aunque el código es un “desastre”, contiene, al menos, algunas conquistas del proletariado. Insiste en su propuesta de Contrato Sindical de Trabajo en contra de los Contratos Colectivos de Trabajo y remata “debemos estar satisfechos del resultado de nuestro trabajo.”
2 de septiembre de 1929: El ejecutivo manda a la Cámara de Diputados la propuesta de Ley federal del Trabajo para su discusión y aprobación. De Negri ha cumplido su encomienda y regresa a sus actividades diplomáticas, ahora cómo embajador en Bélgica. Lo sustituye el Luis L. León que por ser colaborador cercano a Morones deja casi de inmediato el cargo al que será el operador político que, de manera rápida y sin conflictos sociales, puede imponer la nueva legislación: Aarón Sáenz.
Durante los meses siguientes el propio Calles viajó por Europa para observar, entre otros casos, los mecanismos de control implementados en Italia.
17 de noviembre de 1929: Los empresarios se organizan de manera nacional en la Confederación Patronal de la República Mexicana, (COPARMEX)
30 de abril de 1930: La CROM, la CGT, varios sindicatos de industria (electricistas, artes gráficas y transporte), la Liga Nacional Campesina y algunas federaciones estatales presentan un frente común para defender los “derechos adquiridos por los trabajadores”. La estrategia de la CROM es la de posesionarse de nuevo, la CGT que se había mantenido al margen llega demasiado tarde y se deja llevar por el discurso de “las conquistas de los trabajadores” perdiendo de vista lo sustancial: la autonomía y la libertad sindical. Su presencia sólo ayuda a convalidar la nueva ley. Por lo pronto la CGT sufrirá sus primeras escisiones y quedarán marcados por la práctica cromista de todos los dirigentes adheridos a ella después de la crisis de la CROM.
4 de mayo de 1931: Sáenz convoca a los sindicatos a una reunión en el Castillo de Chapultepéc para discutir la inminente discusión en la Cámara de Diputados el proyecto de ley. Por primera vez asisten los representantes de la CGT. El plan estaba armado, Lombardo asume una postura pretendidamente crítica exigiendo que para aprobar la ley, esta debe respetar los derechos adquiridos por los trabajadores. Ortiz Rubio convoca a los inconformes a que envíen sus objeciones a la Cámara de Diputados donde serán turnadas a las comisiones de trabajo. Y en efecto, en cada sesión parlamentaria se hace un recuento de los sindicatos obreros y cámaras patronales que han mandado sus mociones de rechazo o apoyo al proyecto de ley. Sólo eso, una mención en la plenaria.
Aarón Sáenz reclama a Lombardo su inconsecuencia con el proyecto de ley que apenas unos meses atrás defendió con vehemencia: “Esta ley respeta los principios que usted (cómo diputado) defendió en 1925, ahora usted la critica para quedar bien con otras organizaciones obreras.”
Calles cómo Jefe Máximo y en su calidad de Secretario de Guerra y Marina asiste y supervisa personalmente las sesiones de las comisiones de trabajo, asesorado por su consejero en materia laboral y que ocupa en la nómina una subsecretaría en la Secretaria de Guerra y Marina, Abelardo L. Rodríguez.
20 de julio de 1931: La Cámara de Diputados aprueba en lo general la Ley Federal del Trabajo.
13 de agosto de 1931: Se aprueba la LFT de manera definitiva.
28 de agosto de 1931: La Ley Federal del Trabajo es publicada en el Diario Oficial y entra en vigencia en todo el país.
22 de enero de 1932: Abelardo L Rodríguez es nombrado Secretario de Industria, Comercio y Trabajo y primero operador real de la recién aprobada Ley Federal del Trabajo, negando registros sindicales, declarando licita la huelga tranviaria, pero también la declara ilegal: “las huelgas son inoportunas y antipatrióticas en este momento en que se necesita la cooperación de todo mundo y especialmente de los trabajadores” ; lo mismo hizo con las huelga ferrocarrilera. También eliminó prestaciones del CCT del Sindicato Mexicano de Electricistas.
4 de septiembre de 1932: Por presión de Calles y falta de apoyo en las cámaras, Pascual Ortiz Rubio renuncia a la presidencia de la república. El general Abelardo L. Rodríguez hombre de confianza de Calles, y su asesor en materia laboral, ocupa de manera interina la presidencia de la república hasta 1934.
Impactos y Consecuencias directas de la aplicación de la LFT
La LFT establece en su artículo 13 transitorio, que los CCT existentes, los reglamentos pactados, los contratos individuales y cualquier otro convenio que estableciera condiciones mejores a los establecidos por la LFT pueden ser revisados, a la baja, para ser ajustados a los derechos mínimos de Ley. Una lluvia de demandas patronales inundaron las oficinas de la JCA.
La Ley reconoció a los sindicatos cómo personas privadas, pero estableció criterios de persona pública para regular su constitución, sus fines, su ámbito de competencia y los requisitos legales para su existencia. Con esto se le otorgó al Estado el derecho a inmiscuirse en la vida interna de los sindicatos, desde el otorgamiento de registro sindical hasta en la obligación que tienen los sindicatos a proporcionar información que el Estado le requiera. El propio CCT tendrá validez no cuando las partes lo pacten, sino hasta que esté depositado en la JCA correspondiente
Uno de los impactos más difíciles de librar para los sindicatos independientes ahora que requieren de las juntas para registrar los sindicatos y tramitar demandas colectivas, es el carácter tripartito de la JCA, pues los representantes obreros pertenecen a sindicatos oficiales que podrían ser desplazados, convirtiéndoles en juez y parte de los conflictos.
Con la entrada en vigor de la LFT los sindicatos tuvieron que presentar documentación que acredite su existencia, sin importar la voluntad soberana de los trabajadores, todo bajo los criterios de la LFT, requisito sin los cuales no tendrán personalidad jurídica para negociar con los patrones sus condiciones de trabajo, lo mismo el comité ejecutivo.
La experiencia muestra la negativa de otorgar registros a sindicatos incómodos y a aceptar registros de sindicatos patronales, ocasión que aprovecha Eugenio Garza Sada y forma el primer sindicato de protección: la Unión de Trabajadores Cuauhtémoc y Famosa.
Antes de la promulgación de la LFT, los trabajadores de la Cervecería Cuauhtemoc no tenían sindicato, toda negociación laboral era individual con toda la ventaja para la empresa. Ante el “riesgo” de que un sindicato como la CGT pudiera emplazar a huelga a la Cervecería, para firmar un CCT; Garza Sada promovió la formación del sindicatos blanco y firmo su primer CCT y lo registró y mantiene hasta la fecha un férreo control sobre la dirigencia sindical que es nombrada directamente por los directores de la empresa, construyendo al mismo tiempo una barrera ideológica en nombre de la colaboración, salpicada con algunas prestaciones sociales.
Criterios empresariales aplicados en Cervecería Cuauhtémoc
• Es preferible cerrar la empresa antes que ceder a las demandas de trabajadores en huelga.
• Despido inmediato a trabajadores que participen en alguna demanda de titularidad de CCT.
• Campaña intensa de ideologización en contra de las posturas sindicalistas autenticas.
• Quién demanda a la empresa no regresa nunca.
• Control unilateral de la empresa en la contratación del personal.
• Gran número de trabajadores eventuales, recontratados a intervalos para no generar derechos de antigüedad.
• Flexibilidad laboral.
• Despido inmediato a mujeres al embarazarse o por matrimonio.
• Contratación de trabajadores externos a través de intermediarios. Política implementada desde 1935
• Los trabajadores desconocen la existencia del sindicato y del Contrato Colectivo de Trabajo.
• Nula presencia del sindicato en las áreas de trabajo. Formalidad en las comisiones mixtas.
• Prima de creatividad para trabajadores con sugerencias productivas (1929)
• Despido por enfermedad con muy baja indemnización.
• Infiltración de “orejas” en los grupos donde se sospecha de organización incipiente.
• Despido inmediato al sospechoso de organizarse de manera independiente.
Perfil de los trabajadores de planta despedidos
• Buenos trabajadores.
• Hombres casados con un promedio de antigüedad de 15 años.
• Mujeres solteras con un promedio de antigüedad de 7.5 años.
• Mayoría de obreros calificados.
• Sindicalizados.
• Algunos habían participado en órganos internos: comités de ajuste y comisiones mixtas.
• Algunos habían ingresado a trabajar por recomendación directa de la familia Sada.
La estrategia jurídica de la empresa fue desconocer la relación laboral con los despedidos. La mayoría de los despedidos solo pudieron acreditar la relación laboral con las empresas subcontratistas.
Esquema del despido
• Los jefes de departamento ejecutaron el despido
• Ningún caso fue turnado previamente a la comisión mixta
• En ningún caso acudió al sindicato para defender al trabajador
• Las únicas pruebas documentales de la empresa fueron actas circunstanciadas muy breves, redactadas por el jefe y firmada por el trabajador
• “Renuncia voluntaria”
• Todos los testigos del demandante, que siendo trabajadores en activo, negaron todo conocimiento de los hechos
• La mayoría de los testigos (principalmente las mujeres) desconocía la existencia del Contrato Colectivo de Trabajo, de estatutos, así cómo los nombres de los dirigentes del sindicato.
• Sólo dos ganaron el juicio. La empresa no los reinstaló jamás.
La nueva legislación otorgó un poder absoluto sobre los sindicatos a los secretarios generales, poder que usaron para vender Contratos de Protección, extorsionar empresas y posesionarse dentro de sus propias centrales existentes en la lucha interna por el control al interior de los sindicatos. Ricardo Treviño, experto en estás prácticas nos describe el mecanismo preciso del uso de la nueva legislación para extorsionar empresas y vender Contratos de Protección:
• Se utilizan los registros sindicales ya existentes.
• El secretario general mantiene el control del registro.
• Se emplaza a huelga a la empresa por firma de CCT.
• El secretario general ofrece de inmediato una propuesta para desistirse del emplazamiento a cambio de una cantidad de dinero que la empresa debe proporcionar como compensación al sindicato.
• Aunque la empresa sabe que el sindicato no tiene afiliados, no se arriesga a mantener cerradas las instalaciones por los días que tarda la JCA en dictaminar y prefiere entrega el dinero.
• Para evitar futuras extorsiones, la empresa compra al secretario general un Contrato de Protección, que por ley será vitalicio para la empresa.
Conclusión
La existencia de los Contratos de Protección es producto de la legislación vigente en materia laboral, las reformas y adiciones sólo han servido para estrechar aun más el margen de acción de los sindicatos auténticos, como la reforma de 1980 donde cancela el derecho a las coaliciones a emplazar a huelga, fortaleciendo la figura del secretario general. La LFT legalizó la pérdida de la libertad sindical, la intervención del Estado en la vida interna de los sindicatos y permitió la monetarización de la acción sindical al convertirla en monopolio del sindicato reconocido por el Estado; permitió la corrupción tanto con la venta de plazas que con la defensa de trabajadores deshonestos en los sindicatos; consolidó la intromisión de los empresarios a través de los sindicatos blancos y la compra venta de Contratos de Protección.
Posdata
Manuel Y. De Negri regresó a su carrera diplomática viajando por Europa y Centroamérica.
Juan Manuel Puig Casaunac terminó sus días como miembro prominente de la Academia Mexicana de la Lengua.
Aarón Sáenz se convirtió en un magnate de la industria del azúcar.
Abelardo L. Rodríguez fue presidente de México, amplió el periodo presidencial a seis años y entregó el poder a Lázaro Cárdenas.
Vicente Lombardo Toledano fue el primer secretario general de la CTM, el primero en promover el voto obligatorio de la CTM al candidato oficial, utilizando la amenaza de la cláusula de exclusión a quién no lo hiciere: su nombre está escrito en letras de oro en el palacio legislativo.
Fidel Velásquez se convirtió en el modelo de dirigente sindical corporativo por excelencia; recibió la medalla Belisario Domínguez otorgada por el poder legislativo.
Valentín Campa décadas después fue candidato presidencial por el PCM, los últimos años los pasó cobijado por el aprecio de sus compañeros.
David Alfaro Siqueiros se convirtió en uno de los muralistas más prestigiados y reconocidos en el mundo.
Luis Napoleón Morones fue exiliado del país por Lázaro Cárdenas, al igual que a Plutarco Elías Calles.
Contacto en Italia: El código del Trabajo de Mussolini en la legislación laboral mexicana.
Contacto en Italia
La presencia del fascismo en la legislación laboral mexicana
Jorge Robles
Introducción
Antes de la promulgación de la Ley Federal del Trabajo la tarea de los sindicatos no era fácil, pues ya estaban implementadas las Juntas Conciliación y Arbitraje como mecanismo de intervención en la vida sindical; el Departamento del Trabajo y la Secretaria de Industria Comercio y Trabajo (SICT) y era frecuente la intervención del ejército o la policía para reprimir los movimientos.
A pesar de todo, la existencia de los sindicatos dependía únicamente de la voluntad soberana de los trabajadores para conformarlo, elaborar sus estatutos, establecer sus formas de lucha, sus tiempos de negociación bilateral con las empresas, el estallamiento de las huelgas y sus motivos, pudiendo coexistir dos y hasta tres sindicatos en una empresa.
Después de 1917 cada presidente estableció su propia política laboral, algunos reprimiendo como Carranza, otros aprovechando el impulso sindical para ganar adeptos como De la Huerta, otros combinando concesiones con represión como Obregón y otros reprimiendo abiertamente al sindicalismo independiente como Calles, a la Confederaron Nacional Católica del Trabajo (CNCT).
Mientras los caudillos de la Revolución Mexicana se repartían el poder en el interior de la República, la presidencia se peleaba literalmente a muerte, organizando levantamientos armados y proclamando planes. Con la reelección de Obregón y su posterior asesinato el sistema de reparto del poder hizo crisis y el presidente en turno, Plutarco Elías Calles, resolvió formando un partido de Estado que regulara el reparto del poder. Para desarrollar este proyecto Calles se valió de intelectuales que recorrieron Europa para copiar modelos de estructura partidaria y mecanismos de gobernabilidad que le permitieran controlar a los grupos sociales más representativos: los sindicatos independientes y las organizaciones campesinas.
El resultado de estas pesquisas en Europa, fue la formación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) y del sistema de Estado corporativo que controlara a los y las trabajadoras por medio del control estatal de los sindicatos, el arbitraje obligatorio, la cancelación de la libertad sindical y del nacimiento de esta figura que ahora llamamos Contratos de Protección.
Aquí está contada de manera detallada la historia de este proceso, los sindicatos y sus luchas como actores sociales, los operadores políticos que establecieron lo que aquí llamamos El contacto en Italia, y que ocuparon el puesto de secretario de Industria, Comercio y Trabajo, dos de ellos ex embajadores en Italia: Manuel Y. de Negri y José Manuel Puig Casaunac; el operador político en la Cámara de Diputados, Aarón Sáenz y uno de los más cercanos colaboradores de Calles, Abelardo L. Rodríguez quién viajó de manera expresa a Europa para afinar el proyecto final de Ley Federal del Trabajo (LFT) y que después, como secretario del ramo, lo aplicó de manera implacable en contra de los sindicatos independientes; los operadores sindicales de Calles: primero Morones, luego Lombardo Toledano y al final Fidel Velásquez; los opositores al proyecto, Siqueiros, Campa, Velasco y los sindicatos cercanos a la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM); los empresarios, entre ellos Eugenio Garza Sada, quién recién aprobada la LFT, depositó el primer Contrato de Protección, el de la Cervecería Cuauhtémoc.
Los Actores Sociales
Los sindicatos
En México, el proyecto de control corporativo sobre el movimiento sindical se vislumbra ya desde 1915, con el intento de agrupar a los trabajadores de la Casa del Obrero Mundial (COM) alrededor del constitucionalismo. Para esto, sesenta y siete militantes de la COM establecen un pacto con Carranza, el cual da origen a la formación de los famosos Batallones rojos; aunque, es importante mencionar, que ningún sindicato de los 32 afiliados a la COM lo firmó. Existió sólo una excepción, el caso del sindicato tranviario, cuando su secretario general, según él, fue secuestrado y obligado a firmar papeles en blanco, comprometiendo a los de su gremio, en contra de su voluntad, a afiliarse al constitucionalismo. No es casual que el principal promotor y negociador por parte de los constitucionalistas fuera el pintor Gerardo Murillo (Dr. Atl), quien años después, durante la Segunda Guerra Mundial, manifestó abiertamente su simpatía por los nacionalsocialistas alemanes.
De esa experiencia nace el proyecto de formar una central sindical ligada al Estado y, a convocatoria expresa del gobernador de Coahuila, Espinosa Mireles, nace la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) con Napoleón Morones a la cabeza. A menos de un año de vida (1919), sus dirigentes forman el Partido Laborista a través del cual consolidan su alianza con el Estado, recibiendo sus respectivas cuotas de poder como gobernaturas, diputaciones y hasta una cartera en el gabinete de Calles.
Entre los principales participantes están los sindicatos minero, electricista y tranviario. El comité organizador fue conformado por reconocidos carrancistas como: Alfredo de León, Juan M. Anzures y Juan Lozano. Morones no formó parte del comité organizador de este congreso, debido a que él y su grupo habían sido sancionados por haber formado, en 1916, el Partido Socialista Obrero .
La CROM aparece como heredera natural de ese grupo sindicalista de la COM que aprendió, en 1915, las ventajas de moverse de acuerdo a las necesidades del Estado.
El carácter oficialista de la CROM lo determinaba no sólo el patrocinio gubernamental, la militancia a favor del presidente en turno, sino también el papel de operador como central sindical y grupo de presión del gobierno en contra de cualquier opositor al presidente. El caso más obvio fue la toma de la iglesia de la Soledad por militantes de esta central para golpear a la iglesia, convirtiendo este incidente en la primera acción de la guerra cristera. Morones, Celestino Gasca y Lombardo Toledano, entre otros, ocupan puestos en el gobierno.
Durante el gobierno de Obregón la política obrera fue de dos manos: convivieron la represión con el diálogo. El gobierno acorraló a la central independiente de la época, la anarcosindicalista Confederación General de Trabajadores (CGT) , sin poderla vencer.
Cuando Morones es nombrado secretario de la recién creada Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo por el presidente Plutarco Elías Calles, éste juega un papel determinante en la política oficial respecto al movimiento obrero. Durante su gestión se reglamentan las Juntas de Conciliación y Arbitraje, y se intenta que todos los conflictos obrero-patronales sean resueltos por medio de ellas. En 1925 se presentó también un fallido proyecto de ley reglamentaria del artículo 123 constitucional.
La Confederación General de Trabajadores (CGT), nace en 1921 recuperando a las organizaciones sindicales y militantes que rechazaron el pacto de los batallones rojos con el carrancismo y militantes que, aunque sí participaron activamente en él, llegaron a la conclusión que la perdida de la autonomía sindical había sido un costo muy alto que pagó el sindicalismo independiente. Entre sus gremios están entre otros, los telefonistas, tranviarios, trabajadores de la construcción, petroleros, industria del vestido y su columna vertebral, la federación del ramo textil.
En el año de 1925 la CGT tiene que enfrentar no sólo la lucha cotidiana por mejorar las condiciones de trabajo, sino que al mismo tiempo tienen que enfrentar las embestidas de la CROM por copar sus espacios y apropiarse de ellos. A través de las Juntas de Conciliación y Arbitraje manejadas por Morones, se justifica legalmente la represión directa a las huelgas, como el caso de la toma por el ejército de las instalaciones de la Huasteca Petrolium Co., paralizada por la huelga del sindicato afiliado a la CGT. La toma fue comandada por el general Lázaro Cárdenas, lo que permitió la entrada de los esquiroles afiliados a la CROM y la posterior desaparición del sindicato independiente; otro aporte de la JCA fue la declaración sobre el carácter ilegal de las huelgas por solidaridad.
Como ejemplo de la combatividad de la CGT, en 1925 la Federación del Ramo Textil realizó cuatro huelgas generales, veinte huelgas parciales, el aumento significativo de sindicalización independiente y un saldo negativo de treinta y cinco militantes detenidos, cinco muertos y cincuenta heridos.
La Confederación Nacional Católica del Trabajo (CNCT) nació en 1920, primero a nivel regional (Confederación Católica del Trabajo) convirtiéndose dos años después en organización nacional. Fue fundada por el Secretariado Social Mexicano (SSM) y rápidamente se extendió a más de 80 mil miembros, incluyendo sindicatos obreros, campesinos y cooperativitas, todas ellas asesoradas por el SSM. Ante su inesperado éxito, en 1924 su fundador Alfredo Méndez Medina P.J. fue retirado por su congregación y el episcopado mexicano nombró a Darío Miranda cómo director, quién cambió radicalmente el rumbo del SSM, abandonando la asesoría de los sindicatos y cooperativas contentando su acción en la formación de organizaciones piadosas cómo la Asociación Nacional de Padres de Familia.
En 1925 el Comité Central de la CNCT informó a la Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos (CISC), la intención de presentar en el congreso de la CNCT la afiliación a la central internacional para tomar el acuerdo de integrarse a la central internacional. El congreso no pudo reunirse nunca más.
La CNCT sufrirá este año un ataque demoledor por parte del gobierno de Calles, que la dejará moribunda: Golpeadores de la CROM toma de manera violenta la iglesia de La Soledad, impugnando por la formación de un culto católico nacional alrededor del padre Joaquín Pérez. Ante esta situación Darío Miranda director del SSM , que ya había abandonado a su suerte a la central católica, se refugia en Italia. Al año siguiente los acontecimientos se precipitan con la implantación de la Ley Calles, que equiparó las infracciones en materia de cultos con delitos del fuero común, además de que limitaba el número de sacerdotes a uno por cada seis mil habitantes y se ordenaba que los sacerdotes se registraran ante las autoridades municipales, quienes les otorgarían una licencia para ejercer el sacerdocio. La Ley prohibió la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a educar a sus hijos en la fe católica. Entrada en vigor, se clausuraran numerosos templos, capillas y conventos.
El conflicto cristero fue acompañado de la simpatía ideológica a la iglesia de un grupo de organizaciones simpatizantes del fascismo, comenzando por el Partido Fascista Mexicano, el Sindicato de Agricultores (SA) formada por terratenientes afines al PFM , la Liga Política Nacional y los Caballeros de Colón.
Los empresarios
Por el lado de los empresarios, existen asociaciones en varios estados de la república, incluyendo a diversas organizaciones de comerciantes, industriales y banqueros: Confederación Fabril Nacional Mexicana, Cámara Británica de Comercio, Cámara Española de Comercio, Cámara Francesa de Comercio, Cámara Italiana de Comercio, Cámara Nacional de Comercio, Confederación de Cámaras de Comercio, Cámara Nacional de Minería, Unión de Comerciantes e Industriales, S. C. y Confederación de Cámaras Industriales de la República Mexicana.
El grupo empresarial más importante era sin duda el encabezado por Eugenio Garza Sada que incluye Vidriera Monterrey S.A., el Banco Mercantil, Fábricas de Monterrey (FAMSA), Compañía Hostelera Colonial S.A. Tapón Corona y Envases Titán entre otras.
Eugenio Garza Sada nació en Monterrey en 1892, integrándose al trabajo del consorcio familiar en 1918, después de haber estudiado en Estados Unidos, donde aprendió los modelos de relaciones laborales del fordismo, adaptando el modelo a su emporio, convirtiendo a los empleados, obreros, proveedores en potenciales consumidores de sus productos, desarrollando desde los años veinte el esquema de subcontratación de materia de trabajo: por ejemplo, en una planta se producía la cerveza (Cervecería Cuauhtémoc), otra fabricaba las tapas de la botella (Tapón Corona), otra las cajas de cartón (Envases Titán), otra las botellas de vidrio (Vidriera Monterrey) y otra proporcionaba el financiamiento (Banco Mercantil). Para capitalizar el ahorro de los trabajadores fundó desde 1918 la Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones para los empleados y trabajadores de la Cervecería Cuauhtémoc.
Merece una mención especial el caso de las empresas de origen italiano, como la fábrica de chocolates La Suiza, los pequeños productores de lácteos del pueblo de Chipilo, las haciendas Nueva Italia y Lombardía, de la familia Cusi.
A principios de 1925 se realizó en la Ciudad de México el segundo Congreso Industrial sin que los patrones permitieran la participación de los representantes de la central oficial, la CROM, a lo cual el presidente Calles respondió molesto: “Se extraña que los empresarios no quieran permitir que los trabajadores asistan a sus sesiones (…) esto debe ser recapacitado para las futuras conquistas, tanto más cuanto que redundará en beneficio para el capitalista y el trabajador”.
El Congreso en su declaración oficial manifestó la voluntad de los empresarios de mantener su autonomía con respecto al Estado y en particular de las JCA; defienden la bilateral como forma de relación laboral con los trabajadores y la necesidad de establecer Contratos Colectivos de Trabajo como mecanismo de regulación:
“No se rechaza la agrupación sindical, sino que se acepta de buen grado y se pretende, por lo mismo, el contrato colectivo, reglamentado con responsabilidades para los sindicatos y para los patronos, con clausulados que precisen derechos y deberes para ambas partes (…) para facilitar la inteligencia entre la dirección y la mano de obra, se han propuesto los organismos mixtos en cada fábrica, compuestos por representantes de los trabajadores y de los patrones, para que entre ellos mismos se puedan conocer a fondo las verdaderas necesidades de unos y otros(…) Las Juntas de Conciliación y Arbitraje… no intervendrán para nada en las relaciones de la mano de obra con el patrón, sino que sólo servirán de organismos de observación, de cuerpo consultivo“
Ya en estos años los empresarios sufrían la carga de corrupción y extorsión por parte de los funcionarios de la JCA y del Departamento del Trabajo, al mismo tiempo que tenían que enfrentar las reivindicaciones de los trabajadores en los centros de trabajo.
Los Operadores
Contacto en Italia
Puig Casauranc, fue diputado federal por Veracruz en 1921 y 1922 y senador por el Estado de Campeche en 1924-1926. Amigo personal de Calles, en 1926, siendo Secretario de Educación Pública y por el reconocimiento a su capacidad como intelectual, fue designado embajador en la Italia fascista, que no está por demás decir que este país estaba en plena reestructura política en manos de Benito Mussolini. En 1928 Calles lo llamó para sustituir a Morones en la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo para implementar la primera parte de la estrategia legislativa que culminó en la promulgación de la Ley Federal del Trabajo; también trabajó en la investigación de estructuras y funcionamiento de distintos partidos políticos en el mundo , para definir la estructura y funcionamiento del Partido Nacional Revolucionario.
Después de la reforma política que canceló el sistema de gobierno del DF, fue nombrado como el primer Jefe del Departamento del DF, (1928-1929) después de haber cumplido su labor en la formación del PNR e iniciar el proceso de imposición de la LFT. En agosto de 1931 fue nombrado embajador de México en Estados Unidos pero con residencia en México, pues estaba comisionado por Calles a preparar una reorganización del poder ejecutivo, donde Calles ocupó en el nuevo gabinete la Secretaría de Guerra y Marina y con ello el control directo del ejército.
Ramón P. De Negri relevó a Puig Casauranc en la embajada de Italia. Nació en Hermosillo Sonora. Hijo de Casimira Pérez mexicana de origen estadounidense y francés y de Manuel De Negri, originario del sur de Italia. Inició su carrera en la administración pública cómo telegrafistas en el Estado de Sonora bajo el gobierno de José María Maytorena.
Con Venustiano Carranza ascendió a jefe de oficina de Ferrocarriles y Telégrafos. Por su origen materno norteamericano participó en diversas comisiones financieras y diplomáticas en Estados Unidos: Fue Cónsul General de México en San Francisco y Nueva York, además de encargado de negocios de México en Washington, D.C.
En 1924 fue vocal de la Comisión Nacional Agraria, sustituyendo en 1924 a Antonio I. Villarreal en la Secretaría de Agricultura y Fomento durante el gobierno del también sonorense Álvaro Obregón.
Fue presidente de los Ferrocarriles Nacionales (1922-1923) y fundador de la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo, Estado de México. Asumió la embajada de de México en Italia y Hungría durante 1928, en pleno auge del fascismo italiano, sustituyendo después a José Manuel Puig Casauranc en la Secretaría Industria, Comercio y Trabajo. Recibió la encomienda de cabildear la reglamentación del artículo 123 constitucional. Él fue el responsable de implementar junto con Portes Gil, (secretario de gobernación entonces) la Convención Obrero Patronal para convalidar el proyecto de Ley Federal del Trabajo en 1928.
Su experiencia italiana fue determinante en el enfoque legislativo de la ley, cosa que se nota en la gran similitud de principios de la LFT y el Código del Trabajo que impuso Benito Mussolini en Italia.
Un tercer operador, fue Abelardo L. Rodríguez, que a diferencia de Puig y de Negri no fue embajador en Italia, pero por instrucciones Plutarco Elías Calles, viajó durante siete meses a Europa para investigar cuestiones relacionadas con la Industria (así se le llamaba entonces al entrono laboral) . A su regreso Calles lo instaló cómo su subsecretario de guerra y desde ahí opero la modificación al texto original del 1928, asesorando a Calles que fungió cómo supervisor directo en las comisiones de trabajo de la Cámara de Diputados, cómo lo atestiguan los propios diputados: “que algunas de esas juntas (de las comisiones de trabajo de la Cámara de Diputados) fueron presididas por el señor Presidente de la República, con asistencia, cómo invitado de honor, del señor General don Plutarco Elías Calles, enérgico orientador de la Revolución, que no podía ni debía negar sus sabios consejos a obra de tanta importancia y trascendencia para el país.”
Aprobada la LFT sin discusiones de fondo, Abelardo L. Rodríguez fue nombrado Secretario de Industria, Comercio y Trabajo quién de inmediato aplicó con precisión los mecanismos de control: Arbitró en contra de la Alianza de Tranviarios en su demanda de pago de horas extras, mutiló el CCT del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) reduciendo los días no laborales; negó registros sindicales independientes al mismo tiempo que reconoció de inmediato el registro del primeros sindicato de protección: la Unión de Trabajadores Cuauhtemoc y Famosa en las industrias de Eugenio Garza Sada en Monterrey quienes suscriben el primer contrato de protección con las empresas del grupo.
El operador político
Hasta ahora los operadores habían realizado un trabajo más técnico que político y no habían logrado ganar voluntades al proyecto. Calles necesitó de un buen operador político probado, y recurre a Aarón Sáenz, un obregonista de derecha que aspiraba a la presidencia de la república pero que se subordinó a la lógica del jefe máximo y declinó su pre candidatura para beneficio de Portes Gil.
Sáenz había mostrado sus habilidades operativas cómo Secretario de Relaciones al lidiar con la embajada norteamericana en el conflicto cristero. Sáenz era el indicado para ocupar la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo y conseguir la aprobación del Código del Trabajo de Portes Gil.
El operador sindical
Vicente Lombardo Toledano fue sin lugar a dudas, un personaje fundamental para imponer un código laboral donde se sacrificaba la autonomía y la libertad sindical y con ello se dio origen al uso de los sindicatos como franquicia, y el derecho de huelga como mercancía y mecanismo de extorsión.
Lombrado Toledano, licenciado en derecho vinculado a la CROM a través de su militancia en el Partido Laboral Mexicano y como fundador la Liga de Profesores del Distrito Federal. Con la llegada de Obregón a la presidencia, el cromista Celestino Gasca fue nombrado gobernador del Distrito Federal, y Morones como director de Abastecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares; Lombardo Toledano trabajó como Oficial Mayor del Distrito Federal.
Fue por unas semanas gobernador interino del Estado de Puebla (1924-1925), con residencia en México y diputado federal por el XIII distrito electoral correspondiente a Teziutlan, Puebla, donde nació.
Su elección fue denunciada por presunto activismo del ejército, que se convirtió “en activa propagandista de la candidatura Lombardo, usando de la fuerza para amedrentar a la población civil y para estorbar la acción administrativa de las autoridades del Estado.”
En el año de 1925, siendo diputado federal le tocó participar en uno de los intentos más serios para reglamentar el 123 constitucional, donde en su calidad de cromista presentó fiera batalla parlamentaria contra el también diputado y fundador de la Casa del Obrero Mundial, el zapatista Antonio Díaz Soto y Gama. El tema central del debate fue la libertad sindical y la Contratación Colectiva.
Toledano tomó la defensa del articulo 114 del proyecto que en su redacción decía "En ningún caso y por ningún motivo las autoridades podrán reconocer, para los efectos del contrato de trabajo, la existencia simultánea de dos agrupaciones en una misma empresa” y por supuesto que reconocería exclusivamente a quién representara a la mayoría dentro de la empresa:
Soto y Gama preguntó durante el debate: “¿Quién va a fijar la mayoría? ¿Quién va a hacer la declaración de que una agrupación obrera tiene la mayoría? ¿El ministro de Industria y Comercio? ¡Dios nos acompañe! (Risas). ¿Las juntas de Conciliación y Arbitraje, manejadas generalmente por los que están en el Poder? No salimos de apuros ni resolvemos el problema. ¿Qué autoridad va a ser la encargada de fijar la mayoría?” (…)
(…) ¿Y quién fija la mayoría? ¿El señor Morones? Acuérdense del caso de la Terminal, compañeros. (Una voz: ¡Le tiene miedo!) ¿Pero cómo no le hemos de tener miedo a un individuo que a la vez es secretario de Industria y jefe de una organización obrera? ¿Cómo no vamos a tener miedo a la parcialidad del que funge de juez y parte?
Lombrado contestó: “¿quién va a fijar la mayoría? Ahí está el problema. ¿La Secretaría de Industria? No, ¡qué barbaridad! ¡Dios me libre, Morones calificando eso! No. Morones es el enemigo de las organizaciones obreras, etcétera. ¿Va a serlo el Gobierno del Distrito? ¿Y si el Gobierno del Distrito cae en manos de los laboristas? No. ¿La Secretaría de Agricultura? No. ¿La Secretaría de Hacienda? No. (…que) las juntas de Conciliación y Arbitraje sean las que vayan a justificar la existencia de la mayoría no le satisface al compañero Soto y Gama porque ahora gobierna el general Calles, (…) Pero todo mundo sabe que las juntas de Conciliación y Arbitraje se integran por obreros, por representantes del gobierno y por representantes del capital.”
Lombardo defendió en este debate la necesidad de un sindicato único en cada centro de trabajo, expulsando de la empresa a los trabajadores disidentes. A los pocos meses Lombardo publicó su libro La libertad Sindical en donde afirmó: “La libertad sindical es, pues, en México, por el sentido gramatical de las Leyes, es un nuevo camino creado por el Estado para la emancipación integral del proletariado, y un derecho limitado a la defensa de sus intereses materiales, tratándose del capitalismo.”
Durante un breve periodo en que Lombardo fue ayudante de Morones en la SICT, estallaron huelgas ferrocarriles y en la industria minera del Estado de Jalisco, huelgas organizadas por Siqueiros, las cuales fueron declaradas ilegales y sangrientamente reprimidas por el ejercito. El fallo fue firmado por Lombardo en su calidad de oficial mayor de la SICT.
En 1928, justo antes de iniciar la discusión sobre la reglamentación del artículo 123, la polémica sindical sobre la contratación sindical estaba claramente definida, entre los sindicatos (CGT y algunas federaciones de CROM) que pugnaban por la firma de CCT y su extensión a carácter de Contratos Ley pactados de manera bilateral entre trabajadores y patrones y su contraparte, (representada por Lombardo Toledano), que impulsaba la firma de Contratos Sindicales de Trabajo por centro de trabajo, acompañados de previa expulsión de los trabajadores disidentes con el sindicato mayoritario por medio de la Cláusula de Exclusión.
Los partidos
En el país existían entonces al menos 55 partidos legalmente reconocidos, la inmensa mayoría se disolvió para integrarse al Partido Nacional Revolucionario, partido oficial, los que se quedan al margen cómo el Partido Laboral Mexicano (PLM) o el Partido Comunista Mexicano (PCM) son asediados por el poder al grado de ser reprimidos y declarados ilegales o eliminados de todo espacio de poder, desmantelando su base social y exiliando a sus principales dirigentes.
Los comunistas
Justo después de los primeros debates sobre la el proyecto de Ley Federal del Trabajo 1928-29, y después de una declaración de Lombardo Toledano acusando a Siqueiros y a Campa de recibir instrucciones directamente de la embajada soviética, en junio de 1929, el Partido Comunista Mexicano es declarado ilegal, la policía tomó violentamente la imprenta del partido, El Machete, se expulsó a diplomáticos soviéticos cómo preludio al rompimiento de relaciones con la URSS, se desaforó al diputado comunista Hernán Laborde, se asesinó al principal estratega del partido, el cubano Julio Antonio Mella, impulsor de la formación de la Central Sindical Unitaria de México , ligada al PCM, se expulsó del país a su compañera Tina Modoti, secuestran a Valentín Campa y se encarcela en las Islas Marías a los principales opositores sindicales- Siqueiros, Miguel “ratón” Velasco, Evelio Badillo, José Revueltas entre otros-, se asesinaron en Durango y Tamaulipas al menos a 46 militantes , se reprimió violentamente los movimientos sindicales vinculados a la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM) y se da un golpe de mano en la Liga Nacional Campesina brazo campesino del PCM, desligándola del partido.
Los laboristas
La batalla para acotar y eliminar al Partido Laborista Mexicano (PLM) se inició con el asesinato a Álvaro Obregón, pues Morones se había atrevido a mantener una disputa pública con él y su asesinato fue un buen pretexto para expulsarlo de la elite del poder. Fidel Velásquez, entonces compañero de Morones, sostiene que el verdadero motivo de la disputa y la caída de Morones fue que se atrevió a querer ser presidente.
El Congreso nombró a Emilio Portes Gil, rival de Morones, con quien había tenido una relación conflictiva durante su gobernatura en el Estado de Tamaulipas; Portes Gil cómo gobernador retiró la administración del CCT de los ferrocarriles en Tamaulipas a la CROM para otorgársela a Alianza de Ferrocarriles Mexicanos . En otros casos llegó a tener mayor consideración, casi nunca correspondida, con la central independiente, la Confederación General de Trabajadores (CGT).
La campaña de desprestigio contra Morones se dio no sólo en el ámbito político, sino también entre la opinión pública, con obras de teatro donde se satirizaba a Morones y a los dirigentes cromistas: “El desmoronamiento” y “Cromopolis” son algunos ejemplos en donde inclusive participaron actores sindicalizados y ex compañeros cercanos a Morones, cómo Roberto “el panzón” Soto con quién compartió fiestas, coñac y suripantas. En “Cromopolis”, Soto que representaba a Morones, aparecía en escena, “revolcándose en las alfombras, totalmente ebrio empinándose una botella y exclamando: ¡Arriba el proletariado!”. En “El Desmoronamiento”, también representada por “el panzón” Soto y escrita por José Moreno Ruffo e Ignacio Baeza, se "hacía una severa crítica de los procedimientos gangsteriles que usaron los directores del movimiento obrero en aquel entonces para imponer sus caprichos. Asimismo exhibía todas las lacras de que en su vida pública hacían ostentación algunos de dichos líderes, especialmente el señor Morones, quien en una de las escenas, aparecía en su famosa quinta de Tlalpan, presidiendo las grandes bacanales que noche a noche, y con asistencia de altos funcionarios del antiguo gobierno, se celebraban..." .
Días antes de que Portes Gil asumiera la presidencia tuvo una reunión con dirigentes de la CROM, al que significativamente faltó Morones, donde se comprometieron a establecer buenas relaciones. Al día siguiente en la IX Convención de la CROM, Morones, una demostración de fuerza frente al invitado especial, Plutarco Elías Calles, arremetió contra Portes Gil, contra el gobierno y al final, la Convención abandonó el Teatro Hidalgo en donde se realizaba el evento, pues era un espacio gubernamental.
La CROM retiro a todos sus cuadros que ocupaban cargos gubernamentales, incluyendo a los delegados de la CROM a la convención Obrero Patronal (entre ellos Lombrado Toledano y Ricardo Treviño ), dejando sin operadores sindicales pro gobierno a la Convención Obrero Patronal lo cual retrasó los planes de Calles para imponer el proyecto de legislación laboral.
Este conflicto sólo atizó la incertidumbre en las dirigencias de los sindicatos nacionales y locales, que estaban acostumbrados a trabajar en contubernio con las autoridades en turno y provoco la desbanda de muchos sindicatos cromistas que salieron de la organización.
La opinión pública sobre la posible complicidad de Morones en el asesinato de Obregón, era la comidilla cotidiana, pues se sabía que el caudillo sonorense había debilitado la influencia del PLM. La salida de la Convención Obrero Patronal y la renuncia a los puestos de gobierno resultaron funestas para la CROM: se estaban enfrentando ni más ni menos que al jefe Máximo.
Calles les cobró caro esta insubordinación, en tres años de vivir en la oposición, la CROM perdió más de 349 organizaciones nacionales, locales y de empresa.
El PNR
La reelección del propio Obregón en el '28, la multitudinaria lista de micro partidos en los cuales se apoyaba Calles para gobernar, el conflicto cristero, la experiencia de la CROM cómo central obrera oficialista y su crisis después del asesinato de Obregón, el apoyo incondicional a Calles de un sector de la CROM ligada a Lombardo Toledano, la existencia de al menos 55 partidos políticos reconocidos legalmente según los requisitos establecidos en el artículo 106 de la Ley Electoral de Poderes Federales y la necesidad de integrar al sistema de control a los empresarios (la COPARMEX nace en 1929), más el auge ascendente de los partidos fascistas en el mundo y la necesidad de controlar desde el centro, el reparto del poder movió a Calles a fundar el Partido Nacional Revolucionario cómo ya vimos, comisionó a Puig Casauranc para presentar una propuesta para organizar el partido.
Desde la convocatoria para la formación de un partido oficial, se advirtió la mano del ex embajador en Italia, comenzando con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, y terminando con la identidad como partido de Estado: los delegados se contabilizaron en función del número de habitantes de cada entidad federativa y no por el número de afiliados; los delegados tenían que ser acreditados por los presidentes municipales. Todos los empleados públicos fueron considerados miembros y les retuvo un día de salario en calidad de aportación al partido; el periódico oficial del partido, El Nacional Revolucionario, era al mismo tiempo el periódico difusión del gobierno.
A nivel organizativo el PNR establecía una relación totalmente jerárquica y antidemocrática donde el Comité Ejecutivo Nacional era la instancia superior y donde Calles era jefe indiscutible: “Se le llamó Jefe máximo y se le dio el calificativo de hombre fuerte de México. La hoja del árbol no se movía sin su voluntad. Nada se hacía sin su autorización tácita o expresa. Su casa particular viose continuamente visitada por numerosa gente. Políticos de fuste y hombres de negocios pasaban a la residencia del general Plutarco Elías Calles, en donde siempre se encontraba el visitante con la figura de Luis N. Morones, gordinflón aún, con su cara atectónica, donde un ojo, el izquierdo brillaba cómo fuego. El mismo cuerpo diplomático, tan celosos de su contacto, le rendía homenaje. Muy amigos, muy íntimos, el general Calles y Mr. Dwith Morrow, embajador norteamericano.” Una figura que recuerda al Duce.
El modelo
La Italia que les tocó vivir a De Negri y a Puig Casauranc fue la de la consolidación del Estado Corporativo que en palabras de los propios fascistas “representa una forma especial de actividad de gobierno del Estado, que en orden a la Economía, regula los problemas relativos a la producción, a la distribución y a la circulación de la riqueza.”
El corporativismo italiano, es decir el proyecto fascista de Mussolini, consistió en la integración obligatoria de los ciudadanos al aparato de Estado por medio de corporaciones gremiales, es decir, los sindicatos, con la finalidad de garantizar por medio del principio de autoridad, el cumplimiento de los proyectos del Estado para lo cual requiere de mecanismos de control ideológico que le permitan funcionar de manera eficiente recurriendo al nacionalismo cómo motivo de unidad.
Por otro lado pertenencia a los sindicatos era obligatoria, mientras que el Estado se encargaba de mantenerlos “ordenadas jerárquicamente, reconocidos o autorizados por el Estado que deliberadamente garantiza un monopolio de representación”
De Negri y Puig Casauranc encontraron en Italia una solución aplicable a la realidad mexicana, por lo menos digna de ser estudiada, dada la circunstancia de México, su crisis institucional y la diversidad de caudillos militares. Solución que incluían la formación de un partido de Estado con mecanismos de control sobre los sectores de la producción y que permitiera la gobernabilidad fundamentada en leyes y decretos, todo en nombre de la paz social, la estabilidad política y la económica del país.
En la Italia que les toco vivir a Puig y De Negri, todos los partidos desaparecieron, se volvieron clandestinos o se integraron al Partido Nacional Fascista fundado en 1921. Todos los empleados públicos, desde el trabajador más humilde hasta el funcionario más alto son obligatoriamente miembros del partido, pagaban cuotas y se les prohibió, como funcionarios públicos, la integración en sindicatos para defender sus derechos laborales, pues lejos de ser considerados trabajadores se les denominaba representantes de la autoridad. Al final se les concedió del derecho de pertenecer obligatoriamente a un sindicato de empleados públicos, pero sin derecho a la contratación colectiva.
En materia ideológica dominaba el nacionalismo como sustento ideológico pretendiendo que el Estado es la encarnando de la nación. De aquí viene el término de Estado Totalitario, es decir el Estado que abarca la totalidad de las relaciones sociales, económicas, políticas y espirituales de los gobernados: la subordinación del interés individual y particular al interés colectivo encarnado en el Estado como representante de la nación.
¿Y qué es la nación para el fascismo italiano?: “es un organismo que posee fines, vida, medios de acción superiores en potencia y en duración a los individuos aislados o agrupados que la componen. Es una unidad moral, política y económica que se realiza íntegramente en el Estado;” . Y el Estado a su vez “comprende las actividades sociales, económicas, morales, políticas y culturales de la Nación.” “Nuestro mito es la nación nuestro mito es la grandeza de la nación” dirá Mussolini.
La lección fue aprendida por los embajadores mexicanos y el nacionalismo se convirtió como campaña publicitaria en el principio de identidad de los caudillos con el pueblo y expresada muy bien en la formación del Partido Nacional Revolucionario. En 1927 la CROM a través de de su secretario general, Ricardo Treviño sometió “a consideración del gobierno del país y a las organizaciones patronales (un memorando) en beneficio de la nación y al concepto nacionalista del movimiento obrero.” Ya Calles siendo presidente declaró en tono de queja sobre “la inundación que ha estado sufriendo nuestro país de judíos” . En 1931 la Confederación de Cámaras Industriales y de Comercio, la Confederación de Cámaras, la Cámara de Comercio Francesa y el Departamento del Trabajo del Distrito Federal convocaron a una gran manifestación nacionalista para el día 1 de junio, estableciéndolo, el gobierno de la capital, día de descanso oficial.
Es aquí donde se forja el discurso del nacionalismo revolucionario del partido oficial. Lombardo Toledano lo expresa de manera espontánea en el debate con Siqueiros y Campa sobre el carácter del proyecto de Ley Federal del Trabajo en 1929 “todos somos nacionalistas sociales.”
En materia sindical y de contratación colectiva, Italia innovó los mecanismos de control sobre los sindicatos:
Después de la marcha sobre Roma (1922) los trabajadores que conservaban aun su credencial sindical “son apaleados o pierden su empleo. Los patrones y las oficinas de colocación rechazan a los obreros que no llevan el carnet ‘sindical’ fascista. En algunos casos, los mismos industriales apuntan a todo su personal a los ‘sindicatos’ fascistas y retienen las cotizaciones de los salarios.”
En diciembre de 1923 la Confederación patronal italiana y los sindicatos fascistas firmaron un acuerdo con el que forman una comisión mixta permanente, vigilada por la autoridad, para tratar todos los asuntos relacionados con el funcionamiento de las empresas.
En 1924 el gobierno fascista publicó un decreto-ley donde autorizó a los gobernadores provinciales a destituir a los dirigentes obreros no afines al fascismo y disponer de los bienes de los sindicatos independientes y en octubre de 1925 se firmó un pacto entre la Confederación Industrial Italiana (Confindustria) y los sindicatos oficiales suprimiendo las comisiones obreras creadas durante las tomas de fábrica del 1922; al mismo tiempo el Gran Consejo fascista prohibió el derecho de huelga y la libertad sindical.
La navidad de 1925 fue extremadamente fría para el pueblo italiano pues se aprobó el decreto que otorgó poderes absolutos al Duce Benito Mussolini.
En 1926 Mussolini decretó la disolución de todos los partidos políticos y se suprimió las garantías individuales. Con la eliminación del parlamento, la cámara de los fascios y las corporaciones (sindicatos de trabajadores y empresarios) dan forma final al “Estado Corporativo”.
En 1929, los dirigentes de los sindicatos fascistas que habían servido en la etapa de posesionarse en la clase trabajadora y por lo mismo, la que tenía más compromisos sindicales establecidos, son destituidos y algunos de ellos encarcelados pues su función de agitación, a criterio del Duce, había terminado y ahora el sistema corporativo necesitaba menos beligerancia y más colaboración.
En Italia un trabajador común y corriente estaba obligatoriamente integrado aun sindicato, requisito necesario para conseguir empleo a pesar de que los sindicatos y sus dirigentes podrían no aparecer jamás en la vida cotidiana del trabajador. En un testimonio escrito por un trabajador afirma: “jamás he tenido la posibilidad de entrar en contacto con la organización, de discutir en las asambleas ni de expresarme libremente.”
La afiliación a los sindicatos, oficialmente era libre y voluntaria, pero un desempleado no tenía posibilidad real alguna de conseguir trabajo. Para trabajar tenía que hacerlo afiliándose al sindicato oficial. El trabajador que se encontraba ya trabajando durante la modificación del régimen sindical, podía mantenerse al margen del sindicato pero el nuevo sindicato oficial y el patrón determinaban sus condiciones de trabajo, su salario y si quería conservar el empleo sin afiliarse, tenía que cumplir con todas las obligaciones sindicales, cómo el de pagar cuotas sin obtener nada más que el derecho a trabajar.
En materia de Contratos Colectivos de Trabajo el ministro de las Corporaciones, el equivalente al secretario de Industria, Comercio y Trabajo en México, elaboraba el documento en acuerdo con los patrones y era firmado por los representantes sindicales. El contenido de los CCT era casi siempre desconocido para los trabajadores, pero servía como justificación legal para determinar con toda precisión las obligaciones de los trabajadores incluyendo salarios y reglamento interno.
En materia de conflictos laborales el Estado fascista ejerció el arbitraje obligatorio a través de sus diferentes organismos estatales ya sean los Comités Provinciales Corporativos o la Magistratura del Trabajo.
Los organismos arbitrales eran tripartitos donde los funcionarios del Estado fingían mediar entre los intereses de la empresa y la de los trabajadores.
Cuando se implantó en Italia el arbitraje obligatorio el impacto inmediato en las condiciones de trabajo fue:
• El Reemplazo de los antiguos CCT nacionales de industria por CCT de empresa, siempre y cuando así lo solicitara la empresa.
• La percepción económica de los trabajadores siempre fue, sin excepción, la reducción de salarios y la generación de grandes diferencias salariales entre regiones, y empresas de la misma industria.
• Escala móvil de salarios, pero a la baja y a criterio siempre de la empresa. (Decreto del 1 de julio de 1926)
• Movilidad y flexibilidad total de la mano de obra, también a criterio de la empresa y sin respeto al salario: Un trabajador podía ser removido a una categoría inferior con la reducción salarial correspondiente.
En materia de prestaciones sociales, el sistema corporativo italiano estableció prestaciones y previsiones sociales básicas que permitieran la reproducción de la fuerza de trabajo sana y estable, para mejorar el rendimiento en calidad y cantidad en los centros de trabajo.
El Estado garantizó asistencia médica y previsión social a pescadores y medieros, reglamentó el trabajo a domicilio, otorgó capacitación profesional a trabajadores, obligó a la indemnización en caso de despido injustificado, reglamentó el trabajo de mujeres y niños , ofreció la semana de cuarenta horas y:
“ El perfeccionamiento del seguro de accidentes; La mejora y el aumento del seguro de maternidad; El seguro de enfermedades profesionales y de la tuberculosis cómo tendencia al seguro general entre todos las enfermedades; El perfeccionamiento del seguro contra la desocupación involuntaria; La adopción de formas especiales aseguradoras dotalicias para trabajadores jóvenes."
Hay que remarcar que el modelo italiano de Estado Corporativo basó su economía en el capitalismo con una importante intervención del Estado en materia de control, supervisión, producción y financiamiento. Esquema de Economía Mixta le llamó Mussolini.
De todo esto abrevaron De Negri, Puig Casauranc, Abelardo L. Rodríguez y el mismo Calles en su viaje a Europa en 1930-31.
La Ley Federal del Trabajo, el PNR, la Banca de Desarrollo, el Nacionalismo Revolucionario, la figura del Jefe Máximo no son meras coincidencias. No es coincidencia que Calles fundara el Banco de México en 1925 y Abelardo L. Rodríguez Nacional Financiera, el Banco Hipotecario y de Obras Públicas y la creación la empresa estatal Petromex.
Por esto bien dice Néstor de Buen que las prestaciones de seguridad social establecidas en la LFT son parte de la estrategia fascista de control sindical y estas previsiones sociales están muy lejos del Estado Benefactor sobre todo en materia de democracia y libertad.
La campaña pública del fascismo en México
México era fundamental en la política internacional de Mussolini, el hecho de ser frontera con Estados Unidos y puerta de entrada para Latinoamérica obligó a los italianos a la realizar un importante esfuerzo de construcción de una imagen favorable al fascismo en nuestro país.
El primer bombazo publicitario fue sacar a la luz pública que un hijo del mismismo Garibaldi, Giuseppe Garibaldi había combatido al lado de las tropas constitucionalistas. Mussolini mandó al Ezio Garibaldi, hermano de Giuseppe, cómo diplomático encargado de valorar la situación mexicana.
En agosto de 1924, el gobierno italiano mandó una gran comitiva internacional a visitar varios países de Latinoamérica para promover su imagen. La nave Italia tocó puerto en Veracruz. Iba cargada de una exposición de productos industriales y obras de arte: La delegación incluía a más de 700 personas relacionadas con la industria, el comercio, periodistas, políticos y militares.
El gobernador del estado, Adalberto Tejada recibió personalmente a tan distinguida tripulación. La nave fue visitada por más de diez mil personas el primer día, mientras que la prensa lanzo una campaña favorable al Duce.
En 1927 con fondos de la delegación italiana se fundó el Fascio Italiano de México presidido por Eliseo Lodigiani, hijo del propietario de la fábrica de dulces y chocolates La Suiza.
En una crónica periodística de 1928, Mario Appelius describió una visita a la comunidad italiana de Chipilo, Puebla: "... una muchedumbre de campesinos: de un lado los hombres, del otro las mujeres: machos aquéllos, fuertes, descamisados, cortados por una raza viril en un granito ciclópico: altas las mujeres y robustas [...] potentes en la gallarda femineidad de su porte".
La campaña del gobierno italiano en México había permeado a la opinión pública mexicana. Serán de dominio público las declaraciones y militancia pro fascistas de personajes cómo Vasconcelos , el Dr. Atl, Ezequiel Padilla y Antonio Caso.
Ezequiel Padilla, que fue Secretario de Educación Pública en 1929 y también embajador en Italia, de abril de1930 a abril de 1932, en octubre de ese mismo año y en su calidad de diputado, durante el debate para la formación del Departamento Autónomo del Trabajo y de la Secretaría de Economía para sustituir la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo lanzó una apología del fascismo que además fue aplaudida por sus compañeros diputados:
“Pasemos ahora al fascismo, ese otro ejemplo formidable de lo que significa en la vida moderna para la construcción económica de un país la lealtad de los principios claramente definidos. Así cómo los Estados Unidos sostienen su lucha de clases, su libre competencia, desatada y feroz en el campo de la lucha económica, y así cómo Rusia no admite la lucha de clases, sino el predominio inflexible de una sola clase, el Gobierno Fascista, el sistema Fascista, no quiere ni una ni otra cosa: busca el equilibrio, la coherencia, la cooperación de las clases. He allí su premisa fundamental.
Ellos van a organizar la cooperación de clases, van a edificar una política económica sustentada en la cooperación de todas las clases productoras de la nación; y en este sentido van a crear los órganos de su dinámica económica. El sistema Fascista descansa fundamentalmente en el sistema de las corporaciones, y las corporaciones son un conglomerado de sindicatos; allí no preocupa la libertad individual; es necesario encontrar el órgano en donde todas las clases de la producción se coordinen, y se ha hecho obligando al sindicalismo de toda la Italia , de todas las fuerzas económicas, y al mismo tiempo a la coordinación de los sindicatos pertenecientes a una línea de actividades, en una corporación, que es la que juzga todos los conflictos, que es la que resuelve todos los encuentros y todos los choques entre los distintos sindicatos. Allí el trabajador no está abandonado, y en esto es necesario en gran parte combatir prejuicios. En la corporación fascista el trabajador no está aislado; en la corporación fascista el contrato colectivo que representa la conquista máxima práctica dentro de la lucha de clases, porque ya no es el hombre abandonado y sólo con su debilidad, sino que ya obra solidarizado en un sindicato que tiene personalidad y fuerza, es una conquista definitiva; la corporación, cómo digo, coordina todos los sindicatos; de la corporación se asciende a un Consejo de Corporaciones y por último se llega al Ministerio de las Corporaciones que es el eje del Gobierno Fascista. El Estado Fascista es el Estado cooperativo. Su tesis económica es que abandonar la nación la lucha de clases cómo en los Estados Unidos, abandonarla a las fuerzas naturales de la competencia económica, significa el caos; es la causa de las crisis continuas el no prever, el no disciplinar los factores de la producción y ordenarlos de manera que no se entrechoquen y se desgasten y no ocasionen otra cosa que el desbarajuste y el desorden; es la causa de las crisis periódicas y de esas alternativas pasajeras de prosperidades que no duran; por eso hay que conjurarlas y para eso hay que buscar la coordinación de las clases, labor que sólo puede realizar el Estado, porque sólo hasta él trascienden los intereses contrastantes de los individuos y los grupos en pugna. Repito, no deseo criticar ni estudiar sistemas; quiero sustentar otra vez mi propósito de que para estas arquitecturas económicas, lo fundamental, lo que las hace grandes, lo que las ha llevado a resultados estupendos, lo que las hace ser ejemplos de realizaciones y construcciones asombrosas, es el respeto consciente y profundo a líneas ideológicas que de antemano se han trazado cómo premisas fundamentales de su edificación. (Aplausos.)”
Operativo Ley Federal del Trabajo
13 de diciembre de 1927: El senado anuncia que deja para el siguiente periodo legislativo la discusión de un proyecto de reglamentación al artículo 123 constitucional.
1 de julio de 1927: Álvaro Obregón, cómo candidato único, gana las elecciones presidenciales.
17 de julio de 1928: Es asesinado el presidente electo Álvaro Obregón. La figura de Morones, que tenía serias diferencias con el caudillo sonorense, se ensombrece por la sospecha de ser el autor intelectual, aunque lejos de tener evidencias, esta situación es aprovechada por sus adversarios políticos para dejarlo fuera de la carrera presidencial.
De inmediato los comunistas convocan a la formación del Comité de Defensa Proletaria; participan sindicatos obreros y campesinos de Jalisco, Nayarit, Tamaulipas y Coahuila incluyendo la Liga Nacional Campesina (120 mil afiliados), para realizar un Congreso Obrero y Campesino.
21 de julio de 1928: Ante las dudas planteadas y la presión de los obregonistas, Morones y Celestino Gasca renuncian a sus cargos dentro del gobierno para “no ser un obstáculo en la investigación ”
28 de agosto de 1928: Emilio Portes Gil asume la Secretaría de Gobernación.
26 de septiembre de 1928: Portes Gil es declarado presidente provisional de la República por la Cámara de Diputados.
3 de noviembre de 1928: Se pública la convocatoria para la Convención Obrero Patronal para discutir la reglamentación del artículo 123 constitucional.
15 de noviembre de 1928: Se inaugura la Convención obrero-patronal en el Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria. Portes Gil, cómo secretario de Gobernación asume la presidencia de debates de la Convención con el apoyo del Puig Casauranc, Secretario de Industria Comercio y Trabajo.
Por la representación obrera aparecen entre otros Vicente Lombardo Toledano y Ricardo Treviño, David Alfaro Siqueiros, Manuel “ratón” Velasco y Valentín Campa; por los empresarios Eugenio Garza Sada y Joel Rocha; cómo asesores del gobierno, Manuel Gómez Morín (Fundador del Partido Acción Nacional, entonces colaboraba en el consejo del Banco de México) y Marte R Gómez (Secretario de Agricultura y Fomento) .
19 de noviembre de 1928: Se discute la desaparición de los Códigos Estatales de Trabajo y retirar a los estados la injerencia en materia laboral. Siqueiros se opone, pues con ello se perdían algunos aspectos avanzados de las legislaciones locales.
20 de noviembre de 1928: El tema central de la discusión fue el de la contratación: Los empresarios pugnaron por la contratación individual, un sector de los trabajadores (Siqueiros y el bloque comunista) por la Contratación Colectiva de Trabajo mientras que Lombrado Toledano insistió en la Contratación Sindical basada en la cláusula de exclusión.
21 de noviembre de 1928: Se discute sobre el arbitraje por parte del Estado: El debate fundamental se da otra vez entre Siqueiros y Lombardo Toledano.
Siqueiros: no intervención del Estado en los conflictos laborales y rechazo al arbitraje obligatorio.
Lombardo Toledano: “Los obreros tienen confianza en el gobierno, porque representa los intereses de la revolución. El arbitraje obligatorio es necesario.”
26 de noviembre de 1928: Ante la inminente toma de posesión de la presidencia el primero de diciembre, Portes Gil deja la presidencia de debates en manos de Puig Casauranc.
28 de noviembre de 1928: El tema de la autonomía sindical está en el debate. Ante la propuesta de registro sindical Siqueiros argumenta en contra:
“El Estado no debe intervenir en la vida sindical, (…) El Estado no podrá decretar el desconocimiento o la disolución de los sindicatos (…) El régimen fachista da derecho al Estado para inmiscuirse en las cuestiones internas de las organizaciones. La causa de la división de los trabajadores ha sido la injerencia de las autoridades en la organización interior de los sindicatos. Permitir la intervención del Estado en los asuntos internos de los sindicatos sería tanto cómo permitir la destrucción de ellos”
1 de diciembre de 1928: Toma posesión de la presidencia de la república Portes Gil. Entre las primeras acciones que toma es la de nombrar a Puig Casauranc jefe del Departamento del Distrito Federal y nombra a Manuel De Negri en la Secretaría de Industria Comercio y Trabajo.
3 de diciembre de 1928: El tema de discusión es la huelga. El proyecto violentaba el derecho de huelga, pues para no contradecir el texto del 123 que establecía sólo los criterios de licitud de las huelgas, el proyecto encontró el antídoto contra este derecho: el concepto de huelgas licitas pero “legalmente inexistentes”. La delegación de la comunista acusó al recién nombrado presidente Portes Gil de fascista criollo, este en represalia ordenó la aprensión de Valentín Campa y Siqueiros, pero los miembros de la convención de manera unánime se opusieron a ello y se nombró una comisión para que le pidiera al presidente que respetara la función de la Convención obrero patronal y que después hiciera lo que quisiera … y así lo hizo después.
4 de diciembre de 1928: Se realiza la IX Convención de la CROM en el teatro Hidalgo. Se presenta Calles quién es aclamado y recibe una medalla al merito de la “Reconstrucción Nacional”. Se aprovecha la ocasión para reclamar el maltrato a los cromistas por el asesinato de Obregón. La llegada de Portes Gil a la presidencia no deja tranquilo a Morones, pues este se había enfrentado a la CROM cuando fue gobernador de Tamaulipas.
La CROM decide romper todo trato con el gobierno y retira a sus delegados de la Convención Obrero Patronal.
9 de diciembre de 1928: Lombardo Toledano propone la disolución de PLM para integrarse plenamente al PNR. Su propuesta no fue atendida por los moronistas.
27 de enero de 1929: Cómo resultado del Congreso Obrero y Campesino convocado por el PCM se forma la CSUM, inician una campaña nacional contra el proyecto de ley.
En los meses siguientes la CROM se desmorona, cientos de sindicatos se separan de la central. Algunos se integran a la CGT otros forman nuevas federaciones cómo la Federación de Sindicatos de Trabajadores del Distrito Federal, donde Fidel Velásquez queda de secretario del interior.
Al mismo tiempo se va conformando un bloque sindical que pretende llenar los espacios políticos que deja la CROM y exigen la apertura de espacios hasta ahora copados por esa central, llegando en algunos casos a la violencia física, cómo en las elecciones de representantes obreros en la JCA del siguiente año, en donde efectivamente la CROM pierde la mayoría de sus representantes. Fidel Velásquez es uno de los nuevos representantes.
4 de marzo de 1929: Se funda el PNR. De su congreso fundacional se nombra a Pascual Ortiz Rubio cómo primer candidato presidencial del nuevo partido. Se levanta en armas el general José Gonzalo Escobar, levantamiento que abarca los estados de Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Veracruz. Aunque los campesinos del LCN apoyaron al gobierno para acabar con la rebelión, en Durango, Zacatecas y La Laguna, se negaron a entregar sus armas después de ser derrotado el levantamiento, esto es usado cómo un pretexto más para cuestionar la legalidad del PCM.
6 de junio de 1929: Se inicia la represión sangrienta al PCM; los comunistas resultaron un hueso demasiado duro de roer y un protagonista importante en contra del proyecto de ley de Portes Gil. Un diputado desaforado, más de 30 militantes asesinados, entre ellos a Guadalupe Reyes den Durango, al menos 46 detenidos y locales saqueados es el saldo de la represión.
21 de junio de 1929: Portes Gil y el arzobispo Leopoldo Ruiz firman el acuerdo para terminar el conflicto cristero. Aarón Sáenz juega un papel fundamental en la relación diplomática con el embajador norteamericano Morrow, para que Estados Unidos presionara al Vaticano para que a su vez obligara a los líderes cristeros de deponer las armas.
10 de julio de 1929: la Federación de Fidel Velásquez exige que se promulgue de inmediato la Ley Federal del Trabajo: “Bastante hemos esperado ya y no podemos seguir inactivos por más tiempo.”
14 de julio de 1929: De Negri responde al llamado de la FTDF denunciando que “son los líderes provocadores los que no permiten la unificación del movimiento obrero”, mientras Portes Gil insiste en que a la brevedad será enviada a la Cámara de Diputados para su aprobación.
25 de julio de 1929: La Cámara de Diputados inicia un periodo extraordinario para discutir el Código Federal del Trabajo. La campaña gubernamental se sigue haciendo presente a través de algunos gremios. Hablan los ferrocarrileros: “los obreros de toda la república no aceptaremos que el texto original del citado proyecto sea modificado fundamentalmente a no ser para mejorar en beneficio de la clase obrera.” La trampa funcionó.
26 de julio de 1929: Lombardo Toledano desecha las objeciones sobre la pérdida de derechos al cancelar los códigos estatales de trabajo y exige la federalización de la legislación laboral.
30 de julio de 1929: la cámara de Diputados retira a los estados la facultad de legislar en materia laboral.
15 de agosto de 1929: Los sindicatos opositores al proyecto de Ley Federal del Trabajo, ferrocarrileros, Artes Graficas, disidentes de la CROM entre otros, se reúnen en el Centro Cívico “Álvaro Obregón” y declaran un “No a la reforma del Estado por el Estado.” Siqueiros insiste. “es fascista”, Lombardo declara que mientras el proletariado no conquiste el poder, la constitución de la república no podrá ser reformada para beneficio del proletariado, y aunque el código es un “desastre”, contiene, al menos, algunas conquistas del proletariado. Insiste en su propuesta de Contrato Sindical de Trabajo en contra de los Contratos Colectivos de Trabajo y remata “debemos estar satisfechos del resultado de nuestro trabajo.”
2 de septiembre de 1929: El ejecutivo manda a la Cámara de Diputados la propuesta de Ley federal del Trabajo para su discusión y aprobación. De Negri ha cumplido su encomienda y regresa a sus actividades diplomáticas, ahora cómo embajador en Bélgica. Lo sustituye el Luis L. León que por ser colaborador cercano a Morones deja casi de inmediato el cargo al que será el operador político que, de manera rápida y sin conflictos sociales, puede imponer la nueva legislación: Aarón Sáenz.
Durante los meses siguientes el propio Calles viajó por Europa para observar, entre otros casos, los mecanismos de control implementados en Italia.
17 de noviembre de 1929: Los empresarios se organizan de manera nacional en la Confederación Patronal de la República Mexicana, (COPARMEX)
30 de abril de 1930: La CROM, la CGT, varios sindicatos de industria (electricistas, artes gráficas y transporte), la Liga Nacional Campesina y algunas federaciones estatales presentan un frente común para defender los “derechos adquiridos por los trabajadores”. La estrategia de la CROM es la de posesionarse de nuevo, la CGT que se había mantenido al margen llega demasiado tarde y se deja llevar por el discurso de “las conquistas de los trabajadores” perdiendo de vista lo sustancial: la autonomía y la libertad sindical. Su presencia sólo ayuda a convalidar la nueva ley. Por lo pronto la CGT sufrirá sus primeras escisiones y quedarán marcados por la práctica cromista de todos los dirigentes adheridos a ella después de la crisis de la CROM.
4 de mayo de 1931: Sáenz convoca a los sindicatos a una reunión en el Castillo de Chapultepéc para discutir la inminente discusión en la Cámara de Diputados el proyecto de ley. Por primera vez asisten los representantes de la CGT. El plan estaba armado, Lombardo asume una postura pretendidamente crítica exigiendo que para aprobar la ley, esta debe respetar los derechos adquiridos por los trabajadores. Ortiz Rubio convoca a los inconformes a que envíen sus objeciones a la Cámara de Diputados donde serán turnadas a las comisiones de trabajo. Y en efecto, en cada sesión parlamentaria se hace un recuento de los sindicatos obreros y cámaras patronales que han mandado sus mociones de rechazo o apoyo al proyecto de ley. Sólo eso, una mención en la plenaria.
Aarón Sáenz reclama a Lombardo su inconsecuencia con el proyecto de ley que apenas unos meses atrás defendió con vehemencia: “Esta ley respeta los principios que usted (cómo diputado) defendió en 1925, ahora usted la critica para quedar bien con otras organizaciones obreras.”
Calles cómo Jefe Máximo y en su calidad de Secretario de Guerra y Marina asiste y supervisa personalmente las sesiones de las comisiones de trabajo, asesorado por su consejero en materia laboral y que ocupa en la nómina una subsecretaría en la Secretaria de Guerra y Marina, Abelardo L. Rodríguez.
20 de julio de 1931: La Cámara de Diputados aprueba en lo general la Ley Federal del Trabajo.
13 de agosto de 1931: Se aprueba la LFT de manera definitiva.
28 de agosto de 1931: La Ley Federal del Trabajo es publicada en el Diario Oficial y entra en vigencia en todo el país.
22 de enero de 1932: Abelardo L Rodríguez es nombrado Secretario de Industria, Comercio y Trabajo y primero operador real de la recién aprobada Ley Federal del Trabajo, negando registros sindicales, declarando licita la huelga tranviaria, pero también la declara ilegal: “las huelgas son inoportunas y antipatrióticas en este momento en que se necesita la cooperación de todo mundo y especialmente de los trabajadores” ; lo mismo hizo con las huelga ferrocarrilera. También eliminó prestaciones del CCT del Sindicato Mexicano de Electricistas.
4 de septiembre de 1932: Por presión de Calles y falta de apoyo en las cámaras, Pascual Ortiz Rubio renuncia a la presidencia de la república. El general Abelardo L. Rodríguez hombre de confianza de Calles, y su asesor en materia laboral, ocupa de manera interina la presidencia de la república hasta 1934.
Impactos y Consecuencias directas de la aplicación de la LFT
La LFT establece en su artículo 13 transitorio, que los CCT existentes, los reglamentos pactados, los contratos individuales y cualquier otro convenio que estableciera condiciones mejores a los establecidos por la LFT pueden ser revisados, a la baja, para ser ajustados a los derechos mínimos de Ley. Una lluvia de demandas patronales inundaron las oficinas de la JCA.
La Ley reconoció a los sindicatos cómo personas privadas, pero estableció criterios de persona pública para regular su constitución, sus fines, su ámbito de competencia y los requisitos legales para su existencia. Con esto se le otorgó al Estado el derecho a inmiscuirse en la vida interna de los sindicatos, desde el otorgamiento de registro sindical hasta en la obligación que tienen los sindicatos a proporcionar información que el Estado le requiera. El propio CCT tendrá validez no cuando las partes lo pacten, sino hasta que esté depositado en la JCA correspondiente
Uno de los impactos más difíciles de librar para los sindicatos independientes ahora que requieren de las juntas para registrar los sindicatos y tramitar demandas colectivas, es el carácter tripartito de la JCA, pues los representantes obreros pertenecen a sindicatos oficiales que podrían ser desplazados, convirtiéndoles en juez y parte de los conflictos.
Con la entrada en vigor de la LFT los sindicatos tuvieron que presentar documentación que acredite su existencia, sin importar la voluntad soberana de los trabajadores, todo bajo los criterios de la LFT, requisito sin los cuales no tendrán personalidad jurídica para negociar con los patrones sus condiciones de trabajo, lo mismo el comité ejecutivo.
La experiencia muestra la negativa de otorgar registros a sindicatos incómodos y a aceptar registros de sindicatos patronales, ocasión que aprovecha Eugenio Garza Sada y forma el primer sindicato de protección: la Unión de Trabajadores Cuauhtémoc y Famosa.
Antes de la promulgación de la LFT, los trabajadores de la Cervecería Cuauhtemoc no tenían sindicato, toda negociación laboral era individual con toda la ventaja para la empresa. Ante el “riesgo” de que un sindicato como la CGT pudiera emplazar a huelga a la Cervecería, para firmar un CCT; Garza Sada promovió la formación del sindicatos blanco y firmo su primer CCT y lo registró y mantiene hasta la fecha un férreo control sobre la dirigencia sindical que es nombrada directamente por los directores de la empresa, construyendo al mismo tiempo una barrera ideológica en nombre de la colaboración, salpicada con algunas prestaciones sociales.
Criterios empresariales aplicados en Cervecería Cuauhtémoc
• Es preferible cerrar la empresa antes que ceder a las demandas de trabajadores en huelga.
• Despido inmediato a trabajadores que participen en alguna demanda de titularidad de CCT.
• Campaña intensa de ideologización en contra de las posturas sindicalistas autenticas.
• Quién demanda a la empresa no regresa nunca.
• Control unilateral de la empresa en la contratación del personal.
• Gran número de trabajadores eventuales, recontratados a intervalos para no generar derechos de antigüedad.
• Flexibilidad laboral.
• Despido inmediato a mujeres al embarazarse o por matrimonio.
• Contratación de trabajadores externos a través de intermediarios. Política implementada desde 1935
• Los trabajadores desconocen la existencia del sindicato y del Contrato Colectivo de Trabajo.
• Nula presencia del sindicato en las áreas de trabajo. Formalidad en las comisiones mixtas.
• Prima de creatividad para trabajadores con sugerencias productivas (1929)
• Despido por enfermedad con muy baja indemnización.
• Infiltración de “orejas” en los grupos donde se sospecha de organización incipiente.
• Despido inmediato al sospechoso de organizarse de manera independiente.
Perfil de los trabajadores de planta despedidos
• Buenos trabajadores.
• Hombres casados con un promedio de antigüedad de 15 años.
• Mujeres solteras con un promedio de antigüedad de 7.5 años.
• Mayoría de obreros calificados.
• Sindicalizados.
• Algunos habían participado en órganos internos: comités de ajuste y comisiones mixtas.
• Algunos habían ingresado a trabajar por recomendación directa de la familia Sada.
La estrategia jurídica de la empresa fue desconocer la relación laboral con los despedidos. La mayoría de los despedidos solo pudieron acreditar la relación laboral con las empresas subcontratistas.
Esquema del despido
• Los jefes de departamento ejecutaron el despido
• Ningún caso fue turnado previamente a la comisión mixta
• En ningún caso acudió al sindicato para defender al trabajador
• Las únicas pruebas documentales de la empresa fueron actas circunstanciadas muy breves, redactadas por el jefe y firmada por el trabajador
• “Renuncia voluntaria”
• Todos los testigos del demandante, que siendo trabajadores en activo, negaron todo conocimiento de los hechos
• La mayoría de los testigos (principalmente las mujeres) desconocía la existencia del Contrato Colectivo de Trabajo, de estatutos, así cómo los nombres de los dirigentes del sindicato.
• Sólo dos ganaron el juicio. La empresa no los reinstaló jamás.
La nueva legislación otorgó un poder absoluto sobre los sindicatos a los secretarios generales, poder que usaron para vender Contratos de Protección, extorsionar empresas y posesionarse dentro de sus propias centrales existentes en la lucha interna por el control al interior de los sindicatos. Ricardo Treviño, experto en estás prácticas nos describe el mecanismo preciso del uso de la nueva legislación para extorsionar empresas y vender Contratos de Protección:
• Se utilizan los registros sindicales ya existentes.
• El secretario general mantiene el control del registro.
• Se emplaza a huelga a la empresa por firma de CCT.
• El secretario general ofrece de inmediato una propuesta para desistirse del emplazamiento a cambio de una cantidad de dinero que la empresa debe proporcionar como compensación al sindicato.
• Aunque la empresa sabe que el sindicato no tiene afiliados, no se arriesga a mantener cerradas las instalaciones por los días que tarda la JCA en dictaminar y prefiere entrega el dinero.
• Para evitar futuras extorsiones, la empresa compra al secretario general un Contrato de Protección, que por ley será vitalicio para la empresa.
Conclusión
La existencia de los Contratos de Protección es producto de la legislación vigente en materia laboral, las reformas y adiciones sólo han servido para estrechar aun más el margen de acción de los sindicatos auténticos, como la reforma de 1980 donde cancela el derecho a las coaliciones a emplazar a huelga, fortaleciendo la figura del secretario general. La LFT legalizó la pérdida de la libertad sindical, la intervención del Estado en la vida interna de los sindicatos y permitió la monetarización de la acción sindical al convertirla en monopolio del sindicato reconocido por el Estado; permitió la corrupción tanto con la venta de plazas que con la defensa de trabajadores deshonestos en los sindicatos; consolidó la intromisión de los empresarios a través de los sindicatos blancos y la compra venta de Contratos de Protección.
Posdata
Manuel Y. De Negri regresó a su carrera diplomática viajando por Europa y Centroamérica.
Juan Manuel Puig Casaunac terminó sus días como miembro prominente de la Academia Mexicana de la Lengua.
Aarón Sáenz se convirtió en un magnate de la industria del azúcar.
Abelardo L. Rodríguez fue presidente de México, amplió el periodo presidencial a seis años y entregó el poder a Lázaro Cárdenas.
Vicente Lombardo Toledano fue el primer secretario general de la CTM, el primero en promover el voto obligatorio de la CTM al candidato oficial, utilizando la amenaza de la cláusula de exclusión a quién no lo hiciere: su nombre está escrito en letras de oro en el palacio legislativo.
Fidel Velásquez se convirtió en el modelo de dirigente sindical corporativo por excelencia; recibió la medalla Belisario Domínguez otorgada por el poder legislativo.
Valentín Campa décadas después fue candidato presidencial por el PCM, los últimos años los pasó cobijado por el aprecio de sus compañeros.
David Alfaro Siqueiros se convirtió en uno de los muralistas más prestigiados y reconocidos en el mundo.
Luis Napoleón Morones fue exiliado del país por Lázaro Cárdenas, al igual que a Plutarco Elías Calles.
La presencia del fascismo en la legislación laboral mexicana
Jorge Robles
Introducción
Antes de la promulgación de la Ley Federal del Trabajo la tarea de los sindicatos no era fácil, pues ya estaban implementadas las Juntas Conciliación y Arbitraje como mecanismo de intervención en la vida sindical; el Departamento del Trabajo y la Secretaria de Industria Comercio y Trabajo (SICT) y era frecuente la intervención del ejército o la policía para reprimir los movimientos.
A pesar de todo, la existencia de los sindicatos dependía únicamente de la voluntad soberana de los trabajadores para conformarlo, elaborar sus estatutos, establecer sus formas de lucha, sus tiempos de negociación bilateral con las empresas, el estallamiento de las huelgas y sus motivos, pudiendo coexistir dos y hasta tres sindicatos en una empresa.
Después de 1917 cada presidente estableció su propia política laboral, algunos reprimiendo como Carranza, otros aprovechando el impulso sindical para ganar adeptos como De la Huerta, otros combinando concesiones con represión como Obregón y otros reprimiendo abiertamente al sindicalismo independiente como Calles, a la Confederaron Nacional Católica del Trabajo (CNCT).
Mientras los caudillos de la Revolución Mexicana se repartían el poder en el interior de la República, la presidencia se peleaba literalmente a muerte, organizando levantamientos armados y proclamando planes. Con la reelección de Obregón y su posterior asesinato el sistema de reparto del poder hizo crisis y el presidente en turno, Plutarco Elías Calles, resolvió formando un partido de Estado que regulara el reparto del poder. Para desarrollar este proyecto Calles se valió de intelectuales que recorrieron Europa para copiar modelos de estructura partidaria y mecanismos de gobernabilidad que le permitieran controlar a los grupos sociales más representativos: los sindicatos independientes y las organizaciones campesinas.
El resultado de estas pesquisas en Europa, fue la formación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) y del sistema de Estado corporativo que controlara a los y las trabajadoras por medio del control estatal de los sindicatos, el arbitraje obligatorio, la cancelación de la libertad sindical y del nacimiento de esta figura que ahora llamamos Contratos de Protección.
Aquí está contada de manera detallada la historia de este proceso, los sindicatos y sus luchas como actores sociales, los operadores políticos que establecieron lo que aquí llamamos El contacto en Italia, y que ocuparon el puesto de secretario de Industria, Comercio y Trabajo, dos de ellos ex embajadores en Italia: Manuel Y. de Negri y José Manuel Puig Casaunac; el operador político en la Cámara de Diputados, Aarón Sáenz y uno de los más cercanos colaboradores de Calles, Abelardo L. Rodríguez quién viajó de manera expresa a Europa para afinar el proyecto final de Ley Federal del Trabajo (LFT) y que después, como secretario del ramo, lo aplicó de manera implacable en contra de los sindicatos independientes; los operadores sindicales de Calles: primero Morones, luego Lombardo Toledano y al final Fidel Velásquez; los opositores al proyecto, Siqueiros, Campa, Velasco y los sindicatos cercanos a la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM); los empresarios, entre ellos Eugenio Garza Sada, quién recién aprobada la LFT, depositó el primer Contrato de Protección, el de la Cervecería Cuauhtémoc.
Los Actores Sociales
Los sindicatos
En México, el proyecto de control corporativo sobre el movimiento sindical se vislumbra ya desde 1915, con el intento de agrupar a los trabajadores de la Casa del Obrero Mundial (COM) alrededor del constitucionalismo. Para esto, sesenta y siete militantes de la COM establecen un pacto con Carranza, el cual da origen a la formación de los famosos Batallones rojos; aunque, es importante mencionar, que ningún sindicato de los 32 afiliados a la COM lo firmó. Existió sólo una excepción, el caso del sindicato tranviario, cuando su secretario general, según él, fue secuestrado y obligado a firmar papeles en blanco, comprometiendo a los de su gremio, en contra de su voluntad, a afiliarse al constitucionalismo. No es casual que el principal promotor y negociador por parte de los constitucionalistas fuera el pintor Gerardo Murillo (Dr. Atl), quien años después, durante la Segunda Guerra Mundial, manifestó abiertamente su simpatía por los nacionalsocialistas alemanes.
De esa experiencia nace el proyecto de formar una central sindical ligada al Estado y, a convocatoria expresa del gobernador de Coahuila, Espinosa Mireles, nace la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) con Napoleón Morones a la cabeza. A menos de un año de vida (1919), sus dirigentes forman el Partido Laborista a través del cual consolidan su alianza con el Estado, recibiendo sus respectivas cuotas de poder como gobernaturas, diputaciones y hasta una cartera en el gabinete de Calles.
Entre los principales participantes están los sindicatos minero, electricista y tranviario. El comité organizador fue conformado por reconocidos carrancistas como: Alfredo de León, Juan M. Anzures y Juan Lozano. Morones no formó parte del comité organizador de este congreso, debido a que él y su grupo habían sido sancionados por haber formado, en 1916, el Partido Socialista Obrero .
La CROM aparece como heredera natural de ese grupo sindicalista de la COM que aprendió, en 1915, las ventajas de moverse de acuerdo a las necesidades del Estado.
El carácter oficialista de la CROM lo determinaba no sólo el patrocinio gubernamental, la militancia a favor del presidente en turno, sino también el papel de operador como central sindical y grupo de presión del gobierno en contra de cualquier opositor al presidente. El caso más obvio fue la toma de la iglesia de la Soledad por militantes de esta central para golpear a la iglesia, convirtiendo este incidente en la primera acción de la guerra cristera. Morones, Celestino Gasca y Lombardo Toledano, entre otros, ocupan puestos en el gobierno.
Durante el gobierno de Obregón la política obrera fue de dos manos: convivieron la represión con el diálogo. El gobierno acorraló a la central independiente de la época, la anarcosindicalista Confederación General de Trabajadores (CGT) , sin poderla vencer.
Cuando Morones es nombrado secretario de la recién creada Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo por el presidente Plutarco Elías Calles, éste juega un papel determinante en la política oficial respecto al movimiento obrero. Durante su gestión se reglamentan las Juntas de Conciliación y Arbitraje, y se intenta que todos los conflictos obrero-patronales sean resueltos por medio de ellas. En 1925 se presentó también un fallido proyecto de ley reglamentaria del artículo 123 constitucional.
La Confederación General de Trabajadores (CGT), nace en 1921 recuperando a las organizaciones sindicales y militantes que rechazaron el pacto de los batallones rojos con el carrancismo y militantes que, aunque sí participaron activamente en él, llegaron a la conclusión que la perdida de la autonomía sindical había sido un costo muy alto que pagó el sindicalismo independiente. Entre sus gremios están entre otros, los telefonistas, tranviarios, trabajadores de la construcción, petroleros, industria del vestido y su columna vertebral, la federación del ramo textil.
En el año de 1925 la CGT tiene que enfrentar no sólo la lucha cotidiana por mejorar las condiciones de trabajo, sino que al mismo tiempo tienen que enfrentar las embestidas de la CROM por copar sus espacios y apropiarse de ellos. A través de las Juntas de Conciliación y Arbitraje manejadas por Morones, se justifica legalmente la represión directa a las huelgas, como el caso de la toma por el ejército de las instalaciones de la Huasteca Petrolium Co., paralizada por la huelga del sindicato afiliado a la CGT. La toma fue comandada por el general Lázaro Cárdenas, lo que permitió la entrada de los esquiroles afiliados a la CROM y la posterior desaparición del sindicato independiente; otro aporte de la JCA fue la declaración sobre el carácter ilegal de las huelgas por solidaridad.
Como ejemplo de la combatividad de la CGT, en 1925 la Federación del Ramo Textil realizó cuatro huelgas generales, veinte huelgas parciales, el aumento significativo de sindicalización independiente y un saldo negativo de treinta y cinco militantes detenidos, cinco muertos y cincuenta heridos.
La Confederación Nacional Católica del Trabajo (CNCT) nació en 1920, primero a nivel regional (Confederación Católica del Trabajo) convirtiéndose dos años después en organización nacional. Fue fundada por el Secretariado Social Mexicano (SSM) y rápidamente se extendió a más de 80 mil miembros, incluyendo sindicatos obreros, campesinos y cooperativitas, todas ellas asesoradas por el SSM. Ante su inesperado éxito, en 1924 su fundador Alfredo Méndez Medina P.J. fue retirado por su congregación y el episcopado mexicano nombró a Darío Miranda cómo director, quién cambió radicalmente el rumbo del SSM, abandonando la asesoría de los sindicatos y cooperativas contentando su acción en la formación de organizaciones piadosas cómo la Asociación Nacional de Padres de Familia.
En 1925 el Comité Central de la CNCT informó a la Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos (CISC), la intención de presentar en el congreso de la CNCT la afiliación a la central internacional para tomar el acuerdo de integrarse a la central internacional. El congreso no pudo reunirse nunca más.
La CNCT sufrirá este año un ataque demoledor por parte del gobierno de Calles, que la dejará moribunda: Golpeadores de la CROM toma de manera violenta la iglesia de La Soledad, impugnando por la formación de un culto católico nacional alrededor del padre Joaquín Pérez. Ante esta situación Darío Miranda director del SSM , que ya había abandonado a su suerte a la central católica, se refugia en Italia. Al año siguiente los acontecimientos se precipitan con la implantación de la Ley Calles, que equiparó las infracciones en materia de cultos con delitos del fuero común, además de que limitaba el número de sacerdotes a uno por cada seis mil habitantes y se ordenaba que los sacerdotes se registraran ante las autoridades municipales, quienes les otorgarían una licencia para ejercer el sacerdocio. La Ley prohibió la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a educar a sus hijos en la fe católica. Entrada en vigor, se clausuraran numerosos templos, capillas y conventos.
El conflicto cristero fue acompañado de la simpatía ideológica a la iglesia de un grupo de organizaciones simpatizantes del fascismo, comenzando por el Partido Fascista Mexicano, el Sindicato de Agricultores (SA) formada por terratenientes afines al PFM , la Liga Política Nacional y los Caballeros de Colón.
Los empresarios
Por el lado de los empresarios, existen asociaciones en varios estados de la república, incluyendo a diversas organizaciones de comerciantes, industriales y banqueros: Confederación Fabril Nacional Mexicana, Cámara Británica de Comercio, Cámara Española de Comercio, Cámara Francesa de Comercio, Cámara Italiana de Comercio, Cámara Nacional de Comercio, Confederación de Cámaras de Comercio, Cámara Nacional de Minería, Unión de Comerciantes e Industriales, S. C. y Confederación de Cámaras Industriales de la República Mexicana.
El grupo empresarial más importante era sin duda el encabezado por Eugenio Garza Sada que incluye Vidriera Monterrey S.A., el Banco Mercantil, Fábricas de Monterrey (FAMSA), Compañía Hostelera Colonial S.A. Tapón Corona y Envases Titán entre otras.
Eugenio Garza Sada nació en Monterrey en 1892, integrándose al trabajo del consorcio familiar en 1918, después de haber estudiado en Estados Unidos, donde aprendió los modelos de relaciones laborales del fordismo, adaptando el modelo a su emporio, convirtiendo a los empleados, obreros, proveedores en potenciales consumidores de sus productos, desarrollando desde los años veinte el esquema de subcontratación de materia de trabajo: por ejemplo, en una planta se producía la cerveza (Cervecería Cuauhtémoc), otra fabricaba las tapas de la botella (Tapón Corona), otra las cajas de cartón (Envases Titán), otra las botellas de vidrio (Vidriera Monterrey) y otra proporcionaba el financiamiento (Banco Mercantil). Para capitalizar el ahorro de los trabajadores fundó desde 1918 la Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones para los empleados y trabajadores de la Cervecería Cuauhtémoc.
Merece una mención especial el caso de las empresas de origen italiano, como la fábrica de chocolates La Suiza, los pequeños productores de lácteos del pueblo de Chipilo, las haciendas Nueva Italia y Lombardía, de la familia Cusi.
A principios de 1925 se realizó en la Ciudad de México el segundo Congreso Industrial sin que los patrones permitieran la participación de los representantes de la central oficial, la CROM, a lo cual el presidente Calles respondió molesto: “Se extraña que los empresarios no quieran permitir que los trabajadores asistan a sus sesiones (…) esto debe ser recapacitado para las futuras conquistas, tanto más cuanto que redundará en beneficio para el capitalista y el trabajador”.
El Congreso en su declaración oficial manifestó la voluntad de los empresarios de mantener su autonomía con respecto al Estado y en particular de las JCA; defienden la bilateral como forma de relación laboral con los trabajadores y la necesidad de establecer Contratos Colectivos de Trabajo como mecanismo de regulación:
“No se rechaza la agrupación sindical, sino que se acepta de buen grado y se pretende, por lo mismo, el contrato colectivo, reglamentado con responsabilidades para los sindicatos y para los patronos, con clausulados que precisen derechos y deberes para ambas partes (…) para facilitar la inteligencia entre la dirección y la mano de obra, se han propuesto los organismos mixtos en cada fábrica, compuestos por representantes de los trabajadores y de los patrones, para que entre ellos mismos se puedan conocer a fondo las verdaderas necesidades de unos y otros(…) Las Juntas de Conciliación y Arbitraje… no intervendrán para nada en las relaciones de la mano de obra con el patrón, sino que sólo servirán de organismos de observación, de cuerpo consultivo“
Ya en estos años los empresarios sufrían la carga de corrupción y extorsión por parte de los funcionarios de la JCA y del Departamento del Trabajo, al mismo tiempo que tenían que enfrentar las reivindicaciones de los trabajadores en los centros de trabajo.
Los Operadores
Contacto en Italia
Puig Casauranc, fue diputado federal por Veracruz en 1921 y 1922 y senador por el Estado de Campeche en 1924-1926. Amigo personal de Calles, en 1926, siendo Secretario de Educación Pública y por el reconocimiento a su capacidad como intelectual, fue designado embajador en la Italia fascista, que no está por demás decir que este país estaba en plena reestructura política en manos de Benito Mussolini. En 1928 Calles lo llamó para sustituir a Morones en la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo para implementar la primera parte de la estrategia legislativa que culminó en la promulgación de la Ley Federal del Trabajo; también trabajó en la investigación de estructuras y funcionamiento de distintos partidos políticos en el mundo , para definir la estructura y funcionamiento del Partido Nacional Revolucionario.
Después de la reforma política que canceló el sistema de gobierno del DF, fue nombrado como el primer Jefe del Departamento del DF, (1928-1929) después de haber cumplido su labor en la formación del PNR e iniciar el proceso de imposición de la LFT. En agosto de 1931 fue nombrado embajador de México en Estados Unidos pero con residencia en México, pues estaba comisionado por Calles a preparar una reorganización del poder ejecutivo, donde Calles ocupó en el nuevo gabinete la Secretaría de Guerra y Marina y con ello el control directo del ejército.
Ramón P. De Negri relevó a Puig Casauranc en la embajada de Italia. Nació en Hermosillo Sonora. Hijo de Casimira Pérez mexicana de origen estadounidense y francés y de Manuel De Negri, originario del sur de Italia. Inició su carrera en la administración pública cómo telegrafistas en el Estado de Sonora bajo el gobierno de José María Maytorena.
Con Venustiano Carranza ascendió a jefe de oficina de Ferrocarriles y Telégrafos. Por su origen materno norteamericano participó en diversas comisiones financieras y diplomáticas en Estados Unidos: Fue Cónsul General de México en San Francisco y Nueva York, además de encargado de negocios de México en Washington, D.C.
En 1924 fue vocal de la Comisión Nacional Agraria, sustituyendo en 1924 a Antonio I. Villarreal en la Secretaría de Agricultura y Fomento durante el gobierno del también sonorense Álvaro Obregón.
Fue presidente de los Ferrocarriles Nacionales (1922-1923) y fundador de la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo, Estado de México. Asumió la embajada de de México en Italia y Hungría durante 1928, en pleno auge del fascismo italiano, sustituyendo después a José Manuel Puig Casauranc en la Secretaría Industria, Comercio y Trabajo. Recibió la encomienda de cabildear la reglamentación del artículo 123 constitucional. Él fue el responsable de implementar junto con Portes Gil, (secretario de gobernación entonces) la Convención Obrero Patronal para convalidar el proyecto de Ley Federal del Trabajo en 1928.
Su experiencia italiana fue determinante en el enfoque legislativo de la ley, cosa que se nota en la gran similitud de principios de la LFT y el Código del Trabajo que impuso Benito Mussolini en Italia.
Un tercer operador, fue Abelardo L. Rodríguez, que a diferencia de Puig y de Negri no fue embajador en Italia, pero por instrucciones Plutarco Elías Calles, viajó durante siete meses a Europa para investigar cuestiones relacionadas con la Industria (así se le llamaba entonces al entrono laboral) . A su regreso Calles lo instaló cómo su subsecretario de guerra y desde ahí opero la modificación al texto original del 1928, asesorando a Calles que fungió cómo supervisor directo en las comisiones de trabajo de la Cámara de Diputados, cómo lo atestiguan los propios diputados: “que algunas de esas juntas (de las comisiones de trabajo de la Cámara de Diputados) fueron presididas por el señor Presidente de la República, con asistencia, cómo invitado de honor, del señor General don Plutarco Elías Calles, enérgico orientador de la Revolución, que no podía ni debía negar sus sabios consejos a obra de tanta importancia y trascendencia para el país.”
Aprobada la LFT sin discusiones de fondo, Abelardo L. Rodríguez fue nombrado Secretario de Industria, Comercio y Trabajo quién de inmediato aplicó con precisión los mecanismos de control: Arbitró en contra de la Alianza de Tranviarios en su demanda de pago de horas extras, mutiló el CCT del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) reduciendo los días no laborales; negó registros sindicales independientes al mismo tiempo que reconoció de inmediato el registro del primeros sindicato de protección: la Unión de Trabajadores Cuauhtemoc y Famosa en las industrias de Eugenio Garza Sada en Monterrey quienes suscriben el primer contrato de protección con las empresas del grupo.
El operador político
Hasta ahora los operadores habían realizado un trabajo más técnico que político y no habían logrado ganar voluntades al proyecto. Calles necesitó de un buen operador político probado, y recurre a Aarón Sáenz, un obregonista de derecha que aspiraba a la presidencia de la república pero que se subordinó a la lógica del jefe máximo y declinó su pre candidatura para beneficio de Portes Gil.
Sáenz había mostrado sus habilidades operativas cómo Secretario de Relaciones al lidiar con la embajada norteamericana en el conflicto cristero. Sáenz era el indicado para ocupar la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo y conseguir la aprobación del Código del Trabajo de Portes Gil.
El operador sindical
Vicente Lombardo Toledano fue sin lugar a dudas, un personaje fundamental para imponer un código laboral donde se sacrificaba la autonomía y la libertad sindical y con ello se dio origen al uso de los sindicatos como franquicia, y el derecho de huelga como mercancía y mecanismo de extorsión.
Lombrado Toledano, licenciado en derecho vinculado a la CROM a través de su militancia en el Partido Laboral Mexicano y como fundador la Liga de Profesores del Distrito Federal. Con la llegada de Obregón a la presidencia, el cromista Celestino Gasca fue nombrado gobernador del Distrito Federal, y Morones como director de Abastecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares; Lombardo Toledano trabajó como Oficial Mayor del Distrito Federal.
Fue por unas semanas gobernador interino del Estado de Puebla (1924-1925), con residencia en México y diputado federal por el XIII distrito electoral correspondiente a Teziutlan, Puebla, donde nació.
Su elección fue denunciada por presunto activismo del ejército, que se convirtió “en activa propagandista de la candidatura Lombardo, usando de la fuerza para amedrentar a la población civil y para estorbar la acción administrativa de las autoridades del Estado.”
En el año de 1925, siendo diputado federal le tocó participar en uno de los intentos más serios para reglamentar el 123 constitucional, donde en su calidad de cromista presentó fiera batalla parlamentaria contra el también diputado y fundador de la Casa del Obrero Mundial, el zapatista Antonio Díaz Soto y Gama. El tema central del debate fue la libertad sindical y la Contratación Colectiva.
Toledano tomó la defensa del articulo 114 del proyecto que en su redacción decía "En ningún caso y por ningún motivo las autoridades podrán reconocer, para los efectos del contrato de trabajo, la existencia simultánea de dos agrupaciones en una misma empresa” y por supuesto que reconocería exclusivamente a quién representara a la mayoría dentro de la empresa:
Soto y Gama preguntó durante el debate: “¿Quién va a fijar la mayoría? ¿Quién va a hacer la declaración de que una agrupación obrera tiene la mayoría? ¿El ministro de Industria y Comercio? ¡Dios nos acompañe! (Risas). ¿Las juntas de Conciliación y Arbitraje, manejadas generalmente por los que están en el Poder? No salimos de apuros ni resolvemos el problema. ¿Qué autoridad va a ser la encargada de fijar la mayoría?” (…)
(…) ¿Y quién fija la mayoría? ¿El señor Morones? Acuérdense del caso de la Terminal, compañeros. (Una voz: ¡Le tiene miedo!) ¿Pero cómo no le hemos de tener miedo a un individuo que a la vez es secretario de Industria y jefe de una organización obrera? ¿Cómo no vamos a tener miedo a la parcialidad del que funge de juez y parte?
Lombrado contestó: “¿quién va a fijar la mayoría? Ahí está el problema. ¿La Secretaría de Industria? No, ¡qué barbaridad! ¡Dios me libre, Morones calificando eso! No. Morones es el enemigo de las organizaciones obreras, etcétera. ¿Va a serlo el Gobierno del Distrito? ¿Y si el Gobierno del Distrito cae en manos de los laboristas? No. ¿La Secretaría de Agricultura? No. ¿La Secretaría de Hacienda? No. (…que) las juntas de Conciliación y Arbitraje sean las que vayan a justificar la existencia de la mayoría no le satisface al compañero Soto y Gama porque ahora gobierna el general Calles, (…) Pero todo mundo sabe que las juntas de Conciliación y Arbitraje se integran por obreros, por representantes del gobierno y por representantes del capital.”
Lombardo defendió en este debate la necesidad de un sindicato único en cada centro de trabajo, expulsando de la empresa a los trabajadores disidentes. A los pocos meses Lombardo publicó su libro La libertad Sindical en donde afirmó: “La libertad sindical es, pues, en México, por el sentido gramatical de las Leyes, es un nuevo camino creado por el Estado para la emancipación integral del proletariado, y un derecho limitado a la defensa de sus intereses materiales, tratándose del capitalismo.”
Durante un breve periodo en que Lombardo fue ayudante de Morones en la SICT, estallaron huelgas ferrocarriles y en la industria minera del Estado de Jalisco, huelgas organizadas por Siqueiros, las cuales fueron declaradas ilegales y sangrientamente reprimidas por el ejercito. El fallo fue firmado por Lombardo en su calidad de oficial mayor de la SICT.
En 1928, justo antes de iniciar la discusión sobre la reglamentación del artículo 123, la polémica sindical sobre la contratación sindical estaba claramente definida, entre los sindicatos (CGT y algunas federaciones de CROM) que pugnaban por la firma de CCT y su extensión a carácter de Contratos Ley pactados de manera bilateral entre trabajadores y patrones y su contraparte, (representada por Lombardo Toledano), que impulsaba la firma de Contratos Sindicales de Trabajo por centro de trabajo, acompañados de previa expulsión de los trabajadores disidentes con el sindicato mayoritario por medio de la Cláusula de Exclusión.
Los partidos
En el país existían entonces al menos 55 partidos legalmente reconocidos, la inmensa mayoría se disolvió para integrarse al Partido Nacional Revolucionario, partido oficial, los que se quedan al margen cómo el Partido Laboral Mexicano (PLM) o el Partido Comunista Mexicano (PCM) son asediados por el poder al grado de ser reprimidos y declarados ilegales o eliminados de todo espacio de poder, desmantelando su base social y exiliando a sus principales dirigentes.
Los comunistas
Justo después de los primeros debates sobre la el proyecto de Ley Federal del Trabajo 1928-29, y después de una declaración de Lombardo Toledano acusando a Siqueiros y a Campa de recibir instrucciones directamente de la embajada soviética, en junio de 1929, el Partido Comunista Mexicano es declarado ilegal, la policía tomó violentamente la imprenta del partido, El Machete, se expulsó a diplomáticos soviéticos cómo preludio al rompimiento de relaciones con la URSS, se desaforó al diputado comunista Hernán Laborde, se asesinó al principal estratega del partido, el cubano Julio Antonio Mella, impulsor de la formación de la Central Sindical Unitaria de México , ligada al PCM, se expulsó del país a su compañera Tina Modoti, secuestran a Valentín Campa y se encarcela en las Islas Marías a los principales opositores sindicales- Siqueiros, Miguel “ratón” Velasco, Evelio Badillo, José Revueltas entre otros-, se asesinaron en Durango y Tamaulipas al menos a 46 militantes , se reprimió violentamente los movimientos sindicales vinculados a la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM) y se da un golpe de mano en la Liga Nacional Campesina brazo campesino del PCM, desligándola del partido.
Los laboristas
La batalla para acotar y eliminar al Partido Laborista Mexicano (PLM) se inició con el asesinato a Álvaro Obregón, pues Morones se había atrevido a mantener una disputa pública con él y su asesinato fue un buen pretexto para expulsarlo de la elite del poder. Fidel Velásquez, entonces compañero de Morones, sostiene que el verdadero motivo de la disputa y la caída de Morones fue que se atrevió a querer ser presidente.
El Congreso nombró a Emilio Portes Gil, rival de Morones, con quien había tenido una relación conflictiva durante su gobernatura en el Estado de Tamaulipas; Portes Gil cómo gobernador retiró la administración del CCT de los ferrocarriles en Tamaulipas a la CROM para otorgársela a Alianza de Ferrocarriles Mexicanos . En otros casos llegó a tener mayor consideración, casi nunca correspondida, con la central independiente, la Confederación General de Trabajadores (CGT).
La campaña de desprestigio contra Morones se dio no sólo en el ámbito político, sino también entre la opinión pública, con obras de teatro donde se satirizaba a Morones y a los dirigentes cromistas: “El desmoronamiento” y “Cromopolis” son algunos ejemplos en donde inclusive participaron actores sindicalizados y ex compañeros cercanos a Morones, cómo Roberto “el panzón” Soto con quién compartió fiestas, coñac y suripantas. En “Cromopolis”, Soto que representaba a Morones, aparecía en escena, “revolcándose en las alfombras, totalmente ebrio empinándose una botella y exclamando: ¡Arriba el proletariado!”. En “El Desmoronamiento”, también representada por “el panzón” Soto y escrita por José Moreno Ruffo e Ignacio Baeza, se "hacía una severa crítica de los procedimientos gangsteriles que usaron los directores del movimiento obrero en aquel entonces para imponer sus caprichos. Asimismo exhibía todas las lacras de que en su vida pública hacían ostentación algunos de dichos líderes, especialmente el señor Morones, quien en una de las escenas, aparecía en su famosa quinta de Tlalpan, presidiendo las grandes bacanales que noche a noche, y con asistencia de altos funcionarios del antiguo gobierno, se celebraban..." .
Días antes de que Portes Gil asumiera la presidencia tuvo una reunión con dirigentes de la CROM, al que significativamente faltó Morones, donde se comprometieron a establecer buenas relaciones. Al día siguiente en la IX Convención de la CROM, Morones, una demostración de fuerza frente al invitado especial, Plutarco Elías Calles, arremetió contra Portes Gil, contra el gobierno y al final, la Convención abandonó el Teatro Hidalgo en donde se realizaba el evento, pues era un espacio gubernamental.
La CROM retiro a todos sus cuadros que ocupaban cargos gubernamentales, incluyendo a los delegados de la CROM a la convención Obrero Patronal (entre ellos Lombrado Toledano y Ricardo Treviño ), dejando sin operadores sindicales pro gobierno a la Convención Obrero Patronal lo cual retrasó los planes de Calles para imponer el proyecto de legislación laboral.
Este conflicto sólo atizó la incertidumbre en las dirigencias de los sindicatos nacionales y locales, que estaban acostumbrados a trabajar en contubernio con las autoridades en turno y provoco la desbanda de muchos sindicatos cromistas que salieron de la organización.
La opinión pública sobre la posible complicidad de Morones en el asesinato de Obregón, era la comidilla cotidiana, pues se sabía que el caudillo sonorense había debilitado la influencia del PLM. La salida de la Convención Obrero Patronal y la renuncia a los puestos de gobierno resultaron funestas para la CROM: se estaban enfrentando ni más ni menos que al jefe Máximo.
Calles les cobró caro esta insubordinación, en tres años de vivir en la oposición, la CROM perdió más de 349 organizaciones nacionales, locales y de empresa.
El PNR
La reelección del propio Obregón en el '28, la multitudinaria lista de micro partidos en los cuales se apoyaba Calles para gobernar, el conflicto cristero, la experiencia de la CROM cómo central obrera oficialista y su crisis después del asesinato de Obregón, el apoyo incondicional a Calles de un sector de la CROM ligada a Lombardo Toledano, la existencia de al menos 55 partidos políticos reconocidos legalmente según los requisitos establecidos en el artículo 106 de la Ley Electoral de Poderes Federales y la necesidad de integrar al sistema de control a los empresarios (la COPARMEX nace en 1929), más el auge ascendente de los partidos fascistas en el mundo y la necesidad de controlar desde el centro, el reparto del poder movió a Calles a fundar el Partido Nacional Revolucionario cómo ya vimos, comisionó a Puig Casauranc para presentar una propuesta para organizar el partido.
Desde la convocatoria para la formación de un partido oficial, se advirtió la mano del ex embajador en Italia, comenzando con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, y terminando con la identidad como partido de Estado: los delegados se contabilizaron en función del número de habitantes de cada entidad federativa y no por el número de afiliados; los delegados tenían que ser acreditados por los presidentes municipales. Todos los empleados públicos fueron considerados miembros y les retuvo un día de salario en calidad de aportación al partido; el periódico oficial del partido, El Nacional Revolucionario, era al mismo tiempo el periódico difusión del gobierno.
A nivel organizativo el PNR establecía una relación totalmente jerárquica y antidemocrática donde el Comité Ejecutivo Nacional era la instancia superior y donde Calles era jefe indiscutible: “Se le llamó Jefe máximo y se le dio el calificativo de hombre fuerte de México. La hoja del árbol no se movía sin su voluntad. Nada se hacía sin su autorización tácita o expresa. Su casa particular viose continuamente visitada por numerosa gente. Políticos de fuste y hombres de negocios pasaban a la residencia del general Plutarco Elías Calles, en donde siempre se encontraba el visitante con la figura de Luis N. Morones, gordinflón aún, con su cara atectónica, donde un ojo, el izquierdo brillaba cómo fuego. El mismo cuerpo diplomático, tan celosos de su contacto, le rendía homenaje. Muy amigos, muy íntimos, el general Calles y Mr. Dwith Morrow, embajador norteamericano.” Una figura que recuerda al Duce.
El modelo
La Italia que les tocó vivir a De Negri y a Puig Casauranc fue la de la consolidación del Estado Corporativo que en palabras de los propios fascistas “representa una forma especial de actividad de gobierno del Estado, que en orden a la Economía, regula los problemas relativos a la producción, a la distribución y a la circulación de la riqueza.”
El corporativismo italiano, es decir el proyecto fascista de Mussolini, consistió en la integración obligatoria de los ciudadanos al aparato de Estado por medio de corporaciones gremiales, es decir, los sindicatos, con la finalidad de garantizar por medio del principio de autoridad, el cumplimiento de los proyectos del Estado para lo cual requiere de mecanismos de control ideológico que le permitan funcionar de manera eficiente recurriendo al nacionalismo cómo motivo de unidad.
Por otro lado pertenencia a los sindicatos era obligatoria, mientras que el Estado se encargaba de mantenerlos “ordenadas jerárquicamente, reconocidos o autorizados por el Estado que deliberadamente garantiza un monopolio de representación”
De Negri y Puig Casauranc encontraron en Italia una solución aplicable a la realidad mexicana, por lo menos digna de ser estudiada, dada la circunstancia de México, su crisis institucional y la diversidad de caudillos militares. Solución que incluían la formación de un partido de Estado con mecanismos de control sobre los sectores de la producción y que permitiera la gobernabilidad fundamentada en leyes y decretos, todo en nombre de la paz social, la estabilidad política y la económica del país.
En la Italia que les toco vivir a Puig y De Negri, todos los partidos desaparecieron, se volvieron clandestinos o se integraron al Partido Nacional Fascista fundado en 1921. Todos los empleados públicos, desde el trabajador más humilde hasta el funcionario más alto son obligatoriamente miembros del partido, pagaban cuotas y se les prohibió, como funcionarios públicos, la integración en sindicatos para defender sus derechos laborales, pues lejos de ser considerados trabajadores se les denominaba representantes de la autoridad. Al final se les concedió del derecho de pertenecer obligatoriamente a un sindicato de empleados públicos, pero sin derecho a la contratación colectiva.
En materia ideológica dominaba el nacionalismo como sustento ideológico pretendiendo que el Estado es la encarnando de la nación. De aquí viene el término de Estado Totalitario, es decir el Estado que abarca la totalidad de las relaciones sociales, económicas, políticas y espirituales de los gobernados: la subordinación del interés individual y particular al interés colectivo encarnado en el Estado como representante de la nación.
¿Y qué es la nación para el fascismo italiano?: “es un organismo que posee fines, vida, medios de acción superiores en potencia y en duración a los individuos aislados o agrupados que la componen. Es una unidad moral, política y económica que se realiza íntegramente en el Estado;” . Y el Estado a su vez “comprende las actividades sociales, económicas, morales, políticas y culturales de la Nación.” “Nuestro mito es la nación nuestro mito es la grandeza de la nación” dirá Mussolini.
La lección fue aprendida por los embajadores mexicanos y el nacionalismo se convirtió como campaña publicitaria en el principio de identidad de los caudillos con el pueblo y expresada muy bien en la formación del Partido Nacional Revolucionario. En 1927 la CROM a través de de su secretario general, Ricardo Treviño sometió “a consideración del gobierno del país y a las organizaciones patronales (un memorando) en beneficio de la nación y al concepto nacionalista del movimiento obrero.” Ya Calles siendo presidente declaró en tono de queja sobre “la inundación que ha estado sufriendo nuestro país de judíos” . En 1931 la Confederación de Cámaras Industriales y de Comercio, la Confederación de Cámaras, la Cámara de Comercio Francesa y el Departamento del Trabajo del Distrito Federal convocaron a una gran manifestación nacionalista para el día 1 de junio, estableciéndolo, el gobierno de la capital, día de descanso oficial.
Es aquí donde se forja el discurso del nacionalismo revolucionario del partido oficial. Lombardo Toledano lo expresa de manera espontánea en el debate con Siqueiros y Campa sobre el carácter del proyecto de Ley Federal del Trabajo en 1929 “todos somos nacionalistas sociales.”
En materia sindical y de contratación colectiva, Italia innovó los mecanismos de control sobre los sindicatos:
Después de la marcha sobre Roma (1922) los trabajadores que conservaban aun su credencial sindical “son apaleados o pierden su empleo. Los patrones y las oficinas de colocación rechazan a los obreros que no llevan el carnet ‘sindical’ fascista. En algunos casos, los mismos industriales apuntan a todo su personal a los ‘sindicatos’ fascistas y retienen las cotizaciones de los salarios.”
En diciembre de 1923 la Confederación patronal italiana y los sindicatos fascistas firmaron un acuerdo con el que forman una comisión mixta permanente, vigilada por la autoridad, para tratar todos los asuntos relacionados con el funcionamiento de las empresas.
En 1924 el gobierno fascista publicó un decreto-ley donde autorizó a los gobernadores provinciales a destituir a los dirigentes obreros no afines al fascismo y disponer de los bienes de los sindicatos independientes y en octubre de 1925 se firmó un pacto entre la Confederación Industrial Italiana (Confindustria) y los sindicatos oficiales suprimiendo las comisiones obreras creadas durante las tomas de fábrica del 1922; al mismo tiempo el Gran Consejo fascista prohibió el derecho de huelga y la libertad sindical.
La navidad de 1925 fue extremadamente fría para el pueblo italiano pues se aprobó el decreto que otorgó poderes absolutos al Duce Benito Mussolini.
En 1926 Mussolini decretó la disolución de todos los partidos políticos y se suprimió las garantías individuales. Con la eliminación del parlamento, la cámara de los fascios y las corporaciones (sindicatos de trabajadores y empresarios) dan forma final al “Estado Corporativo”.
En 1929, los dirigentes de los sindicatos fascistas que habían servido en la etapa de posesionarse en la clase trabajadora y por lo mismo, la que tenía más compromisos sindicales establecidos, son destituidos y algunos de ellos encarcelados pues su función de agitación, a criterio del Duce, había terminado y ahora el sistema corporativo necesitaba menos beligerancia y más colaboración.
En Italia un trabajador común y corriente estaba obligatoriamente integrado aun sindicato, requisito necesario para conseguir empleo a pesar de que los sindicatos y sus dirigentes podrían no aparecer jamás en la vida cotidiana del trabajador. En un testimonio escrito por un trabajador afirma: “jamás he tenido la posibilidad de entrar en contacto con la organización, de discutir en las asambleas ni de expresarme libremente.”
La afiliación a los sindicatos, oficialmente era libre y voluntaria, pero un desempleado no tenía posibilidad real alguna de conseguir trabajo. Para trabajar tenía que hacerlo afiliándose al sindicato oficial. El trabajador que se encontraba ya trabajando durante la modificación del régimen sindical, podía mantenerse al margen del sindicato pero el nuevo sindicato oficial y el patrón determinaban sus condiciones de trabajo, su salario y si quería conservar el empleo sin afiliarse, tenía que cumplir con todas las obligaciones sindicales, cómo el de pagar cuotas sin obtener nada más que el derecho a trabajar.
En materia de Contratos Colectivos de Trabajo el ministro de las Corporaciones, el equivalente al secretario de Industria, Comercio y Trabajo en México, elaboraba el documento en acuerdo con los patrones y era firmado por los representantes sindicales. El contenido de los CCT era casi siempre desconocido para los trabajadores, pero servía como justificación legal para determinar con toda precisión las obligaciones de los trabajadores incluyendo salarios y reglamento interno.
En materia de conflictos laborales el Estado fascista ejerció el arbitraje obligatorio a través de sus diferentes organismos estatales ya sean los Comités Provinciales Corporativos o la Magistratura del Trabajo.
Los organismos arbitrales eran tripartitos donde los funcionarios del Estado fingían mediar entre los intereses de la empresa y la de los trabajadores.
Cuando se implantó en Italia el arbitraje obligatorio el impacto inmediato en las condiciones de trabajo fue:
• El Reemplazo de los antiguos CCT nacionales de industria por CCT de empresa, siempre y cuando así lo solicitara la empresa.
• La percepción económica de los trabajadores siempre fue, sin excepción, la reducción de salarios y la generación de grandes diferencias salariales entre regiones, y empresas de la misma industria.
• Escala móvil de salarios, pero a la baja y a criterio siempre de la empresa. (Decreto del 1 de julio de 1926)
• Movilidad y flexibilidad total de la mano de obra, también a criterio de la empresa y sin respeto al salario: Un trabajador podía ser removido a una categoría inferior con la reducción salarial correspondiente.
En materia de prestaciones sociales, el sistema corporativo italiano estableció prestaciones y previsiones sociales básicas que permitieran la reproducción de la fuerza de trabajo sana y estable, para mejorar el rendimiento en calidad y cantidad en los centros de trabajo.
El Estado garantizó asistencia médica y previsión social a pescadores y medieros, reglamentó el trabajo a domicilio, otorgó capacitación profesional a trabajadores, obligó a la indemnización en caso de despido injustificado, reglamentó el trabajo de mujeres y niños , ofreció la semana de cuarenta horas y:
“ El perfeccionamiento del seguro de accidentes; La mejora y el aumento del seguro de maternidad; El seguro de enfermedades profesionales y de la tuberculosis cómo tendencia al seguro general entre todos las enfermedades; El perfeccionamiento del seguro contra la desocupación involuntaria; La adopción de formas especiales aseguradoras dotalicias para trabajadores jóvenes."
Hay que remarcar que el modelo italiano de Estado Corporativo basó su economía en el capitalismo con una importante intervención del Estado en materia de control, supervisión, producción y financiamiento. Esquema de Economía Mixta le llamó Mussolini.
De todo esto abrevaron De Negri, Puig Casauranc, Abelardo L. Rodríguez y el mismo Calles en su viaje a Europa en 1930-31.
La Ley Federal del Trabajo, el PNR, la Banca de Desarrollo, el Nacionalismo Revolucionario, la figura del Jefe Máximo no son meras coincidencias. No es coincidencia que Calles fundara el Banco de México en 1925 y Abelardo L. Rodríguez Nacional Financiera, el Banco Hipotecario y de Obras Públicas y la creación la empresa estatal Petromex.
Por esto bien dice Néstor de Buen que las prestaciones de seguridad social establecidas en la LFT son parte de la estrategia fascista de control sindical y estas previsiones sociales están muy lejos del Estado Benefactor sobre todo en materia de democracia y libertad.
La campaña pública del fascismo en México
México era fundamental en la política internacional de Mussolini, el hecho de ser frontera con Estados Unidos y puerta de entrada para Latinoamérica obligó a los italianos a la realizar un importante esfuerzo de construcción de una imagen favorable al fascismo en nuestro país.
El primer bombazo publicitario fue sacar a la luz pública que un hijo del mismismo Garibaldi, Giuseppe Garibaldi había combatido al lado de las tropas constitucionalistas. Mussolini mandó al Ezio Garibaldi, hermano de Giuseppe, cómo diplomático encargado de valorar la situación mexicana.
En agosto de 1924, el gobierno italiano mandó una gran comitiva internacional a visitar varios países de Latinoamérica para promover su imagen. La nave Italia tocó puerto en Veracruz. Iba cargada de una exposición de productos industriales y obras de arte: La delegación incluía a más de 700 personas relacionadas con la industria, el comercio, periodistas, políticos y militares.
El gobernador del estado, Adalberto Tejada recibió personalmente a tan distinguida tripulación. La nave fue visitada por más de diez mil personas el primer día, mientras que la prensa lanzo una campaña favorable al Duce.
En 1927 con fondos de la delegación italiana se fundó el Fascio Italiano de México presidido por Eliseo Lodigiani, hijo del propietario de la fábrica de dulces y chocolates La Suiza.
En una crónica periodística de 1928, Mario Appelius describió una visita a la comunidad italiana de Chipilo, Puebla: "... una muchedumbre de campesinos: de un lado los hombres, del otro las mujeres: machos aquéllos, fuertes, descamisados, cortados por una raza viril en un granito ciclópico: altas las mujeres y robustas [...] potentes en la gallarda femineidad de su porte".
La campaña del gobierno italiano en México había permeado a la opinión pública mexicana. Serán de dominio público las declaraciones y militancia pro fascistas de personajes cómo Vasconcelos , el Dr. Atl, Ezequiel Padilla y Antonio Caso.
Ezequiel Padilla, que fue Secretario de Educación Pública en 1929 y también embajador en Italia, de abril de1930 a abril de 1932, en octubre de ese mismo año y en su calidad de diputado, durante el debate para la formación del Departamento Autónomo del Trabajo y de la Secretaría de Economía para sustituir la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo lanzó una apología del fascismo que además fue aplaudida por sus compañeros diputados:
“Pasemos ahora al fascismo, ese otro ejemplo formidable de lo que significa en la vida moderna para la construcción económica de un país la lealtad de los principios claramente definidos. Así cómo los Estados Unidos sostienen su lucha de clases, su libre competencia, desatada y feroz en el campo de la lucha económica, y así cómo Rusia no admite la lucha de clases, sino el predominio inflexible de una sola clase, el Gobierno Fascista, el sistema Fascista, no quiere ni una ni otra cosa: busca el equilibrio, la coherencia, la cooperación de las clases. He allí su premisa fundamental.
Ellos van a organizar la cooperación de clases, van a edificar una política económica sustentada en la cooperación de todas las clases productoras de la nación; y en este sentido van a crear los órganos de su dinámica económica. El sistema Fascista descansa fundamentalmente en el sistema de las corporaciones, y las corporaciones son un conglomerado de sindicatos; allí no preocupa la libertad individual; es necesario encontrar el órgano en donde todas las clases de la producción se coordinen, y se ha hecho obligando al sindicalismo de toda la Italia , de todas las fuerzas económicas, y al mismo tiempo a la coordinación de los sindicatos pertenecientes a una línea de actividades, en una corporación, que es la que juzga todos los conflictos, que es la que resuelve todos los encuentros y todos los choques entre los distintos sindicatos. Allí el trabajador no está abandonado, y en esto es necesario en gran parte combatir prejuicios. En la corporación fascista el trabajador no está aislado; en la corporación fascista el contrato colectivo que representa la conquista máxima práctica dentro de la lucha de clases, porque ya no es el hombre abandonado y sólo con su debilidad, sino que ya obra solidarizado en un sindicato que tiene personalidad y fuerza, es una conquista definitiva; la corporación, cómo digo, coordina todos los sindicatos; de la corporación se asciende a un Consejo de Corporaciones y por último se llega al Ministerio de las Corporaciones que es el eje del Gobierno Fascista. El Estado Fascista es el Estado cooperativo. Su tesis económica es que abandonar la nación la lucha de clases cómo en los Estados Unidos, abandonarla a las fuerzas naturales de la competencia económica, significa el caos; es la causa de las crisis continuas el no prever, el no disciplinar los factores de la producción y ordenarlos de manera que no se entrechoquen y se desgasten y no ocasionen otra cosa que el desbarajuste y el desorden; es la causa de las crisis periódicas y de esas alternativas pasajeras de prosperidades que no duran; por eso hay que conjurarlas y para eso hay que buscar la coordinación de las clases, labor que sólo puede realizar el Estado, porque sólo hasta él trascienden los intereses contrastantes de los individuos y los grupos en pugna. Repito, no deseo criticar ni estudiar sistemas; quiero sustentar otra vez mi propósito de que para estas arquitecturas económicas, lo fundamental, lo que las hace grandes, lo que las ha llevado a resultados estupendos, lo que las hace ser ejemplos de realizaciones y construcciones asombrosas, es el respeto consciente y profundo a líneas ideológicas que de antemano se han trazado cómo premisas fundamentales de su edificación. (Aplausos.)”
Operativo Ley Federal del Trabajo
13 de diciembre de 1927: El senado anuncia que deja para el siguiente periodo legislativo la discusión de un proyecto de reglamentación al artículo 123 constitucional.
1 de julio de 1927: Álvaro Obregón, cómo candidato único, gana las elecciones presidenciales.
17 de julio de 1928: Es asesinado el presidente electo Álvaro Obregón. La figura de Morones, que tenía serias diferencias con el caudillo sonorense, se ensombrece por la sospecha de ser el autor intelectual, aunque lejos de tener evidencias, esta situación es aprovechada por sus adversarios políticos para dejarlo fuera de la carrera presidencial.
De inmediato los comunistas convocan a la formación del Comité de Defensa Proletaria; participan sindicatos obreros y campesinos de Jalisco, Nayarit, Tamaulipas y Coahuila incluyendo la Liga Nacional Campesina (120 mil afiliados), para realizar un Congreso Obrero y Campesino.
21 de julio de 1928: Ante las dudas planteadas y la presión de los obregonistas, Morones y Celestino Gasca renuncian a sus cargos dentro del gobierno para “no ser un obstáculo en la investigación ”
28 de agosto de 1928: Emilio Portes Gil asume la Secretaría de Gobernación.
26 de septiembre de 1928: Portes Gil es declarado presidente provisional de la República por la Cámara de Diputados.
3 de noviembre de 1928: Se pública la convocatoria para la Convención Obrero Patronal para discutir la reglamentación del artículo 123 constitucional.
15 de noviembre de 1928: Se inaugura la Convención obrero-patronal en el Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria. Portes Gil, cómo secretario de Gobernación asume la presidencia de debates de la Convención con el apoyo del Puig Casauranc, Secretario de Industria Comercio y Trabajo.
Por la representación obrera aparecen entre otros Vicente Lombardo Toledano y Ricardo Treviño, David Alfaro Siqueiros, Manuel “ratón” Velasco y Valentín Campa; por los empresarios Eugenio Garza Sada y Joel Rocha; cómo asesores del gobierno, Manuel Gómez Morín (Fundador del Partido Acción Nacional, entonces colaboraba en el consejo del Banco de México) y Marte R Gómez (Secretario de Agricultura y Fomento) .
19 de noviembre de 1928: Se discute la desaparición de los Códigos Estatales de Trabajo y retirar a los estados la injerencia en materia laboral. Siqueiros se opone, pues con ello se perdían algunos aspectos avanzados de las legislaciones locales.
20 de noviembre de 1928: El tema central de la discusión fue el de la contratación: Los empresarios pugnaron por la contratación individual, un sector de los trabajadores (Siqueiros y el bloque comunista) por la Contratación Colectiva de Trabajo mientras que Lombrado Toledano insistió en la Contratación Sindical basada en la cláusula de exclusión.
21 de noviembre de 1928: Se discute sobre el arbitraje por parte del Estado: El debate fundamental se da otra vez entre Siqueiros y Lombardo Toledano.
Siqueiros: no intervención del Estado en los conflictos laborales y rechazo al arbitraje obligatorio.
Lombardo Toledano: “Los obreros tienen confianza en el gobierno, porque representa los intereses de la revolución. El arbitraje obligatorio es necesario.”
26 de noviembre de 1928: Ante la inminente toma de posesión de la presidencia el primero de diciembre, Portes Gil deja la presidencia de debates en manos de Puig Casauranc.
28 de noviembre de 1928: El tema de la autonomía sindical está en el debate. Ante la propuesta de registro sindical Siqueiros argumenta en contra:
“El Estado no debe intervenir en la vida sindical, (…) El Estado no podrá decretar el desconocimiento o la disolución de los sindicatos (…) El régimen fachista da derecho al Estado para inmiscuirse en las cuestiones internas de las organizaciones. La causa de la división de los trabajadores ha sido la injerencia de las autoridades en la organización interior de los sindicatos. Permitir la intervención del Estado en los asuntos internos de los sindicatos sería tanto cómo permitir la destrucción de ellos”
1 de diciembre de 1928: Toma posesión de la presidencia de la república Portes Gil. Entre las primeras acciones que toma es la de nombrar a Puig Casauranc jefe del Departamento del Distrito Federal y nombra a Manuel De Negri en la Secretaría de Industria Comercio y Trabajo.
3 de diciembre de 1928: El tema de discusión es la huelga. El proyecto violentaba el derecho de huelga, pues para no contradecir el texto del 123 que establecía sólo los criterios de licitud de las huelgas, el proyecto encontró el antídoto contra este derecho: el concepto de huelgas licitas pero “legalmente inexistentes”. La delegación de la comunista acusó al recién nombrado presidente Portes Gil de fascista criollo, este en represalia ordenó la aprensión de Valentín Campa y Siqueiros, pero los miembros de la convención de manera unánime se opusieron a ello y se nombró una comisión para que le pidiera al presidente que respetara la función de la Convención obrero patronal y que después hiciera lo que quisiera … y así lo hizo después.
4 de diciembre de 1928: Se realiza la IX Convención de la CROM en el teatro Hidalgo. Se presenta Calles quién es aclamado y recibe una medalla al merito de la “Reconstrucción Nacional”. Se aprovecha la ocasión para reclamar el maltrato a los cromistas por el asesinato de Obregón. La llegada de Portes Gil a la presidencia no deja tranquilo a Morones, pues este se había enfrentado a la CROM cuando fue gobernador de Tamaulipas.
La CROM decide romper todo trato con el gobierno y retira a sus delegados de la Convención Obrero Patronal.
9 de diciembre de 1928: Lombardo Toledano propone la disolución de PLM para integrarse plenamente al PNR. Su propuesta no fue atendida por los moronistas.
27 de enero de 1929: Cómo resultado del Congreso Obrero y Campesino convocado por el PCM se forma la CSUM, inician una campaña nacional contra el proyecto de ley.
En los meses siguientes la CROM se desmorona, cientos de sindicatos se separan de la central. Algunos se integran a la CGT otros forman nuevas federaciones cómo la Federación de Sindicatos de Trabajadores del Distrito Federal, donde Fidel Velásquez queda de secretario del interior.
Al mismo tiempo se va conformando un bloque sindical que pretende llenar los espacios políticos que deja la CROM y exigen la apertura de espacios hasta ahora copados por esa central, llegando en algunos casos a la violencia física, cómo en las elecciones de representantes obreros en la JCA del siguiente año, en donde efectivamente la CROM pierde la mayoría de sus representantes. Fidel Velásquez es uno de los nuevos representantes.
4 de marzo de 1929: Se funda el PNR. De su congreso fundacional se nombra a Pascual Ortiz Rubio cómo primer candidato presidencial del nuevo partido. Se levanta en armas el general José Gonzalo Escobar, levantamiento que abarca los estados de Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Veracruz. Aunque los campesinos del LCN apoyaron al gobierno para acabar con la rebelión, en Durango, Zacatecas y La Laguna, se negaron a entregar sus armas después de ser derrotado el levantamiento, esto es usado cómo un pretexto más para cuestionar la legalidad del PCM.
6 de junio de 1929: Se inicia la represión sangrienta al PCM; los comunistas resultaron un hueso demasiado duro de roer y un protagonista importante en contra del proyecto de ley de Portes Gil. Un diputado desaforado, más de 30 militantes asesinados, entre ellos a Guadalupe Reyes den Durango, al menos 46 detenidos y locales saqueados es el saldo de la represión.
21 de junio de 1929: Portes Gil y el arzobispo Leopoldo Ruiz firman el acuerdo para terminar el conflicto cristero. Aarón Sáenz juega un papel fundamental en la relación diplomática con el embajador norteamericano Morrow, para que Estados Unidos presionara al Vaticano para que a su vez obligara a los líderes cristeros de deponer las armas.
10 de julio de 1929: la Federación de Fidel Velásquez exige que se promulgue de inmediato la Ley Federal del Trabajo: “Bastante hemos esperado ya y no podemos seguir inactivos por más tiempo.”
14 de julio de 1929: De Negri responde al llamado de la FTDF denunciando que “son los líderes provocadores los que no permiten la unificación del movimiento obrero”, mientras Portes Gil insiste en que a la brevedad será enviada a la Cámara de Diputados para su aprobación.
25 de julio de 1929: La Cámara de Diputados inicia un periodo extraordinario para discutir el Código Federal del Trabajo. La campaña gubernamental se sigue haciendo presente a través de algunos gremios. Hablan los ferrocarrileros: “los obreros de toda la república no aceptaremos que el texto original del citado proyecto sea modificado fundamentalmente a no ser para mejorar en beneficio de la clase obrera.” La trampa funcionó.
26 de julio de 1929: Lombardo Toledano desecha las objeciones sobre la pérdida de derechos al cancelar los códigos estatales de trabajo y exige la federalización de la legislación laboral.
30 de julio de 1929: la cámara de Diputados retira a los estados la facultad de legislar en materia laboral.
15 de agosto de 1929: Los sindicatos opositores al proyecto de Ley Federal del Trabajo, ferrocarrileros, Artes Graficas, disidentes de la CROM entre otros, se reúnen en el Centro Cívico “Álvaro Obregón” y declaran un “No a la reforma del Estado por el Estado.” Siqueiros insiste. “es fascista”, Lombardo declara que mientras el proletariado no conquiste el poder, la constitución de la república no podrá ser reformada para beneficio del proletariado, y aunque el código es un “desastre”, contiene, al menos, algunas conquistas del proletariado. Insiste en su propuesta de Contrato Sindical de Trabajo en contra de los Contratos Colectivos de Trabajo y remata “debemos estar satisfechos del resultado de nuestro trabajo.”
2 de septiembre de 1929: El ejecutivo manda a la Cámara de Diputados la propuesta de Ley federal del Trabajo para su discusión y aprobación. De Negri ha cumplido su encomienda y regresa a sus actividades diplomáticas, ahora cómo embajador en Bélgica. Lo sustituye el Luis L. León que por ser colaborador cercano a Morones deja casi de inmediato el cargo al que será el operador político que, de manera rápida y sin conflictos sociales, puede imponer la nueva legislación: Aarón Sáenz.
Durante los meses siguientes el propio Calles viajó por Europa para observar, entre otros casos, los mecanismos de control implementados en Italia.
17 de noviembre de 1929: Los empresarios se organizan de manera nacional en la Confederación Patronal de la República Mexicana, (COPARMEX)
30 de abril de 1930: La CROM, la CGT, varios sindicatos de industria (electricistas, artes gráficas y transporte), la Liga Nacional Campesina y algunas federaciones estatales presentan un frente común para defender los “derechos adquiridos por los trabajadores”. La estrategia de la CROM es la de posesionarse de nuevo, la CGT que se había mantenido al margen llega demasiado tarde y se deja llevar por el discurso de “las conquistas de los trabajadores” perdiendo de vista lo sustancial: la autonomía y la libertad sindical. Su presencia sólo ayuda a convalidar la nueva ley. Por lo pronto la CGT sufrirá sus primeras escisiones y quedarán marcados por la práctica cromista de todos los dirigentes adheridos a ella después de la crisis de la CROM.
4 de mayo de 1931: Sáenz convoca a los sindicatos a una reunión en el Castillo de Chapultepéc para discutir la inminente discusión en la Cámara de Diputados el proyecto de ley. Por primera vez asisten los representantes de la CGT. El plan estaba armado, Lombardo asume una postura pretendidamente crítica exigiendo que para aprobar la ley, esta debe respetar los derechos adquiridos por los trabajadores. Ortiz Rubio convoca a los inconformes a que envíen sus objeciones a la Cámara de Diputados donde serán turnadas a las comisiones de trabajo. Y en efecto, en cada sesión parlamentaria se hace un recuento de los sindicatos obreros y cámaras patronales que han mandado sus mociones de rechazo o apoyo al proyecto de ley. Sólo eso, una mención en la plenaria.
Aarón Sáenz reclama a Lombardo su inconsecuencia con el proyecto de ley que apenas unos meses atrás defendió con vehemencia: “Esta ley respeta los principios que usted (cómo diputado) defendió en 1925, ahora usted la critica para quedar bien con otras organizaciones obreras.”
Calles cómo Jefe Máximo y en su calidad de Secretario de Guerra y Marina asiste y supervisa personalmente las sesiones de las comisiones de trabajo, asesorado por su consejero en materia laboral y que ocupa en la nómina una subsecretaría en la Secretaria de Guerra y Marina, Abelardo L. Rodríguez.
20 de julio de 1931: La Cámara de Diputados aprueba en lo general la Ley Federal del Trabajo.
13 de agosto de 1931: Se aprueba la LFT de manera definitiva.
28 de agosto de 1931: La Ley Federal del Trabajo es publicada en el Diario Oficial y entra en vigencia en todo el país.
22 de enero de 1932: Abelardo L Rodríguez es nombrado Secretario de Industria, Comercio y Trabajo y primero operador real de la recién aprobada Ley Federal del Trabajo, negando registros sindicales, declarando licita la huelga tranviaria, pero también la declara ilegal: “las huelgas son inoportunas y antipatrióticas en este momento en que se necesita la cooperación de todo mundo y especialmente de los trabajadores” ; lo mismo hizo con las huelga ferrocarrilera. También eliminó prestaciones del CCT del Sindicato Mexicano de Electricistas.
4 de septiembre de 1932: Por presión de Calles y falta de apoyo en las cámaras, Pascual Ortiz Rubio renuncia a la presidencia de la república. El general Abelardo L. Rodríguez hombre de confianza de Calles, y su asesor en materia laboral, ocupa de manera interina la presidencia de la república hasta 1934.
Impactos y Consecuencias directas de la aplicación de la LFT
La LFT establece en su artículo 13 transitorio, que los CCT existentes, los reglamentos pactados, los contratos individuales y cualquier otro convenio que estableciera condiciones mejores a los establecidos por la LFT pueden ser revisados, a la baja, para ser ajustados a los derechos mínimos de Ley. Una lluvia de demandas patronales inundaron las oficinas de la JCA.
La Ley reconoció a los sindicatos cómo personas privadas, pero estableció criterios de persona pública para regular su constitución, sus fines, su ámbito de competencia y los requisitos legales para su existencia. Con esto se le otorgó al Estado el derecho a inmiscuirse en la vida interna de los sindicatos, desde el otorgamiento de registro sindical hasta en la obligación que tienen los sindicatos a proporcionar información que el Estado le requiera. El propio CCT tendrá validez no cuando las partes lo pacten, sino hasta que esté depositado en la JCA correspondiente
Uno de los impactos más difíciles de librar para los sindicatos independientes ahora que requieren de las juntas para registrar los sindicatos y tramitar demandas colectivas, es el carácter tripartito de la JCA, pues los representantes obreros pertenecen a sindicatos oficiales que podrían ser desplazados, convirtiéndoles en juez y parte de los conflictos.
Con la entrada en vigor de la LFT los sindicatos tuvieron que presentar documentación que acredite su existencia, sin importar la voluntad soberana de los trabajadores, todo bajo los criterios de la LFT, requisito sin los cuales no tendrán personalidad jurídica para negociar con los patrones sus condiciones de trabajo, lo mismo el comité ejecutivo.
La experiencia muestra la negativa de otorgar registros a sindicatos incómodos y a aceptar registros de sindicatos patronales, ocasión que aprovecha Eugenio Garza Sada y forma el primer sindicato de protección: la Unión de Trabajadores Cuauhtémoc y Famosa.
Antes de la promulgación de la LFT, los trabajadores de la Cervecería Cuauhtemoc no tenían sindicato, toda negociación laboral era individual con toda la ventaja para la empresa. Ante el “riesgo” de que un sindicato como la CGT pudiera emplazar a huelga a la Cervecería, para firmar un CCT; Garza Sada promovió la formación del sindicatos blanco y firmo su primer CCT y lo registró y mantiene hasta la fecha un férreo control sobre la dirigencia sindical que es nombrada directamente por los directores de la empresa, construyendo al mismo tiempo una barrera ideológica en nombre de la colaboración, salpicada con algunas prestaciones sociales.
Criterios empresariales aplicados en Cervecería Cuauhtémoc
• Es preferible cerrar la empresa antes que ceder a las demandas de trabajadores en huelga.
• Despido inmediato a trabajadores que participen en alguna demanda de titularidad de CCT.
• Campaña intensa de ideologización en contra de las posturas sindicalistas autenticas.
• Quién demanda a la empresa no regresa nunca.
• Control unilateral de la empresa en la contratación del personal.
• Gran número de trabajadores eventuales, recontratados a intervalos para no generar derechos de antigüedad.
• Flexibilidad laboral.
• Despido inmediato a mujeres al embarazarse o por matrimonio.
• Contratación de trabajadores externos a través de intermediarios. Política implementada desde 1935
• Los trabajadores desconocen la existencia del sindicato y del Contrato Colectivo de Trabajo.
• Nula presencia del sindicato en las áreas de trabajo. Formalidad en las comisiones mixtas.
• Prima de creatividad para trabajadores con sugerencias productivas (1929)
• Despido por enfermedad con muy baja indemnización.
• Infiltración de “orejas” en los grupos donde se sospecha de organización incipiente.
• Despido inmediato al sospechoso de organizarse de manera independiente.
Perfil de los trabajadores de planta despedidos
• Buenos trabajadores.
• Hombres casados con un promedio de antigüedad de 15 años.
• Mujeres solteras con un promedio de antigüedad de 7.5 años.
• Mayoría de obreros calificados.
• Sindicalizados.
• Algunos habían participado en órganos internos: comités de ajuste y comisiones mixtas.
• Algunos habían ingresado a trabajar por recomendación directa de la familia Sada.
La estrategia jurídica de la empresa fue desconocer la relación laboral con los despedidos. La mayoría de los despedidos solo pudieron acreditar la relación laboral con las empresas subcontratistas.
Esquema del despido
• Los jefes de departamento ejecutaron el despido
• Ningún caso fue turnado previamente a la comisión mixta
• En ningún caso acudió al sindicato para defender al trabajador
• Las únicas pruebas documentales de la empresa fueron actas circunstanciadas muy breves, redactadas por el jefe y firmada por el trabajador
• “Renuncia voluntaria”
• Todos los testigos del demandante, que siendo trabajadores en activo, negaron todo conocimiento de los hechos
• La mayoría de los testigos (principalmente las mujeres) desconocía la existencia del Contrato Colectivo de Trabajo, de estatutos, así cómo los nombres de los dirigentes del sindicato.
• Sólo dos ganaron el juicio. La empresa no los reinstaló jamás.
La nueva legislación otorgó un poder absoluto sobre los sindicatos a los secretarios generales, poder que usaron para vender Contratos de Protección, extorsionar empresas y posesionarse dentro de sus propias centrales existentes en la lucha interna por el control al interior de los sindicatos. Ricardo Treviño, experto en estás prácticas nos describe el mecanismo preciso del uso de la nueva legislación para extorsionar empresas y vender Contratos de Protección:
• Se utilizan los registros sindicales ya existentes.
• El secretario general mantiene el control del registro.
• Se emplaza a huelga a la empresa por firma de CCT.
• El secretario general ofrece de inmediato una propuesta para desistirse del emplazamiento a cambio de una cantidad de dinero que la empresa debe proporcionar como compensación al sindicato.
• Aunque la empresa sabe que el sindicato no tiene afiliados, no se arriesga a mantener cerradas las instalaciones por los días que tarda la JCA en dictaminar y prefiere entrega el dinero.
• Para evitar futuras extorsiones, la empresa compra al secretario general un Contrato de Protección, que por ley será vitalicio para la empresa.
Conclusión
La existencia de los Contratos de Protección es producto de la legislación vigente en materia laboral, las reformas y adiciones sólo han servido para estrechar aun más el margen de acción de los sindicatos auténticos, como la reforma de 1980 donde cancela el derecho a las coaliciones a emplazar a huelga, fortaleciendo la figura del secretario general. La LFT legalizó la pérdida de la libertad sindical, la intervención del Estado en la vida interna de los sindicatos y permitió la monetarización de la acción sindical al convertirla en monopolio del sindicato reconocido por el Estado; permitió la corrupción tanto con la venta de plazas que con la defensa de trabajadores deshonestos en los sindicatos; consolidó la intromisión de los empresarios a través de los sindicatos blancos y la compra venta de Contratos de Protección.
Posdata
Manuel Y. De Negri regresó a su carrera diplomática viajando por Europa y Centroamérica.
Juan Manuel Puig Casaunac terminó sus días como miembro prominente de la Academia Mexicana de la Lengua.
Aarón Sáenz se convirtió en un magnate de la industria del azúcar.
Abelardo L. Rodríguez fue presidente de México, amplió el periodo presidencial a seis años y entregó el poder a Lázaro Cárdenas.
Vicente Lombardo Toledano fue el primer secretario general de la CTM, el primero en promover el voto obligatorio de la CTM al candidato oficial, utilizando la amenaza de la cláusula de exclusión a quién no lo hiciere: su nombre está escrito en letras de oro en el palacio legislativo.
Fidel Velásquez se convirtió en el modelo de dirigente sindical corporativo por excelencia; recibió la medalla Belisario Domínguez otorgada por el poder legislativo.
Valentín Campa décadas después fue candidato presidencial por el PCM, los últimos años los pasó cobijado por el aprecio de sus compañeros.
David Alfaro Siqueiros se convirtió en uno de los muralistas más prestigiados y reconocidos en el mundo.
Luis Napoleón Morones fue exiliado del país por Lázaro Cárdenas, al igual que a Plutarco Elías Calles.
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